Cap LXXXV: ¡Pablo y Marcela en llamas!

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18 de agosto de 2022


-Perdón, no debería preguntar por la Rachel en un momento como este, ¿verdad?

-No te preocupí', eso me da lo mismo.

-Eso no te lo creí' ni tú mismo. Los dos sabemos que todavía te pasan cosas con la Rachel.

-Marce, no vamos a hablar de mi ex ahora, ¿o sí? Después erí' tú misma la que dice que los hombres somos los pasteles que hablamos de las ex en el momento más inoportuno.

-Tení' toda la razón por ese lado, que soy hueona. Oye... – dice Marcela acariciándole su cara y acercando su rostro al suyo – insisto, eso estuvo súper rico, es la mejor chupada que me han hecho en la vida – Pablo sonríe. Marcela lo besa en la boca.

-¿Y no te da un poquito de asquito darme un beso en la boca cuando con mi lengua exploré toda tu vagina? – pregunta Pablo.

-Me da lo mismo, es mi cuerpo – dice Marcela mientras besa a Pablo. Le empieza a manosear el pene – tení' la tula parada, qué rico – le dice respirando cada segundo con más exaltación, al igual que Pablo. Sabe lo que se viene, no siente nada de nervios, está en completa sintonía con Marcela.

-Es toda tuya – le dice Pablo besándole el cuello y posteriormente mordisqueando levemente su oreja derecha mientras le libera aliento en ella. Marcela siente un cosquilleo placentero que le eleva aún más la temperatura. Ella le baja su bóxer y empieza a chuparle el pene lentamente – ¡ay, bendita seas Marcela Briones! – dice susurradamente. Marcela empieza a incrementar la velocidad lentamente. Pablo de a poco empieza a ilusionarse, ¿podría ser esta una buena chance de venirse? – Marce... – Marcela se detiene sin sacarse el pene de la boca – ¿te aviso cuando me falte poco pa' venirme?

-No, no te preocupí' por eso, tú solo disfruta – dice Marcela. Luego de hablar vuelve a chuparle el pene a Pablo. Está muy excitado, no recuerda una mamada tan buena como esta. Hay algo que no puede evitar, y es que es Sofía la que pasa por su mente en aquellos momentos. Se pregunta cómo se sentirá hacer el amor con una mujer mayor, eso mismo se preguntó cuando cogió con Rachel hace diez días y en esa ocasión también estuvo a punto de venirse. Imaginar que tiene sexo con Sofía claramente le coopera bastante.

-¡Ay Marce! ¡Qué rico! ¡Qué rico, falta poco! – dice Pablo más excitado que nunca. Parece ser que nada ni nadie interrumpirá este momento, ambos están solos. Sus celulares están en silencio total, ninguna llamada telefónica ni notificación de WhatsApp quebrantará este momento que parece ser, no tiene vuelta atrás... está a punto... ya no falta nada... ¿Cuántos meses han pasado desde la última vez que logró venirse? Ya van más de seis, siente que ha pasado toda una vida desde la última vez, que fue con Rachel en una tarde de verano de enero o febrero, ya no recuerda la fecha con exactitud – ¡ooohhh! ¡Ay Dios mío! ¡Ay, qué rico! ¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer! – exclama Pablo con la respiración muy exaltada como si de una extensa sesión de trote se tratara. Pablo recordará que un jueves 18 de agosto de 2022 volvería a disfrutar del sexo como lo hacía antes, la palabra "felicidad" queda pequeña ante la inmensa alegría que siente, no puede creer que la pesadilla por fin llega a su fin. ¿Estará soñando? Elige creer que no, ha soñado con este momento y la sensación esta vez es demasiado real como para ser un sueño. Mira a Marcela, recién se quita el pene de su boca.

-Hueón, tremendo tsunami que disparaste, te pasaste. Es como si no te hubierai' venido en caleta de tiempo – dice Marcela. Si supiera su historia le haría todo sentido que haya disparado un tsunami de semen. ¿Se la cuenta? Es lo que Pablo se pregunta, cree que no es el mejor momento, sigue excitado, ahora quiere coger directamente. Sin embargo, antes que Pablo pueda decir algo Marcela se levanta de la cama – voy al baño y vuelvo – en poco más de un minuto Marcela vuelve – Pablo, ¿no te molestó que te haya grabado con mi celu mientras me la chupabai'? – Pablo gesticula una negación moviendo la cabeza.

-Mientras no se lo mandí' a nadie, todo bien. Pero Marce, enserio no se lo mandí' a nadie, confío en ti – dice Pablo.

-Tranquilo, no lo haré.

-¿Fuiste a enjuagarte la boca?

-Sí, no creo que me querai' dar besos con la esencia de tu semen en mi boca, ¿o sí? – pregunta Marcela. Pablo sin responder le gesticula que se acerque a él. Marcela hincada se acerca a él. Pablo coloca su mano derecha en su cintura y la izquierda en su espalda para acercarla aún más a ella y recostarla sobre él.

-No tengo palabras pa' describirte lo rico que estuvo eso. Marce, erí' una reina, de verdad te lo digo... una reina – le dice Pablo susurradamente estando muy cerca de su cara.

-Uff. Dos posibilidades, o la Rachel hacía muy mal las cosas, o yo soy muy buena.

-¿Qué te parece un poco de las dos?

-Me parece perfecto. Andai' más caliente que nunca hueón, nunca me habíai' hablado así, con tanta seducción, con tanta felicidad, con tanto ímpetu, con tan... – Pablo no permite que siga hablando, le da un beso apasionado como nunca antes había dado, hacía meses que no besaba a una mujer con tanta pasión, definitivamente Marcela está despertando el lado más fogoso y apasionado de Pablo.

-Marce, creo que ahora te quiero culear. Te quiero culear bien rico como nunca antes había culeado a alguien – dice Pablo.

-¿De verdad? – pregunta Marcela dubitativa – ¿tanto así? Si acabai' de venirte, no creo que sigai'... con... ganas... – Marcela enmudece al ver que Pablo sigue con su pene parado – wow, la seguí' teniendo parada pese a que recién te viniste. Al Fausto se le cae altiro apenas se viene jaja – se arrepiente inmediatamente de sus palabras, sabe que no serán del agrado de Pablo, pero ya lo dijo y no hay vuelta atrás.

-Vale, voy a hacer como que no escuché eso. Porque na' que ver que me andí' comparando con otro gil, eso es harto feo.

-Sí, perdón Pablo, tení' toda la razón. De hecho, estoy dispuesta hacer lo que sea con tal de conseguir tu perdón – le dice mientras le acaricia su pene erecto – pídeme lo que querai', en estos instantes me convierto en tu esclava, voy a dejar que me violí' como tú querai'.

-Cuidado con lo que estai' diciendo – dice Pablo mientras le acaricia su cara con su mano derecha mientras que con la izquierda le acaricia un pecho – porque después no hay vuelta atrás, y te voy a cobrar la palabra. Ahora vai' a sacar un condón de mi mochila, me lo vai' a poner tú misma, luego te vai' a poner en cuatro y vai' a dejar que te culee con frenesí, como cajón que no quiere cerrarse, como si no hubiera un mañana, como si fuera el último polvo de nuestras vidas – dice Pablo. Marcela obedece secuencialmente las órdenes de Pablo. Apenas se puso en cuatro Pablo la penetra hasta el fondo y comienza a cogerla sin parar.

-¡Ay Pablo! ¡Ay, qué cosa más rica! ¡Rachel culiá! ¡Lo que te perdiste! – exclama Marcela mientras sigue gimiendo.

-¡Ay! ¡Ay! ¿Qué dijiste? ¡Repite lo último! – dice Pablo mientras le sigue dando duro a Marcela.

-¡Rachel culiá! ¡Lo que te perdiste!

-¡Ay! ¡Ay! ¡Me gusta eso! ¡Qué rico es culearse a la mejor amiga de mi ex! ¡Esto es vida! ¡Vuelve a decirlo! ¡Quiero volver a escucharte!

-¡Ay! ¡Ay! ¡Rachel culiá! ¡Lo que te perdiste!

-¡Ay! ¡Ay! ¡Más fuerte!

-¡Rachel culiá! ¡Lo que te perdiste!


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Sexo sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora