Flor
Desperté cuando escuché ruido, levanté la mirada y ahí estaba mi chica colocándose un vestido sonriendo, yo sonreí al verla.
- Te ves y eres hermosa- dije con la voz adormilada e intentando abrir los ojos, ella sonrió, colocaba un arete, camino hacia mí.
- Hay un vestido para usted- sonreí- la invito a cenar, bailar- ella se levantó.
- Encantada- sonreí- acepto, estaré lista en unos minutos- guiño de ojo, caminé hacia el tocador, me vestí.
Jazmín
Mi teléfono, sino era mi madre para decirme que los niños estaban bien, que pasaron la tarde en la alberca y jugando, yo sonreír, al dar la vuelta mi esposa estaba ahí, con un vestido color blanco, enmarcando su cintura, me dejó sin palabras, su piel morena resaltaba, me quede boba , mi madre me dijo por el teléfono.
- ¿Sigues en la línea? - pensé que se había cortado la llamada.
- Si, madre – sonreí- disculpa, mañana llegamos a casa por la tarde- suspiré.
- No te preocupes por los niños nosotros cuidaremos de ellos, hasta que ustedes lleguen a casa- sonreí.
- Te amo ma- sonrisa, los ojos puestos en mi esposa- te veo mañana.
- Besos y saludos a Flor- colgué.
Flor
Mi esposa camino hacia mí, sus ojos estaban posados en mí y yo en ese momento era tan feliz, que me vea con esos ojos llenos de amor, suspire, al estar frente a mi dijo
- Te ves hermosa- seguía boba mirándola, con deseos de regrese a la cama y no salir de ahí en todo el día.
- Me encanta cuando me miras así- suspire, sentía tanto amor por ella.
- Toda mi vida voy a mirarte así- la tome de la mano- te ves tan bella – suspire.
- Bella tu mami, con ese vestido uff- dije mirándola, la tomé por el brazo y la traje hacia mí.
- Estoy temblando- dije mirándola a los ojos.
- Estoy deseando hacerte el amor ahora mismo- soltamos una carcajada.
- Yo pensé lo mismo- me besó.
- Vamos a hacerlo- levante su cabello, bese su cuello, caminamos hacia la cama, bese sus labios, su cuello, mi labial estaba por su cuello, sonreí.
- Amor, vamos por favor- sonreí.
- ¿Puede esperar la cena? – pregunté estando sobre ella.
- Tengo una sorpresa para ti- ella se puso de pie.
- Me encantan y amo las sorpresas- sonrisa.
- Entonces vamos amor – salimos de la habitación, tomadas de la mano, ella iba como una niña cuando va por regalos, eso me encanta de ella, lo mujer que es y la niña que se vuelve cuando le doy algún regalo o sorpresa, voltee a verla, ella sonrió.
- ¿Qué piensas? - mis ojos se posaron en ella.
- Pienso en una mujer – sonrisa.
- ¿Cómo así? - pregunté algo celosa, la sola idea de saber que ella podía pegase en alguien más me descolocaba totalmente.
- Si, es una chica hermosa- mis ojos estaban posados en ella- es compañera de trabajo- sonreí- la admiro mucho, es toda una líder- ella soltó mi mano.
- Deberías invitarla salir entonces- de inmediato vino a mi memoria- se que te guste la tipa de mercadotecnia, desde que te la presentaron- ella no decía nada, eso confirmaba mis sospechas, comenzó a reírse.
- Por supuesto que no- seguían riendo.
- Tu risa te delata- camine de prisa.
- Flor, hablo de ti, siempre se trata de ti- ella se detuvo, yo la alcancé- no tengo ojos, ni corazón para nadie más, espero que eso algún día te quede claro, yo te amo a ti, contigo tengo todo, no busco nada- ella se dio vuelta, quedó gente a mí.
- Te amo tanto- enmarque su rostro- perdóname porque ser tan celosa contigo-respire profundo- me asusta tanto la idea de imaginar que busque a alguien más- su respuesta me encanto.
- Yo no busco nada- la mire a los ojos- en ti encuentro todo, incluso más de lo que imagine – sin decir más la traje hacia mi, sellando esa conversación y ese momento con un beso delicado y dulce.
- Te amo- suspire, estaba entre sus brazos y todo era felicidad.
- ¿Ahora podemos ir a nuestra cena? - la mire.
- Claro- la mire a penada- disculpa mi actitud y mi inseguridad- suspire.
- No hay problema- tome su mano y caminamos hacia ese lugar, al estar en la puerta le dije- que disfrute su cena- abrí la puerta.
- Wow- lleve las manos a mi rostro, cubrí mi boca, mis ojos se llenaron de lágrimas, me abalancé hacia ella y la abrace, ella me abrazo con fuerza- haces tantas cosas por mí y yo soy tan insegura- me sentí mal por actuar así minutos atrás.
- No pasa nada amor mío- nos separamos, seque sus lágrimas- vamos disfruta la cena, esa parte de mar que reserve especialmente para ti- bese su mejilla.
- Muchas gracias, mi cielo- caminamos hacia la mesa, a orillas del mar, velas, música de fondo, una luna hermosa, sonreí.
- La noche es perfecta porque tú estás aquí- bese su mano, le acomode la silla, se sentó, yo a su lado- nos ofrecieron vino, sirvieron la cena, pasó todo tranquilo, hasta más tarde, nos levantamos caminamos a la orilla del mar, después entramos, bailamos un par de horas y finalmente nos sentamos a la orilla del mar, esperando el amanecer, ella estaba recostada en mis piernas, yo acariciaba su cabello, sus ojos negros estaban posados en mí.
- Te amo- sonreí.
- Te amo más- sonrisa.
- No sé si me amas más, pero sé que tú amor es sincero y eso es suficiente para mi- suspiré- pensé que eso del amor no era para mí y mírame aquí junto al amor de mi vida, junto a la madre de mi hijo- sonrisa, me levanté, me senté a su lado recargué mi cabeza en su hombro, el sol apareció- hacia cómo aparece ese sol, iluminando todo, así aparece tu amor en mi vida, tu calor descongelo mi corazón, tus ojos parecen ese rayo de sol que iluminó mi vida- suspire- Tomo su mano y el mundo es pequeño, miró tus ojos y me siento tranquilidad, feliz y en paz, sea lo que sea qué haces, no dejes de hacerlo nunca, por favor, soy la mujer más feliz de este y de todos los planetas, estoy enamorada, perdidamente enamorada de esta mujer- dije gritando, extendiendo los brazos- es mi chica, mi amiga, mi esposa, mi cómplice, la madre de mis hijos.
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FLORES
RomansaFlor una mujer de 49 años, fría, estable, sería, contrata a una chica de 30 años para una de las sucursales de la empresa donde trabaja. Jazmin provoca en Flor una incomodida y a la vez una alegría cuando hablan, cuando conviven.