MI AMIGA, MI AMANTE

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  Laura
  Mi premio de consolación así lo tome, ese apartamento tiene tantos recuerdos, que no sé si seré capaz de vivir en ese lugar pensé, mi hermana tomo mi mano.
 
  - A mi me parece que no es mi premio de consolación- la mire, ella lloraba agachaba la mirada, era evidente el dolor.
 
  - ¿Ah no?- di un trago al té- ¿entonces que es? – me miró.
 
  - Es un acto de amor, hacia ti- cuando dije eso el rostro de Laura cambio, un brillo en sus ojos, me miró fijamente, con una sonrisa en los labios preguntó.
 
  - ¿Consideras prudente que le llame?- deseaba escuchar un si, estaba ansiosa , quería levantarme de esa silla, marrón, tomar mi abrigo y salir , ir a buscarla, agradecerle personalmente, ese acto de amor, la sonrisa en mi rostro, yo esperaba la respuesta, pero no fue la que yo quería escuchar.
 
  - No- la sonrisa se desvaneció, me miró, sus ojos, sus ojos estaban tristes y yo no sabía que hacerla sonreír, me duele verla así.
 
  - No, entiendo- deje caer los hombros, esperé su respuesta.
 
  - Ella te amo, de eso estoy totalmente segura- le di una sonrisa- ella saco lo mejor de ti, tuvieron a Andrea- intente animarla, pero parecía que no funcionaban mis palabras, ella estaba enojada, herida, dolida.
 
  - Tengo mis dudas quizás nunca me amo- me levante de la silla, tomé una copa de vino, me senté frente a ella, viviendo una película de recuerdos , quería atracarme ese dolor, olvidarme de lo sucedido , retomar mi vida.
 
  Flor
  Al volver a casa, fuimos a nuestra cabaña, nos recostamos, ella tras de mí abrazándome por la espalda, en silencio, un silencio que me hacía saber que ella estaba ahí para mi, conmigo, que no estaba sola, que tenía una compañera, una cómplice, una amiga y una excelente amante en ella, suspire, ella me da tanta calma, tanta paz.
 
  Jazmín
  Flor se quedó dormida, yo salí al jardín, me senté en el columpio, cerca de la alberca, rodeada por árboles, con una taza de café entre mis manos, un suéter gris cubría las palmas de mis manos, estaba preocupada por mi esposa, me sentía triste por el resultado de la prueba de embarazo, perdida en mis pensamientos, intentando ser fuerte, mantenerme alegre, demostrarle mi amor y apoyo a mi esposa, la hermana de Flor se acercó.
 
  - ¿Puedo hacerte compañía?- Jazmín volteó a verme, con una sonrisa en los labios dijo.
  - Claro, eres bienvenida- ella se sentó a mi lado, con una copa de vino entre las manos, inició la conversació.
 
  - Quiero darte las gracias- Jazmín me miró confundida.
 
  - ¿Gracias?- no entendía el porqué de sus palabras, pero ella se encargó de explicarme.
 
  - Si, gracias por hacer sonreír a mi hermana, por hacerla feliz, por acompañarla, gracias porque volvió a casa, ahora es cariñosa, alegre, expresiva, la veo feliz, la noto animada, con tantas ganas de vivir de hacer y aprender cosas a tu lado- coloqué mi mano en su mano.
 
  - No tiene que agradecerme ella también hace todo eso y más en mi vida, la amo profundamente, es el amor de mi vida y aún cuando ella no cree en los para siempre , yo siempre la amare, toda mi vida- sonreí, su imagen vino a mi memoria.
 
  - Hacen una pareja hermosa- sonreí- me alegra tanto verla feliz, verla enamorada- abrace a Jazmín.
 
  - Ella roba mis suspiros, mis pensamientos, la amo tanto- una sonrisa se dibujó en mi rostro.
 
  Flor
  Desperté, levante la mirada, hacia la ventana, la noche estaba cayendo, me puse de pie, me estire un poco, coloqué una chaqueta sobre mis hombros, camine sobre ese piso de madera, hacia la puerta, salí de la cabaña, mi hermana estaba con Jazmín conversando, me acerque a ellas, al verme mi hermana dijo.
 
  - Bella durmiente – Flor sonrió.
 
  - Hola hermana- me acerque bese la mejilla de mi esposa.
 
  - Hola bella- sonreí, tomé su mano.
 
  - Debiste despertarme  amor, solo estaremos hoy y mañana aquí- suspire.
 
  - Necesitabas dormir, relajarte- se sentó junto a mi, entrelazo su mano con la mía, entramos a la casa, las tres bromeando, sonriendo, al llegar a la sala, todos esperaban por nosotras, pasamos a la mesa, una mesa color gris enorme, con sillas tapizadas del mismo color, mucha luz, ventanas, nos sentamos, la velada paso entre risas, bromas, recuerdos de la infancia de Flor, las cuales la apareábamos y yo las disfrutaba, me encantaría decir que son anécdotas que le contaré a mi hijo, pero quizás eso no sea posible, mi sonrisa se desvaneció al pensar eso, Flor beso mi mejilla.
 
  - Ahora ya sabes más de mi- nuestros ojos se encontraron.
 
  - Lo cual me encanta, quiero saberlo todo de usted- sonreí.
 
  - Podemos ir a la habitación, yo le puedo mostrar cada parte de mi piel, mostrarle mi amor por usted- guiño de ojos, sus mejillas blancas se enrojecieron- me parece tan sexy que tus mejillas se pongan rojas- le dije al oído, ella sonrió, de manera tímida, tan niña, al abrace con fuerza, bese su frente.
 
  Jazmín
  La hora de dormir, era tan linda, tan especial, Flor y yo nos cepillábamos los dientes, juntas, nos poníamos las pijamas , esas que terminaban en el piso, las sábanas tenían su aroma, mi memoria estaba llena de su imagen, mi piel solo reconocía sus caricias, mis labios, solo deseaban besar los suyos, una sonrisa se dibujó en mi rostro, ella se acercó, beso mis labios.
 
  - La amo señorita- suspire, enmarqué su rostro, me perdí en esos ojos café, en ese brillo, en ese mar de amor que ahí para mi, sus brazos rodearon mi cuello, los míos su cintura, caminamos abrazadas hacia la cama, besos, caricias, ella y yo mirándonos a los ojos, conectando nuestros cuerpos y almas.
 
  - Te amo- ella junto su frente con la mía, nos mirábamos a los ojos, su mano colocada en mi mejilla y la otra colocada sobre mi cabello, sus ojos no mentían, ella me amaba tanto como yo a ella.
 
  - Gracias por llegar a mi vida en el , momento indicado- suspire.
 
  - Gracias a ti por contratarme ese día- bese sus labios.
 
  - ¿Ese día en que me flechaste?- la mire a los ojos- jamás pensé que yo podría enamorarme así, sin planearlo- sonrisa.
 
  - Era nuestro destino – suspire.
 
  - Mi amor a primera vista- suspire, perdida en su mirada- señora de mi vida- sonreí.
 
  - Dígame, señora de mi amor- bese sus labios.
 
  Laura
  Yo aquí parada, frente a su puerta.
 

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