Flor
Al ver a mi hermana la abracé y rompí en llanto, esto me dolía, me destrozaba, mi hermana me abrazaba con fuerza, cuando me repuse seco mis lágrimas, enmarco mi rostro.
- Ven pasa por favor- la tome de la mano, entramos a la casa, ella se sentó.
- Disculpa por venir así- dije apenada.
- Eres bienvenida y me alegra que estes aquí- tomé sus manos, vi sus ojos llorosos, hinchados, tristeza en su mirada- ¿qué pasa? - ella tomo aire.
- Jazmín no quiere saber de mi- rompí en llanto- la perdí- repetía.
- Hablen, ustedes se aman, son una pareja hermosa, encontrarán juntas la solución- cuando dije eso ella se levantó.
- No- seque mis lágrimas, camine de un lado al otro, la mirada de mi hermana estaba posada en mí.
- Habla con ella- insistí, ella se sentó a mi lado me miró a los ojos.
- Tienes a la hermana más entupida del mundo- comencé a llorar, esto realmente dolía.
- No digas eso- la abrace.
- Si, bueno Jazmín me dejo porque Laura está todo – deje caer los hombros, mi sentido de culpa me acosaba, y mi miedo a perderla me enfurecía, me entristecía.
- Bueno ahora que conoces el problema soluciónalo- ella me miró, soltó una carcajada.
- Aprendiste bien- le dije riendo.
- Claro tuve a la mejor maestra- me acerque la abrace- tu, Flor, no puedes darte por vencida- la anime.
- Hoy corrí a Laura de mi casa- cuando dije eso los ojos de Rita se abrieron como platos, me miró confundida.
- ¿Cómo así? - no podía creer lo que escuchaba.
- Si estaba viendo con nosotros en el apartamento que le regalé- cuando dije eso mi hermana se separó de mí
- ¿Hasta cuando vas a entender que esa mujer les hace mal? - ella me miraba sin decir nada.
- Lo hice por Andrea- cuando dije eso me miró, su cara de molestia de sarcasmo.
- No lo puedo creer- la mire llevé las manos a mi cabeza- no puedo creer que ella utilice a tu hija para chantajearte y tú la utilices para limpiar esa culpa que ni siquiera deberías sentir- su cara cambio, el ceño fruncido, sus ojos cambiaron.
- Eso no es así- lo pensé fríamente por unos minutos y si, si me sentía culpable por haberla dejado.
- Tu no planeaste las cosas, tú no dijiste quiero enamorarme, quiero dejar a Laura, simplemente paso, te enamoraste y eso está bien- la tomé de las manos.
- Me sentí culpable cuando conocí a Jazmín, cuando me gusto, cuando la bese la primera vez- mis ojos estoy segura se llenan de brillo cuando pienso u recuerdo esos momento y Rita lo confirmo.
- Vez tu rostro cambia, tus ojos brillan cuando hablas de Jazmín, se ven con tanto amor- la abrace- me encanta la pareja que hacen ojalá yo encontrara algo así- suspire- hermanita debes recuperar al amor de tu vida- ella sonrió.
- Tienes razón- tomé mi bolso, camine hacia la puerta, haré lo que debía hacer hace un año- salí de la casa.
Jazmín
La hora de salir llegó, caminé hacia mi auto, con la cabeza hecha un lío, con el corazón confundido, abrí la puerta de mi automóvil, estaba por subir cuando Rocio apareció.
- Hola bella- le di una sonrisa.
- Hola, buena tarde- le di una sonrisa.
- Tengo boletos para ir al cine el sábado- la mire.
- Diviértete mucho- claro que entendí, pero no quiero que piense cosas que no son.
- Pensé que te gustaría venir – la mire.
- Gracias, pero por ahora no tengo tiempo- mentí, no tenía ánimos ni interés.
- Entiendo- ella subió al auto y yo me fui al mío.
Jazmín
Conduje hacia mi casa, quería llegar, ponerme ropa cómoda, prepararme para la cita de mañana con el Ginecologo, llegué a casa y alguien me esperaba.
- Hola baby- la mire.
- ¡Hola! - ella se acercó.
- ¿Como hola?, así tan seca- la mire.
- Hola preciosa- la abrace y bese su mejilla.
- Así está mejor mami- la abrace, toque su pancita- ¿Cómo está mi sobrino hermoso? - acaricie su pancita.
- Gracias por venir- realmente no quería estar sola en casa, pero tampoco quería estar en la oficina.
- Ni lo digas, vengo a quedarme un par de días, van a fumigar mi apartamento- mentí.
- Eres bienvenida- tomé su maleta caminamos hacia la entrada de la casa, yo abrí la puerta.
Laura
Las maletas en la puerta, Andrea sentada junto a mi sobre el sofá, ella estaba llorando y yo en ese momento odié a Jazmin, por desasear mi familia, la puerta la abrió, Andrea apretó mi mano, Flor entro, yo la salude.
- Buena noche Flor- ella me miró con desprecio.
- Buena noche- apenas y la mire, mi mirada se concentró en mi hija- Andrea ve a tu habitación por favor, Andrea respondió.
- Déjame quedarme, no quiero que se vaya- dije llorando.
- Por favor ve a tu habitación- fui firme.
- Esta bien- abrace con fuerza a Laura, ella beso mi mejilla, enmarco mi rostro.
- Te veo mañana a la salida del colegio- bese su frente- te amo mi pequeña niña, ve a tu habitación.
Flor
No dije nada hasta que mi hija desapareció por el pasillo, Laura tomó su maleta camino hacia la puerta, estando ahí se detuvo, me miró.
- Gracias por permitirme pasar estos días con ustedes – esperaba que me pidiera quedarme.
- Laura- la mire- espera- regreso con una sonrisa en los labios.
- Dime- la mire atenta, deseando escuchar un quédate.
- Siéntate por favor- estaba tratando de ser cortes y amable, de hablar tranquilamente, pero ser clara y directa.
- Dime- una sonrisa, la ilusión.
- Andrea irá contigo solo los fines de semana- cuando dije eso ella se levantó.
- Pero Flor- ella no me dejo continuar.
- Nada- me levante- he tenido muchas consideraciones, he caído en tus chantajes, pero no más- mis ojos la miraban, yo estaba segura de quererla fuera de mi vida.

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FLORES
RomantizmFlor una mujer de 49 años, fría, estable, sería, contrata a una chica de 30 años para una de las sucursales de la empresa donde trabaja. Jazmin provoca en Flor una incomodida y a la vez una alegría cuando hablan, cuando conviven.