Flor
Adornos y luces por toda la ciudad, nuestra casa, con adornos de navidad, mi esposa ilusionada, sentada sobra la mesa del jardín colocando luces, muñecos de nieve, yo a lo lejos admirando su belleza, la seriedad con la cual se toma las cosas, mis ojos posados en ella, al verme me sonríe.
- Señora de Villanueva- la miró con seriedad- ¿ya terminó con la tarea encomendada?- camina hacia mi, con una sonrisa en esos hermosos labios.
- Señora de Rosales, aún no terminó pero su belleza me distrae, esa seriedad con la cual hace su trabajo- sonreí, me puse de pie a un costado de ella- usted, hace que pierda la concentración – suspire, bajo de la mesa y se posicionó frente a mi, mis labios buscaron los suyos.
- ¿Ah si?- la mire fijamente a los ojos, esos ojos que tanto amo, suspire.
- Si- sonreí, suspire- te veo me pongo nerviosa, te escucho y empiezo a temblar, te acercar y mi corazón late al mil- sonreí- debo reconocer que no sé controlarme cuando te tengo cerca, que me pongo celosa si alguien te mira con ojos que no son de amistad- acaricie su mejilla- quisiera gritar a los cuatro vientos que eres mi esposa- me tomo por la cintura.
- Soy tu esposa- bese su mejilla- tu eres mi esposa, mi amiga, mi cómplice, mi guía, mi sensei- bese sus labios, un beso rápido- te admiro como no te imaginas- una risilla en mis labios, la solté cubrí mis ojos con las manos- debo confesar que no sabía portugués , lo aprendí por ti- me sonroje, se acercó.
- ¿De verdad?- escucharla decir eso me sorprendió, me alago- mi amor- intente quitar sus manos de su rostro.
- Si- suspire- desde el primer día en que te vi te admire- sonreí- me enamore- una hermosa sonrisa y un brillo en sus ojos.
- Yo también me enamoré- suspire- caí rendida ante esa belleza, esa sonrisa.
- Eras muy seria- sonreí- bueno eres.
- Contigo no puedo serlo- bese sus labios, mis manos se posaron en su cintura- me tienes loca, me vuelves loca, me tienes como una niña enamorada, me haces sentir tranquila, libre, deseada y amada.
- Es lo menos que merece, una mujer hermosa, guapa, inteligente como tu- suspire- eres hermosa, sexy, sensual, agradable- sonreí- es un orgullo para mi decir que eres mi esposa, que eres mi mujer- ella sonrió.
- Mi vida, la orgullosa soy yo- acaricie su rostro, lo enmarqué- eres una chica hermosa, eres única y especial- bese su frente- cada día te admiro y te respeto más, eres un excelente ser humano, una buena esposa, te preocupas por los que amas- acaricie su mejilla.
- Siempre lo haré, siempre estaré pendiente de ti- bese su mejilla- te amo mi amor, mis ojos negros, mi peruana bella.
- Mi mexicana, bella- nos besamos, abrazadas nos mantuvimos por unos minutos hasta que su teléfono sonó.
- Debo responder- bese sus labios, tomé mi celular y respondí- madre, ¿cómo estás?.
- Mi amor, estamos en la ciudad, quiero verte- dije en tono serio.
- Claro- mi tono nervioso.
- Estamos en el hotel- sonreí- te parece si nos vemos en una hora- ansiosa por abrazar a mi hija.
- Claro- no sabía que más decir.
- Perfecto te vemos más tarde, te amo princesa- colgué la llamada.
Jazmín
Me quede pensando con la mirada hacia Flor quien se ha negado a conocer a mis padres pero creo que la hora ah llegado pensé, ella me miró, me acerque, en tono firme dije.
- Mi amor, mis padres están en la ciudad- ella se colocaba nerviosa, su rostro se tornó rojo, un silencio, en la sala, camine hacia ella , la abrace- te amo, eres especial y eres mi esposa- me sonrió.
- ¿Estás segura de querer decir que esta mujer que te dobla la edad, es tu esposa?- la mire fijamente, es mi mundo piense.
- Lo estoy- tomé su mano, la mire a los ojos- eres mi esposa.
- Mucho mayor que tu- levante una ceja mientras la miraba.
- Hermosa, inteligente, me amas, me respetas- sonreí- mis padres lo notarán.
- Mi amor- insistí, ella no me dejó continuar.
- Nos superan en media hora- la solté, camine hacia la habitación, me puse los tenis , el abrigo, ella se sentó al borde de la cama, con la puerta del closet abierta, me acerque, besé su mejilla- te vez hermosa con lo que sea- ella sonrió.
- Me iré así- tomé un abrigo del closet, la coloqué sobre el suéter que tenía , vestía unos jeans, tenis, un suéter azul, tomo mi mano, caminamos hacia la puerta.
Flor
Nerviosa, preocupada por la reacción de sus padres, subimos al auto, ella lo encendió, al igual que la música, empezó a cantar, con sonrisas en los labios me miró, empezó a entonar una de las canciones que me dedico, me gusta todo de ti, de Charlie Cruz, al estacionar el auto, me sonrió.
- Hemos llegado- quite mi cinturón de seguridad, baje del auto, ella no se movía, abrí la puerta del auto, la mire- vamos mi amor.
- Estoy paralizada- soltó una carcajada.
- No puedo creer- la mire.
- De verdad- tomé aire- estoy muy nerviosa, quizás tú madre piense que soy mayor, que no estoy a tu altura- toda mi seguridad se vino abajo, me sentía nerviosa, preocupada, pero Jazmín cambiaría todo, todo con amor.
- Eres perfecta, te amo, somos felices, te elegí y me elegiste a mi, nos amamos, lo demás no importa, ahora vamos a mi madre le molesta la impuntualidad- la bese, la abrace- estamos juntas- bajo del auto, se acomodó el abrigo.
- Te amo, lo que me haces hacer- sonreí.
- Esposa mía- tomé su mano, entramos al restaurante, ella apretó mi mano.
- Por ti me enfrento a quien sea, te amo mi mujer, mi niña- una sonrisa en nuestros labios, nos aproximamos a la mesa, una mujer alta, morena, un hombre de piel blanca, ojos de color café, como los de Jazmín, mi esposa, se acercó la abrazo su padre.
- Mi amor- la abrace con fuerza- te extrañaba princesa- mi esposa se acercó
- Mi niña, mi muñeca- la abrace con fuerza, sin quitar la mirada de la mujer que la acompañaba, al soltar a Jazmín, ella se acercó hacia esa mujer, tomo su mano, nos miró, con una sonrisa en los labios dijo.
- Ella es Flor- la mire, tomé su mano- mi esposa.
ESTÁS LEYENDO
FLORES
RomanceFlor una mujer de 49 años, fría, estable, sería, contrata a una chica de 30 años para una de las sucursales de la empresa donde trabaja. Jazmin provoca en Flor una incomodida y a la vez una alegría cuando hablan, cuando conviven.