Jazmín
Mis ojos posados en Flor, realmente estaba arrepentida, por las malas desiciones que he tomado, ella me miraba, sin decir nada, sus ojos me miraban, su boca estaba cerrada, y yo deseaba que ella me perdonara, tanto que volví a insistir.
- Flor, acepto que me equivoque- respire profundo- tomé desiciones equivocadas- me acerque, acaricie su mejilla, ella no se quitó, eso era buena señal, pensé, una de sus manos, tocó mi pancita.
Flor
Sus ojos, su mirada era sincera y yo me moría de ganas por ir a casa, por estar con ella y mi bebé, la amo, con todo mi corazón y mi alma, su caricia en mi mejilla, me puso nerviosa, me devolvió la vida, este mes sin ella, solo respiraba,
- Debo reconocer que te vez hermosa embarazada, tus ojos brillan más de lo normal- sonreí.
- ¡Gracias!- le di una sonrisa, ella me abrazo con fuerza.
- Te amo- enmarqué su rostro, bese sus labios, una sonrisa se dibujó en sus labios, a mitad del beso- quiero que estemos los cuatros juntos, iré por Andrea el fin de semana y quiero que vengas conmigo, quiero que mis padres, mi familia sepa que seremos madres- suspire, sonreí.
- Claro que iré contigo- tomé su mano, caminamos hacia los autos.
- Te veo en casa amor, mío- nos soltamos.
- Rosales- le grite, ella volteó- Te amo- guiño de ojos, ella se regresó, camino hacia mi, me tomo por la cintura, me beso nuevamente.
- Me encanta que digas que me amas, me encanta como te ves con esa pancita, me encantas tu, tu sonrisa, tu mirada- la bese.
- Te veo en casa amor mío- sonreí, encendí el auto, durante él camino recordaba cada día a su lado, cada detalle, recordaba su rostro cuando me vio con esa pancita, cuando la tocó por primera vez, esta vez haré las cosas bien, pensé, al llegar a casa baje del auto, entre, las luces estaban apagadas.
Flor
Llegue minutos después que ella, al llegar a casa, suspire, una sonrisa se dibujó en mi rostro, estaba en casa, con mi esposa, mi hijo pero me faltaba mi hija, baje la maleta del auto, entre a la casa, ahí estaba mi esposa, con dos copas.
- Señorita usted no puedo beber- ella sonrió, se acercó a mi con las dos cosas entre sus manos.
- Claro que no, yo no bebe, es jugo de uva, mi amor, para ti vino- bese sus labios, ella tomo la copa.
- Salud por nuestra familia- sonreí- me haces muy feliz preciosa.
- Y usted a mi- suspire, ella roso mi mejilla, beso mis labios, al oído dijo.
- Tengo ganas de ti, de ver esa pancita- ella sonrió, colocó la copa sobre la mesa, tomo mi mano, caminamos hacia la habitación , sin decir nada entramos, me invito a sentarme sobre el sofá, ella desabrochó su blusa, me sonrió, yo la tomé por la cintura.
- Te amo- bese mis labios- te extrañe tanto amor mío- suspire.
- Pensé que no lo dirías, me hiciste falta mi cielo- bese su cuello, ella se levantó, quitó su blusa, al verla sin blusa sin pantalón, me levante, bese su pancita- te vez tan sexy- sonreí.
- Me hubiese encantado haberte visto así a ti- sonreí.
- No me veía tan linda, tú te ves- suspire- hermosa, sexy, eres una mujer muy sexy, guapa, bella, linda, eres única mi amor- la bese, acaricie sus piernas, bese su frente, su nariz, sus labios, mejillas, el cuello, seguí mi camino , llevándola de besos , caricias, sentadas uñas frente a la otra, bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana de nuestra alcoba, de esa alcoba que guardaba nuestras noches de pasión, suspire.
- Extrañaba el calor de tu cuerpo, el aroma de tu piel- suspire, ella me cubrió con la manta, se acomodó a mi lado, me abrazaba, cerré los ojos- extrañaba tu calor- sonrisa.
- Te extrañe y me hiciste mucha falta, enojada- cuando dije eso ella, se volteó, hizo cara de niña enojada.
- Yo no soy enojona- dije con el ceño fruncido, mirándola.
- Lo eres- sonreí- eres como una niña- solté la carcajada.
- ¿Ah si?- me lance sobre ella y empecé a hacer cosquillas.
- Amor , tranquila, recuerda que tenemos un bebé en medio- ella soltó una carcajada, en ese momento yo era la mujer más feliz del planeta- me encanta lo ocurrente que eres- la bese.
- Tu eres muy divierte- bese su nariz.
- Eres muy intenta- reí- yo estoy tratando de seguir tu ritmo- solté una carcajada.
- Pero a pesar de eso me amas- dije en tono de altanería y orgullo.
- Eso no lo puedo negar, si me empeñara en hacerlo, mis ojos me delatan- acaricie su espalda, mis ojos estaban posados en ella.
- ¿Por qué me miras así?- le pregunte.
- Eres hermosa- acaricie su tórax- te verás hermosa con nuestros hijo entre tus brazos- suspire.
- Tu más, amor, Florian, te ama, eras su mamá – imagine.
- O si abuela- ella me miró molesta.
- No digas eso Flor- me aleje un poco.
- A veces si lo pienso mi amor, tengo 52 años, y seré madre, tú tienes 30, eres joven- siempre me preocupo ese tema de la edad, es uno de mis miedos, pensé.
- Seremos madres y punto- Volví a la cama, me acomode entre sus brazos, cerré los ojos.
Flor
Desperté antes que ella, fui a la cocina, le prepare fruta y jugo, más tarde volví a la recámara, la desperté con besos y caricias, ella abrió los ojos.
- Buenos días mi amor- sonreí, me parecía un sueño tenerla junto a mi, frente a mi.
- Hola bella durmiente- bese su mejilla.
- Hola, señora roba corazones, roba suspiros- ella sonrió.
- Lo voy a creer- nos levantamos de la cama, fuimos a la regadera.
- Te ves hermosa- ella peinaba su cabello, yo me acerque , la abrace por la espalda.
- Gracias, me siento halagada- sonrisa- lo dice la mujer más guapa del planeta.
- Mis ojos ven tu belleza, interior y exterior- ella se dio vuelta- admiro tu inteligencia, eso me enamoro de ti- acaricie su mejilla.
- Me encanta es muy lindo sabes que soy capaz de inspirar sentimientos tan bonitos- suspire, termine de abrochar su blusa.
- Te amo bebé- bese sus labios- te veo en la oficina- ella me detuvo.
- No, no te dejare manejar y menos ir sola, a partir de hoy yo seré tu chofer- ella sonrió.
- Si puedo manejar- insistí.
- Prefiero que no, y no se diga más, vamos, en la cocina, esta tu desayuno para que te lo lleves- bajamos la escalera juntas, al llegar al auto le abrí la puerta, al llegar al trabajo igual, le di la mano para bajar, ella camino, estaba a unos pasos de mi cuando Rocio apareció.
- Hola guapa, que linda te ves- sonreí- se ven- refiriéndome al bebé, Jazmín sonrió.
- Gracias Rocio- ella beso mi mejilla, cuando voltee Flor estaba parada frente a nosotros, saludo.
- Hola buen día Rocio- la sonrisa más hipócrita de toda mi vida.
- Hola buen día Flor- sonreí.
- Se ve hermosa mi esposa , ¿cierto?- la mire, abrace a Jazmín, quien se quedó sin palabras.
- Si, así es- me sentí fuera de lugar- las dejó tengo algo de prisa.
- Bonito día Rocio- le dije sonriendo, Jazmín me miró.
- Ahora toda la empresa lo sabrá.
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FLORES
DragosteFlor una mujer de 49 años, fría, estable, sería, contrata a una chica de 30 años para una de las sucursales de la empresa donde trabaja. Jazmin provoca en Flor una incomodida y a la vez una alegría cuando hablan, cuando conviven.