SEÑORA DE MI VIDA

66 12 0
                                    

  Laura
  Mis ojos posados en ellas, estaba claro, era evidente se amaban tenían mucha complicidad y un amor único, ante mis ojos, Jazmín soltó a Flor le dedicó una sonrisa a Andrea, se acercó a ella, besó su mejilla.
 
  - Hola preciosa- besé su mejilla- ¿cómo les fue? - le di una sonrisa a Laura, ella correspondió, Andrea con una sonrisa en los labios dijo.
 
  - Muy bien me divertí mucho con Laura- la mire, tome su mano, ella besó mi mejilla.
 
  - Debo irme- le dije a Andrea, mire a Flor- ¿Puedo pasar por Andrea al colegio e ir a comer y pasar la tarde juntas? – Flor miró a Jazmín, ella le sonrió, parecía un si por parte de ella, eso me molestó, pero no dije nada, Flor respondió.
 
  - Si, claro te paso la dirección del colegio- sonreí- y aviso que pasarás por ella- mi hija tenía una sonrisa en sus labios, lo cual me hacía feliz, yo tomaba la mano de mi esposa, en tono tranquilo le dije a Laura- ¿cuánto tiempo estarás en Mexico?-ella me miró incómoda, yo debía organizar mis tiempos con mi hija y con Laura.
 
  - Estaré hasta la próxima semana- no entendía el motivo de su pregunta, la observé, nuestros ojos se encontraron, ella sonrió, Dios que linda y bella sonrisa, pensé.
 
  - Puedes pasar las tardes con Andrea y fines de semana – sonreí, ella correspondió, yo estaba siendo cortes, amable al final siempre nos uniría mi hija, así como Florian me unirá a mi Jazmín, claro con ella me une también un gran amor, un puro y sincero amor.
 
  - Encantada- sonreí- estaré puntual mañana en el colegio esperando por Andrea- sonrisa nerviosa- ahora me voy- camine hacia la puerta, el taxi me esperaba.
 
  - Que pases buena noche- la acompañe a la puerta estando afuera, ella se detuvo se paró frente a mí, mis ojos se posaron en ella.
 
  - Gracias- sonreí, toque su mano, ella iba a quitarla yo no la deje- de verdad te agradezco por cuidar tan bien de nuestra hija- suspire, melancolía, amor y agradecimiento había en mis palabras.
 
  - No lo hago sola- sonreí- me ayuda Jazmín- mi pecho hinchado de orgullo, por tener a mi lado a una excelente mujer, madre, amiga y compañera.
 
  - Lo sé- volteé la mirada hacia otro lado, solté su mano, respire profundo, regrese la mirada hacia Flor debía reconocerlo y agradecerlo- Dale mi mensaje a Jazmín, se lo agradezco infinitamente- ella sonrió, un brillo especial en sus ojos cuando hablaba de ella.
 
  - Se lo diré- sonrisa- con gusto- camine hacia la entrada, ella me miró.
 
  - Buena noche Flor- amor mío, ella siguió su camino sin decir más, yo subí al taxi, con la cabeza recargada sobre el cristal, mi cabeza me hacía malas pasadas, parecía una televisión, repitiendo un video, al llegar al hotel el taxi se detuvo, baje, entre a la recepción, tome mi llave y subía, entre al elevador, al llegar a mi piso, saqué del refrigerador una botella de vino, me quite el suéter, me puse los audífonos y entre lágrimas recordé, esa escena, Jazmín bailando con Flor siendo feliz, amándose como alguna vez soñé que me amara a mí, ya no es tuya me dije en tono molesto corrigiéndome y siendo fría y ruda conmigo, y era pasado, recordé la forma en que la mira , hubiese deseado que me mirara a mi así, di un trago a la botella de vino, dejando de lado la copa, estaba triste, herida y celosa.
 
  Jazmín
  Era hora de dormir, mis hijos dormían en su habitación yo di mi ronda, pasando por cada habitación, dejé un beso en la mejilla de mi hija y la cubrí con la manta, salí de su habitación, salí y fui a la habitación del pequeño Florian, lo cubrí con la manta, bese su frente, encendí la cámara, al salir suspire, una sonrisa se dibujó en mi rostro, fui a mi habitación, mi esposa se colocaba el pijama, yo me acerque, ella me sonrió.
 
   
  - Hola- le dije, una sonrisa se dibujó en mis labios, ella acarició mis muslos y besó mi mejilla, esa acción me hacía estremecer, me ponía nerviosa.
 
  - No, necesitas esto- levante su bata de dormir, era color rojo, de seda, una combinación perfecta con el color de su piel- necesitas mis caricias- la recorrí con mis manos, sus piernas, su entrepierna - mis besos- besé su cuello, ella tomó mis manos.
 
  - Te amo y estos momentos a solas- sonreí, volteé quedando frente a ella, bese sus labios, coloqué mis manos sobre su cuello.
 
  - Señora de mi vida- acaricie su mundillo, mire sus ojos color café, el brillo de su mirada, la sonrisa en sus labios, esos labios rojos, bien delineados, sin decir más la bese, sus labios, su piel tersa y blanca, un contraste con mi piel pensé, ella beso mi cuello, mi mejilla.
 
  - Me gusta la combinación de nuestro color de piel, me gusta esa complicidad que tenemos y ese amor que es único y especial- ella me cubría de besos, caricias, haciendo pausas para mirarme, en sus ojos había amor y pasión.
 
  - Te amo- dije mirándola a los ojos, nuestros cuerpos desnudos estaban juntos, sus labios rojos, sus brazos apoyados sobre mis hombros, sus piernas sobre las mías, su torso frente a mis ojos a la altura de mis labios, mis manos apoyadas en su cintura.
 
  - Yo también la amo- bese su mejilla- toda mi vida te amare, madre de mi hijo, mujer de mis sueños- ella me abrazo con fuerza.
 
  - Deseo vivir el resto de mi vida a tu lado, ver crecer a nuestros hijos, envejecer a tu lado, deseo siempre al abrir los ojos tu rostro sea lo primero que vea.
 
  Laura
  Me levanté temprano, no logré dormir, pero el día y mi viaje debía ser productivo, así que me fui muy temprano a las clases de repostería, con un café entre mis manos entre al aula, me coloqué el mandil, las clases iniciaron, al finalizar salí de prisa debía ir por Andrea, luego a comer y después al hotel para hacer tareas, al llegar espere unos minutos ella salió al verme me abrazo, beso mi mejilla.
 
  - Laura- corto hacia ella, nos abrazamos, besó mi mejilla.
 
  - Hola, mi amor- me hacia tan feliz estar aquí, con ella- vamos a comer algo- caminamos tomadas de la mano, conversando de su día a día, no pensé volver a esta ciudad, a este país y aquí estoy caminando con mi pequeña, por las calles, una sonrisa en mis labios.
 
  Jazmín
  Estaba distraída, revisando unos documentos, observando atenta, concentrada tanto que no escuché cuando abrieron la puerta, solo sentí unos brazos rodeando mi cintura.
 
 
 
 
 

FLORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora