LA UNA PARA OTRA

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  Flor
  Miré los ojos de mi esposa, una risa nerviosa, era verdad mis manos sudaban, así que respondí.
 
  - Estoy será que tendrá esos ojos, esa sonrisa – suspire- ¿y quieres que no esté nerviosa? - ella sonrió- no todos los días se tiene un hijo con el amor de tu vida- mi mano tomaba su manso, nuestras miradas, nuestras sonrisas.
 
  - Totalmente cierto- bese su mejilla- es hermoso tener un hijo con la persona que amas- la abrace.
 
  - Con el amor de tu vida- mis manos sujetaban su cintura, esa cintura que me vuelve loca.
 
  - Tus ojos y tu inteligencia es lo que me tiene loca a mí, estoy total y profundamente enamorada- suspire- estoy segura de que quiero coincidir todas mis vidas contigo- su sonrisa, su mirada, su acento.
 
  - ¡Te amo! - dije mientras caminamos tomadas de la mano, entramos al consultorio yo me sentí aún más nerviosa- la enfermera nos llamó.
 
  - Señoras Rosales.
 
  - Buena tarde- le di una sonrisa.
 
  - Pasen por favor, señora Jazmín se coloca esta bata por favor, en seguida viene el médico.
 
  Jazmín
  Tomé la bata, coloqué mi bolso, sobre la silla junto a Flor, coloqué mi suéter, mi esposa sonrió y en tono pícaro dijo.
 
  - Puedo ir con usted y ayudarle a desvestirse- mi esposa sonrió, sonrojada.
 
  - Le agradezco y me agrada la idea-guiño de ojo, el médico entro, mi esposa se sonrojo.
 
  - Ahora vuelvo- sonreí, entre riendo al tocador, me desvestí, coloqué la bata, estaba nerviosa, debo confesarlo, coloqué mi mano en mi pancita, estoy ansiosa, quieto conócete, prometo hacer todo lo posible para que seas feliz, mi niño, salí, me recosté sobre la camilla, mi esposa sostenía mi mano, yo di un brinco cuando colocaron el gel.
 
  - Lo siento está frío.
 
  - Si, no hay problema- el médico inicio buscándolo, él apareció, mi esposa, la vi una lágrima rodó por su mejilla.
 
  - Es hermoso amor mío- bese su frente, mi esposa sonrió, su felicidad, esos ojos llenos de amor- estoy enamorada- dije mirando su imagen en la pantalla, una sonrisa, un suspiro y un enorme amor en mi pecho.
 
  - Nuestro hijo- sostenía la mano de Flor, mis ojos posados en esa imagen, suspire, al salir ella sostenía entre sus manos esa imagen, la solicito impresa, caminamos hacia el auto, sonrió- te amo- bese su mejilla- Gracias por aceptar tener un hijo conmigo- bese su mejilla.
 
  - Gracias a ti- la abrace- por amarme, por darme mi lugar y por – sonrisa- tener el mejor sexo- ella se sonrojó.
 
  - Nos complementamos- subimos al auto, conduje hacia el colegio de Andrea, al llegar colegio, mi hija salió, Jazmín esperaba por ella en la entrada, al verla le dio una sonrisa, se acercó, besó su mejilla y tocó su pancita subieron al auto.
 
  - Hola, madre- le di una sonrisa.
 
  - Hola preciosa, mi amor- extendí mi mano, ella la tomo.
 
  - Te presento a tu hermanito- le di la foto del ultrasonido, ella lo tomo, lo reviso, no dijo nada encendí el auto, conduje sin decir nada, al llegar a casa nos esperaban, estaba el padre de Jazmín, su madre, su nana y la persona que nos ayudara con los niños, Jazmín abrazo a sus padres yo abrazaba a Andrea, mi esposa extendió su mano.
 
  - Ven amor- sonreí, ellas se acercaron- padre ella es Andrea- sonreí- mi hija- ella me miró con una mezcla de confusión y sorpresa, mi esposa sonrió.
 
  - Que gusto conocerte preciosa- le di una sonrisa, ver a mi hija feliz me hacía feliz a mi- puedes decirle abuelo, si tú quieres- ella sonrió.
 
  - Gracias- me sentí contenta por cómo me han tratado pero rara cuando Jazmín dijo que yo era su hija, mi madre sonreí, sus ojos brillaban, la madre de Jazmín dijo.
 
  - Ella es Susana, y cuidará de ti y tu hermano- acaricie su cabello.
 
  - Gracias, un gusto- le di una sonrisa, Susana, dijo.
 
  - Andrea, vamos te prestada un smoothie, y preparamos la cena.
 
  - Claro- camine con ella hacia la cocina. 
 
  Jazmín
  Mis padres, mi esposa, nos quedamos en la sala conversando, compartiendo, mi esposa me abrazaba, tomaba mi mano, beso a mi mejilla, la cena pasó con risas, conversaciones de mi niñez, de la niñez de Flor, de Andrea quien pidió permiso para levantases de la mesa.
 
  - ¿Puedo ir a mi habitación? - mi madre me miró- debo hacer tarea.
  - Claro, peor no duermas, noche- se levantó mi esposa dijo.
  - Si tienes alguna duda por favor avísame- sonreí, Andrea me miro.
  - Puedes venir conmigo por favor, Jazmín- la mire, necesitaba de su ayuda.
  - Si- le di una sonrisa, me levante de la silla- ahora vuelvo, caminamos hacia la escalera, al llegar a su habitación, dijo.
 
  - Tengo algunas dudas en unos ejercicios- saque mi cuaderno del bolso- ¿puedes ayudarme? – la mire.
 
  - Claro, con gusto preciosa- nos sentamos paso media hora y terminamos.
 
  - Gracias- la abrace, ella estaba de pie a un costado mío.
 
  - Con gusto preciosa- besé su mejilla, se quedó en su habitación, yo volví a la sala, mis padres bebían una copa de vino, en compañía de mi esposa, me senté a su lado, ella besó mi mejilla.
 
  - ¿Todo bien? – la mire.
 
  - Tenía unas dudas con matemáticas- mi esposa sonrió.
 
  - Me gusta que confíe en ti, que busque tu apoyo- bese su mejilla, contúndanos conversando con sus padres, por la noche cada quien, a su habitación, yo abrace a mi esposa- al fin solas- le dije al oído, acaricie su pancita.
 
  - Amor- le dije sonriendo- acostúmbrate, el bebé está por llegar y estoy segura de que mi madre, se quedará algún tiempo con nosotros- su rostro cambio, de paso sería.
 
  - Tendré que dejar de besarte por cada rincón de la casa- dije sería.
 
  - Podrás besarme – bese sus labios- me encanta que lo hagas- ella sonrió- me encanta tu sonrisa.
 
  - A mí me encanta usted- Guiño de ojo- completita estoy muy enamorada, y apasionada por ti- bese su cuello, ella sonrió.
 
  - No sabía que el embarazo me – sonrisa nerviosa, mejillas sonrojadas- me pudieran tan hot- ella soltó una carcajada.
 
  - Aquí estoy- bese su mejilla, su cuello- la acaricie- me encantas, me gusta tu cuerpo, tu sonrisa, tu mirada, toda tú eres hermosa, bella- desabroche su blusa, bese sus labios, quite su pantalón.
 
  - Cada vez es único y especial- ella sonrió.
 
  - Me gusta que me lo digas- me hace sentir bien, saber que te gusto a pesar de mis arrugas- bese sus labios.
 
  - Me encantas y siempre me vas a gustar con arrugas y sin arrugas, pero mientes tu rostro es Perfecto- lo acaricie- tu piel es suave, me gusta- nos miramos a los ojos, desnudas, abrazadas, hicimos él amor, intentando no hacer tanto ruido, desde que llegó su hija y ahora mis padres, besos, caricias, miradas cómplices, miradas llenas de deseo, su respiración agitada, su aliento chocando con el mío, sus manos posadas en mi entrepierna, terminar abrazadas, sonriendo, hablando de nuestro futuro de nuestros planes, de viajes, de sus fantasías sexuales.
 
  - Necesitaba una loca como tú- ella soltó una carcajada y volteo a verme.
 
  - ¿Ahora estoy loca? - la mire con una ceja levantada.
 
  - Estamos- agregue- y quiero que toda la vida sea así.
 
  - Si, dos locas amándose, tratando de ser inolvidable la una para la otra.
 

FLORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora