TU SECRETO

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  Jazmín
  Sus brazos rodeando mi cuerpo, su cuerpo tibio junto al mío, sonreí, me quede ahí sin decir nada, sin moverme, ese era mi lugar, mi refugio, mi escondite, suspire, ella despertó, en tono suave dijo.
 
 
  - Hola mi amor- bese su mejilla, acercó su cuerpo más a mi, yo la abrace con fuerza.
  
  - Muchas veces sentí que no encajaba en el mundo, en los lugares, con personas- suspire- ahora que estoy aquí junto a ti entiendo que este es mi lugar- sonreí, ella me abrazo con fuerza al oído dijo.
 
  - Me encanta saber que encontraste tu lugar a mi lado- suspire- debo confesar que yo también encontré mi lugar, se a donde pertenezco- ella se dio vuelta quedó frente a mi, beso mis labios.
 
  - Somos el complemento Perfecto- acaricie su mejilla, sus ojos negros me miraban con amor.
 
  - Amo el café de tu mirada- toque su nariz, acaricie sus labios.
 
  - Quisiera quedarme aquí- sonreí.
 
  - ¿Aquí en la cama?- la mire- .¿aquí en Brasil? – yo jugaba con su cabello, ella me miraba y en ese momento yo era la mujer más feliz del universo, era la chica más afortunada, la chica que no deseaba volver a Mexico, quería quedarme ahí, en ese lugar, cumplir diez años juntas, vivir una eternidad, pero mi sueño, por ahora no cumplirá, maletas documentadas, ella y yo sentadas en los asientos del avión, todo el tiempo tomé su mano, no logré dormir, al llegar a nuestro destino, me sentía cansada, Jazmín me miró.
 
  - ¿Estás bien amor?- la mire, me preocupo el semblante de su rostro, la noté preocupada.
 
  - Todo bien mi amor- tome mi maleta, caminamos entre la multitud, esta vez no íbamos tomadas de la mano, caminamos hacia el taxi, en silencio, al llegar a cada, al cerrar la puerta mi esposa se acercó.
 
  - Te amo , amor mío- la abrace por la espalda.
 
  - Te amo mi princesa, mi Reyna- di vuelta quede frente a ella.
 
  - Me encantaron las vacaciones, gracias por permitirme conocer a tu familia- sonreí.
 
  - Eres mi esposa- recordé las palabras de mi madre- eres una hija más para mi madre eso me parecéis tan lindo, tan tierno- la abrace, su cabeza llegaba mi hombro sus manos rodeaban mi cintura, aquella chaqueta azul marino, esos legging negros que portaba, yo quería guardar cada detalle de ella, ella me trajo a la realidad.
 
  - Me encanto convivir con todos- sonreí, nos soltamos, era domingo por la tarde coloqué mi maleta en la lavandería, ella me miró.
 
  - ¿Dejarás la ropa en la maleta?- la mire.
 
  - ¿Si digo que si?- la mire- habrá sanción- ella soltó una carcajada.
 
  - Yo puedo sacar la ropa, por un pago- me acerque a ella.
 
  - Claro dime cuanto- ella soltó una carcajada.
 
  - ¿Tendrás para pagar?- levante una ceja.
 
  - Si me dices puedo hacer cuentas- sonreí.
 
  - Darme muchos besos, abrazos, dejarme, dormir en tu pecho- ella me miró con esos ojos café, grandes, con esa mirada llena de vida, de brillo, de amor , de paz.
 
  - Si, me alcanza- me acerque bese su mejilla- pero deja todo ahí, vamos a la habitación, te vez cansada- la tomé de los hombros, caminamos , al llegar a la habitación le marcó Andrea, la expresión de Flor cambio, una sonrisa se dibujó en su rostro, salí de la habitación.
 
  Flor
  Escuchar la voz de mi niña, me hizo sonreí, me senté sobre el pequeño sofá de la habitación, con la mirada hacia el jardín, Andrea hablaba.
 
  - Estoy divirtiéndome mucho ma, pero te extraño ya quiero verte – me senté sobre el columpio que estaba en el jardín, a lo lejos Laura me saludo, yo correspondí, le di una sonrisa.
 
  - Yo también te extraño bebé- suspire.
 
  - Madre, ya no soy un bebé- le recordé, me gusta que sea cariñosa.
 
  - Eres y siempre serás mi bebé- le repetí.
 
  - Ma, yo- no sabía cómo decirle lo que sentía y lo que me daba miedo.
 
  - Dime mi amor te escucho- recargue mi mentón sobre mi mano.
 
  - Madre, yo no quiero un hermano- lo dije directo, después me coloqué nerviosa por su reacción.
 
  - Mi amor, siempre tendrás un lugar especial en mi corazón, en mi vida, mi niña, mi bebé- sonreí, me quede conversando con ella, compartiendo.
 
  Jazmín
  Me senté en el sofá del jardín, viendo la lluvia, caer, con una manta cubriendo mis piernas, un suéter deportivo rojo, una taza de café entre mis manos, respirando el olor a tierra mojada, escuchando el golpeteo de las gotas cayendo en el piso, en la alberca, Flor se acercó, beso mi mejilla.
 
  - Cielo- me senté a su lado.
 
  - Dime, amor- la mire, si semblante era otro.
 
  - Vamos a la habitación hace frío, mañana debemos volver a la oficina- tomé su mano, mire sus ojos, sus ojos café, el brillo y el amor que encontraba en ellos, me inspiraban.
 
  - Vamos- me puse de pie, tomé la manta entramos a casa, fuimos a la cama dormimos abrazadas.
 
  Flor
  Al llegar la mañana desperté Jazmín no estaba, vi el reloj eran las 10:00 am, me levante de la cama, me vestí, me fui a la oficina, al llegar mi jefe y Rocio estaban en mi oficina, lo cual me sorprendió, al abrí les dije.
 
  - Buen día – mi tono seco.
 
  - Hola Flor, buen día- me acerque bese su mejilla.
 
  - Buen día Rocio- me sentí molesta, mi jefe me miró, el estaba sentado en la silla de visitas, me miró.
 
  - Buen día Flor, no soy de darle vueltas al asiento- la mire fijamente, ella se sentó.
  
  - Te escucho- los mire a los dos, estaba nerviosa, pero mi postura jamás lo demuestro, Rocio intento decir las cosas de forma suave, y amable.
 
  - Flor, eres un gran elemento para la empresa- la mire, intente estar tranquila pero es una realidad, que una parte de mi, estaba molesta, Jaime continuo.
 
  - Sabes lo que sucede, entre tú y.
 

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