PENSATIVA

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  Jazmín
  Sonreí, acaricié su mejilla, me perdí en su mirada, en esos ojos tan negro, suspiré, ella provoca en mi amor, pasión, ternura, en tono suave le dije.
 
  - Pienso en ti- sonreí- cuando despierto, pienso en ti cuando me duermo, estás en mi cabeza, en mi corazón, en mi piel- nos dimos un beso.
 
  - Te amo mami- la abracé, caminamos hacia la salida del centro comercial, yo me sentía la mujer más afortunada del mundo ir con la mujer más bella de la ciudad, sonreí, le abrí la puerta del auto.
 
  - Gracias, mi amor- ella sonrió.
 
  - Con todo gusto bella mujer- coloqué las cosas en el asiento trasero, camine hacia el lugar del piloto, coloqué el cinturón de seguridad, voltee la mirada hacia mi esposa, le di una sonrisa, ella correspondió.
 
  - Me gusta esto de que seas mi chofer- ella soltó una carcajada.
 
  - Pero cobro caro- ella sonrió.
 
  - ¿Ah sí? - sonrisa pícara en mis labios.
 
  - Si- sonrisa nerviosa, ella empezó a acariciar mi pierna.
 
  - Dígame cuánto, quizás lo pueda pagar- mi mano se posó en su entrepierna, sus mejillas se pusieron rojas.
 
  - Amor- sonreí- vamos a casa, me puse muy nerviosa, ella quitó su mano, yo conduje hacia la casa, al llegar le abrí, bajé las bolsas, estando cerca de la mesa le dije al oído- Podría hacerte el amor sobre la mesa- di un mordisco en su oreja.
 
  - Me encanta la idea- sonreí, cuando hacia ese tuvo de comentario yo me ponía nerviosa, me ponía a temblar.
 
  - En otra ocasión mi amor tú amiga está por llegar- besé su mejilla, coloqué los platos, las copas, mi esposa, colocaba la cena sobra la mesa, tocaron la puerta- yo voy amor- sonreí, mi esposa camino hacia la puerta tras de mi, al abrir la puerta ahí estaba su amiga.
 
  - Pero qué alegría verlas juntas- las abrace, deje un beso en la mejilla de cada una.
 
  - Que gusto verte loquita – sonreí- a Flor ya la conoces- dije tomando la mano de mi esposa.
 
  - Claro que la conozco, por favor no te vuelvas a ir- ella sonrió apenada.
 
  - No lo haré – sonreí- te lo aseguro, voltee la mirada hacia mi Jazmín- no tengo intenciones de dejar sola a esta hermosa mujer, ni a mi hijo- coloqué mi mano sobre su pancita, ella respondió.
 
  - No la dejare ir – Thalía sonrió.
 
  - Yo, no tengo intenciones de estar estorbando solo vine por mis cosas- éntralos a la casa, Jazmín me miró,
 
  - Para cenar tenemos comida italiana- ella sonrió, es su cómoda preferida.
 
  - Claro que puedo quedarme a cenar- soltaron una carcajada, Flor sonrió.
 
  - Eres bienvenida- nos acercamos a la mesa, les serví vino y a mi esposa jugo, compartimos la cena, una conversación muy amena, ella es una chica agradable y es la mejor amiga de mi esposa, al finalizar la cena, ella fue a la habitación de visitas, mi esposa y yo esperamos en la sala, minutos después mi esposa fue con ella.
 
  - Te voy a extrañar- dije parada en la puerta mirándola- ella volteo, sonrió.
 
  - No lo harás- me acerque, la abrace.
 
  - Claro que si, voy a extrañarte- nos abrazamos, beso mi mejilla.
 
  - Ahora tienes compañía- sonreí, ella también- cuídense mucho, ámense mucho, consiéntela, que ella lo haga contigo- Jazmín sonrió, su rostro se veía diferente, sus ojos se veían alegres, tome mi maleta y caminamos hacia la sala, Flor se levantó de la silla, camino hacia nuestro encuentro.
 
  - Gracias por cuidar de mi esposa y mi hijo durante mi ausencia- le di la mano.
 
  - No lo digas, ella es como mi hermana, el bebé mi sobrino, ahijado e hijo- sonreí, Flor se veía enamorada de mi amiga- no me gustan las despedidas, así que me voy- Flor se ofreció a ayudarme con la maleta.
 
  - Vamos te ayudo- tome la maleta.
 
  - No, es necesario- ella insistió.
 
  - Claro lo haré con gusto- caminamos hacia la puerta, ella se detuvo.
 
  - Cojan, mucho- solté una carcajada, las mejillas de Flor estaban rojas, mi amiga sonrió, una risa nerviosa, salimos de la casa, Flor colocó mi maleta sobre el asiento trasero.
 
  - Queremos verte pronto aquí en casa- Thalía se acercó me abrazo y beso mi mejilla.
 
  - Cuida mucho de mi amiga, ella te ama, pero es un poco perfeccionista y ni se te ocurra hacerla llorar- mi tono serio.
 
  - Cuidare de ella, la amo- suspire- los amo- sonreí, Thalía subió a su auto, me dijo adiós yo regrese a la casa, mi esposa ordenaba la mesa, me acerque.
 
  - Te ayudo mi amor- tome las cosas- ven a sentarte, recuerda que no debes hacer mucho esfuerzo y debes estar relajada- bese su mejilla.
 
  - Tranquila solo estoy embarazada y puedo hacer mi vida con normalidad- guiño de ojo.
 
  - Nuestro hijo será fuerte, guapo, inteligente- lo imaginé- se va a parecer a ti- sonreí.
 
  - Te amo, y si nuestro hijo será tan inteligente como tú- bese sus labios, pose mis brazos sobre su cuello, sus manos se posaron en mi cintura.
 
  - Extrañaba tanto estar así- suspire- aquí, contigo- nuestra frente se juntó, nuestros ojos se encontraron, su mirada llena de amor, con ese brillo especial en sus ojos- serás una mami muy guapa y muy sexy- sonrisa nerviosa.
 
  - Usted no se queda atrás- rose su nariz con la mía, la abrace, cerré los ojos.
 
  - No vuelvas a pedirme que me vaya- dije, los ojos cerrados.
 
  - Solo quiero que seamos tú, Andrea, Florian – al oído me dijo.
 
  - Seremos solo nosotros- susurre a su oído- te amo, los amo.
 
  Flor
  El viernes por la tarde viajamos a Peru, fuimos por Andrea, yo documentaba las maletas, mi esposa, esperaba por mí, a lo lejos la observaba su pancita, se ve hermosa pensé, al darse cuenta de que yo la veía, ella me dedicó una sonrisa, yo correspondí, termine el trámite y fui hacia ella, me acerque.
 
  - Vamos – tome su mano, caminamos hacia la sala de espera.
 
  - Me gusta viajar contigo- le dije sonriendo.
 
  - A mi me gusta hacer todo pero que sea contigo- se dibujó una sonrisa en sus labios- amo esa sonrisa- suspire- eres realmente hermosa, bella- yo la abrazaba y el mundo era Perfecto.
 
  Jazmín
  Abórdanos el avión, yo me sentía nerviosa, preocupada por la reacción de Andrea quien siempre dijo que no quería un hermano, Flor me noto pensativa.
 
  - ¿Todo bien?- la abrace, bese su mejilla, ella me dio una sonrisa.
 
  - Si- sonreí, no quería que mi preocupación opacara nuestra alegría, tomamos las maletas, nos tomamos de la mano, al salir ahí estaba Andrea con Alejandro.
 

FLORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora