Laura
Estaba celosa, molesta, tome aire, ella me miró, yo buscaba la palabra correcta para decir las cosas pero ella se adelantó.
- ¿Mis cosas?- la mire- así es son mis cosas, mi casa, mis hijos y mi esposa quien por cierto, te ha dado toda la facilidad para que puedas estar y convivir con Andrea, y ni así logras comportarte, lo que yo haga con mi esposa , en mi casa es asunto de ella y mio- su semblante cambio.
- Lo digo por Andrea- la mire- siempre fuimos cuidadosas en ese tema- ella me miró.
- Por mi hija no te preocupes está bien, es cuidada, Jazmín ha llegado a quererla y ella a Jazmín, así que por favor compórtate a la altura de una dama, a la altura de mi esposa.
Laura
Sus palabras eran como una flecha atravesando mi corazón, rompiendo mi alma y quebrándome la poca la poca dignidad que me quedaba, yo era una estupida , por seguir aquí tras alguien que no me ama y que quizás nunca me amo, ella entro a casa, yo subí al taxi, con la mirada puesta en esa puerta que se cerró.
Flor
Entre a casa, mi esposa estaba con Andrea y con Florian entre los brazos, yo me quede en la entrada, mirándola, hablaba con amor , a mis dos hijos, su sonrisa, su mirada, yo estaba enamorada, cada día más enamorada de ella, al verme me llamo.
- Ven aquí, faltas tú- ella sonrió, Andrea se levantó y fue por ella, la tomo de la mano.
- Madre, le decía a Jazmín, que este viernes será mi pijamada aquí en casa, ella se ofreció a ir conmigo al centro comercial y comprar lo necesario para ese día- ella me sonrió.
- Claro que si amor, yo cuido de Florian y ustedes van de compras- la abrace, me encanta la complicidad que tiene con Jazmín, me gusta cómo se llevan, como hablan, me hace feliz, verlas felices, verlas ser amigas.
Jazmín
Noté a Flor algo seria, como preocupada, yo la miré, ella me sonrió, la hora de la cena pasó, al final llevamos a los niños a sus habitaciones, fuimos a nuestra habitación, ella se acercó a mí, beso mi cuello.
- ¿Podemos continuar con lo que dejamos inconcluso?- acaricie su pierna, bese su cuello.
- Si - me separé de ella- ¿pero primero dime qué pasa? - me miró a los ojos, su semblante cambio, se alejó un poco de mi, tomo su pijama y empezó a ponérsela.
- No pasa nada- dije sin mirarla a los ojos, no podía, no sabía mentirle, ella se acercó se sentó a mi lado.
- Amor- tomé su mano, levantó su rostro, de su mentón- puedes confiar en mi, yo estoy para apoyarte- ella sonrió, beso mi mano.
- Eso lo sé, amor mío- dije mirándola, mirándola esos hermosos ojos.
- ¿Entonces? - la mire, ella se puso de pie, evitando mi mirada, respiro profundo, regreso a mí.
- No quiero pensar que fue un error, permitir la entrada de Laura a nuestra casa- respiré profundo, pero- no sabía cómo decirle, luego recordé que siempre hemos sido claras y directas- siento que esta entrometiéndose en nuestra vida de pareja, que dejarla entrar le está dando la oportunidad de opinar- me sentí liberada cuando lo dije.
- Tranquila- me levante, la abrace- quizás tengas razón, me equivoque al tener la apertura con ella, al dejarla pasar a nuestra casa, lo hice por Andrea- de eso estaba segura, solo lo hice por ella- su felicidad y estabilidad es muy importante para mi- mi esposa acarició mi mejilla.
- Te amo y te admiro por ello mi amor- la abrace, fuimos a la cama a dormir.
Laura
Al día siguiente fui por Andrea, al llegar me topé con Jazmín, quien se acercó a mi, con una sonrisa en los labios dijo.
- Hola, buen día Laura- la mire.
- Buen día Jazmín, disculpa por no avisar que vendría por Andrea- dije apenada, ella, sonrió.
- No te preocupes yo olvidé decirte que hoy tiene entrenamiento, saldrá una hora más tarde- ella hizo una mueca.
- Entiendo, volveré en una hora di unos pasos lejos de Jazmín.
- ¿Espera podemos tomar un café y conversar?- se detuvo.
- No veo que podemos hablar- me detuvo cerca de ella.
- Si, tenemos de Andrea y de Flor- cuando dije eso ella, acepto.
- Tienes razón- la mire, caminamos hacia la cafetería cercana, sin decir nada al llegar nos sentamos en la terraza, el aire fresco a mi me encanta pensé, ella ordenó un té yo un café, al tener las bebidas ella dijo.
- Ahora dime- la mire fijamente- ¿de qué quieres hablar? - nunca imagine estar así frente a frente con la mujer que me quitó el amor de mi, del amor de mi vida, me dudé mirándola, reconocí que es linda, que es buena con mi hija.
- Hace unos meses recién soy madre, y con ello he entendido muchas cosas- nos miramos- por esas cosas que entendí es que permito que entres a mi casa, que estés cerca de tu hija, ya que yo no me imagino estar lejos de mi hijo- suspire- el es mi vida, mi mundo, es una parte de mi- sonrió.
- Andrea es lo mismo para mi- era mi oportunidad de decir todo lo que pensaba , lo que sentía- Andrea tenía una familia, era feliz, era una niña muy alegre, hasta que- di un trago a mi te, no quería discutir ni hacer una escena pero si debía decir eso que había guardado por mucho tiempo.
- Hablemos claro- mis ojos estaban puestos en ella.
- Llegaste tu y todo cambio, Flor se fue de la casa, Andrea bajo su rendimiento en el colegio, todo cambio de un día para otro, luego se casó contigo, yo me fui a otro país a vivir, tuvo un hermano, fueron cambios muy drásticos para un niño- Jazmín se detuvo.
- No estás hablando de un niño, estás hablando de ti- sus ojos se abrieron como dos platos- Andrea es excelente estudiante, muy sociable, alegre, extrovertida y sobretodo feliz, estás hablando de ti, de lo que cambio cuando yo llegue, pero déjame decir que yo no hice nada, quizás ustedes estaban mal desde antes , antes de mi- la mire fijamente, ella se puso de pie, me miró, sus ojos estaban llenos de furia, de incomodidad- yo no hice nada, yo no planeé sentir lo que siento por Flor, todo me sorprendió igual o más que a ti, pero algo si tengo claro, siempre voy a preferir la felicidad de mi hijo antes que la mía, jamás tendré el valor de decir que alguien rompió su felicidad, porque sé que el amor que tiene Flor, por mi hijo seguirá, será eterno, aún cuando a mi deje de amarme- ella estaba en silencio, se puso de pie, tomo su bolso.
- Yo no tengo nada más que hablar contigo, has confundido las cosas- me quede parada mirándola, sus palabras hacían eco, pero no estaba dispuesta aceptar que una niña me venga a decir este tipo de cosas a mí, una mujer de 50 años- mi prioridad siempre fue y será mi hija, te agradezco que cuides de ella, pero no sabes nada de mi y tampoco tienes derecho a opinar- ella me miró se puso de pie.
- Las puertas de mi casa están abiertas para ti, por el bien y comodidad de Andrea, pero si tú vienes a mi casa, aceptas mis reglas y te adaptas de lo contrario limítate a esperar por Andy en la puerta, en mi casa, hay paz, amor y salud mental si tú traes mala vibra, no eres bienvenida- no dije más pagué la cuenta y salí del lugar sin darle tiempo a decir nada más.

ESTÁS LEYENDO
FLORES
RomanceFlor una mujer de 49 años, fría, estable, sería, contrata a una chica de 30 años para una de las sucursales de la empresa donde trabaja. Jazmin provoca en Flor una incomodida y a la vez una alegría cuando hablan, cuando conviven.