CUENTA REGRESIVA

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  Flor
  Nuestra última semana de embarazo, yo ya estaba en casa con poca responsabilidad en el trabajo, empezamos a decorar la habitación, a comprar ropa de bebé y todo lo necesario para mi Florian, mi esposa, doblaba la ropa, yo pintaba la habitación, su madre, preparaba la cuna y su padre, construía una casa en el árbol, columpios, rejas por la casa para evitar que él sufriera un accidente, mi esposa se acercó a mí.
 
  - Me encanta cómo está quedando- sonreí, mi esposa se acercó.
 
  - Vamos afuera, te hará daño el olor a la pintura- la tome de la mano, nos sentamos en la terraza, su madre nos trajo limonada, nos dejó solas, yo tome su mano.
 
  - ¿Estás lista? - la mire, salimos de prisa de la habitación , una habitación con toques azules , muñecos de peluche, carritos, balones de todos los deportes, closet, cambiador, un pequeño sofá, una méedora y a un lado libros, una ventana alumbrando, una cuna, fotos de mi esposa , Andrea y yo, cuadros vacíos que serán llenados con sus fotos.
 
  - Estoy ansiosa por conocerlo, por tenerlo entre mis brazos, por besar sus pequeñas mejillas- dije con ilusión.
 
  - Sus mejillas blancas- suspire- sé que será muy lindo y guapo como tú- bese su mejilla, la abrace.
 
  - Te amo- suspire- soy muy feliz a tu lado, me encanta como eres conmigo, la familia que hemos construido- sonreí.
 
  - Eres una excelente compañera, amiga, esposa y madre- ella me miró.
 
  - ¿Madre? - la mire confundida- aún no lo sabes aún no nace Florian- su respuesta me asombro.
 
  - Estás cumpliendo esa función con Andrea- sus ojos se abrieron como dos platos, su rostro se sonrojó.
 
  - No ha sido mi intención, ella te tiene a ti y a Laura- me sentí confundida.
 
  - Andrea siente que eres una figura materna, me lo ha dicho- ella se levantó.
 
  - No quiero ocupar el lugar de Laura- de eso estoy segura pensé.
 
  - Mi amor- me puse de pie, besé su frente- no es así, si tú tienes u lugar especial, tú eres única y especial, no hay punto de comparación entre tú y otra mujer- la abracé.
 
  - Gracias- una sonrisa se dibujó, sus palabras me hacían sentir bien, me gustaba saber que ella me veía como única y especial, sus brazos, me cubrían, mis manos posadas en su cuello.
 
  - Soy tan feliz, contigo a suspire.
 
  - Quien diría que al encontrar mi empleo también encontraría el amor- una sonrisa se dibujó en nuestro rostro.
 
  - Tienes un brillo especial, tienes una mirada hermosa, tus ojos son tan lindos, tienes algo tan especial, que no sé descifrar, solo sé que desde que te vi, me quedé flechada por ti, me enamoré, mi amor a primera vista- bese su frente- Jazmín yo a ti no te quiero, querer es poseer, pero amar, amar es amor puero sincero, es darte la libertad de elegir y un honor que me elijas a mí- ella acaricio mi mejilla.
 
  - Me encanta que seas mi amor bonito- nos miramos a los ojos.
 
  - Si que soy afortunada- la abrace con fuerza- por tenerte en mi vida, por compartir mis horas contigo, deseo pasar el resto de mi vida, dormir a tu lado, educar a nuestros dls hijos o quizás tres- ella me soltó y miró asustada.
 
  - No amor solo tendremos dos, hijos – dije sería.
 
  - Era broma mami- la abrace por la espalda, bese su mejilla, cerré los ojos- estoy agradecida con Dios, con la vida y con el destino por tenerte en mi vida, por ponerte en mi vida, soy la mujer más afortunada del mundo y en unos días madre por segunda vez- nos besamos, Jazmín me miró.
 
  - Cielo- ella me miró- eres una mamá muy guapa- guiño de ojo.
 
  - ¿Y usted ya se vio al espejo? - mis manos posadas en su cintura.
 
  - Lo haré- mis brazos rodeando su cuello- pero me gusta más que tú me digas lo linda que me veo- bese su mejilla.
 
  - Eres guapa, tus facciones son muy lindas, tu piel blanca, tus ojos grandes, tu ceja, tu nariz, tus labios, tienes un rostro Perfecto- suspiré- y que decir de tu mirada, tiene un brillo especial- sonreí.
 
  - Definitivamente, serás mi espejo siempre- ella enmarco mi rostro.
 
  - Mi amor, yo quiero serlo todo, tu espejo, tú amiga, tu amante, tu compañera de trabajo- sonreí.
 
  - Te falto- ella me miró confundida- también eres mi símbolo sexual- sus mejillas se sonrojaron.
 
  - Me poner nerviosa- una risilla se dibujó.
 
  - Me gusta ponerte nerviosa- bese su mejilla- es todo un logro poner nerviosa a una mujer tan seria, tan fría- ella sonrió.
 
  - Mi corazón estaba congelado, conservándose para ti, amor mío- suspire- tu eres ese rayo de sol, que desbarató mi hielo, eres la luz en mi vida, mi alegría, mi amor bonito- bese su mejilla.
 
  - Esposa mía- la mire a los ojos- usted es lo que siempre soñé, siempre quise formar una familia- sonreí- esta de locos que mi jefa sea mi esposa- risa.
 
  - Tú jefa quedó enamorada de esa sonrisa, de su cabello, su paso seguro- suspire- me enamore desde que apareciste por la puerta, tus ojos- suspire- ese brillo, preciosa, me ponía celosa cuando alguien se acercaba, me puse celosa cuando te llegaron las flores y supe que tenías pareja- ella me abrazo.
 
  - Pero ahora eso es pasado estamos aquí juntas- sonreí- embarazadas- ella sonrió.
 
  - Muy enamoradas, ansiosas por ver a nuestro bebé- yo la abrazaba.
 
  - Estoy ansiosa por conocerlo, abrazarlo- suspire- es la espera más larga que he vivido.
 
  - Lo sé me pasaba igual cuando estaba embarazada de Andrea- recordé.
 
  - Estoy segura de que te veías muy linda embarazada, me hubiese gustado verte.
 
  - No me veo tan bella como tú, tú te ves tierna, guapa, me encanta, el embarazo te vino muy, pero muy bien y yo te amo- bese su cuello.
 
  Laura
  El tiempo seguía su ritmo, yo estaba contando los meses para ver a mi pequeña Andrea, suspire, tome mi celular estaba por llamarle a Andrea, pero me gano la curiosidad, busqué a esa chica entre los amigos de Facebook de Andrea y ahí estaba tan feliz como Flor, con Andrea en su foto de perfil, sentí un poco de celos y envidia, lance el celular al sofá, me levanté, camine por el departamento vacío, no podía quitarme esa imagen, sentí celos también por ver a Andrea , ¿ y si me olvida?, ¿ y si deja de quererme?, tome mi celular y le marqué, no respondió.
 
  Flor
  La cena en familia, en la terraza un día algo caluroso, ideal para cenar en la terraza, mi esposa sentada a un lado y mi hija del otro, sonrisas, bromas, muestras de cariño, ¿Qué más puedo pedir?
 

FLORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora