Cap LXXVII: Fausto no estaba mintiendo

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17 de agosto de 2022


-Amor, ¿por qué no vai' a dejar a la Sofi al metro en tu auto? – propone Natalia.

-No Naty, no te preocupí'. Tomo cualquier micro que me lleve al metro Cerrillos – dice Sofía.

-Pero tranqui Sofi. Si no es ninguna molestia, ¿o acaso te da miedo? – pregunta Guillermo.

-A lo único que le tengo miedo es a un maniquí perturbador que hay en una vitrina en Santiago Centro, en la calle 21 de mayo pa' ser exacta. Fuera de eso, nada más podría darme miedo – dice Sofía.

-Vamos entonces – dice Guillermo.

-Bueno. Naty, muchas gracias por el sushi, hoy mismo hablaré con el Dustin pa' que salgamos este sábado. Ah, y espero que cumplas y hagas valer tu palabra de que ustedes nos van a invitar – dice Sofía.

-Obvio prima, dalo por hecho. Como dije denantes, es lo mínimo que puedo hacer, porque en tu casa siempre nos hay tratado súper bien – dice Natalia.


-Todo bien, no hay dicho ni pío – dice Guillermo a bordo de su vehículo son Sofía de copiloto.

-Sí, todo bien. Mejor déjame en Pedro Aguirre Cerda con Lo Errázuriz, de ahí me voy caminando pal metro – dice Sofía.

-¡Estai' más hueona! De ahí es más que la chucha hasta el metro, vai' a llegar atrasada. Déjame dejarte hasta el mismo metro.

-No puedes doblar en U allí pa' volver.

-Busco un retorno por Departamental, no te preocupí' por eso – dice Guillermo. Sofía permanece en silencio, no deja de pensar en que Natalia casi los sorprende cogiendo. Le incomoda solo recordarlo y no quiere pasar más tiempo con Guillermo tan de cerca – tan seria que estai'. Relaja la vena mujer, mi colega nos salvó justo a tiempo, lo voy a tener que invitar a comer una pizza en agradecimiento jaja.

-¿Por qué te tomas esta situación con tanta gracia? ¿No te has puesto a pensar qué hubiéramos hecho si tu amigo no llama a la Naty? ¿Qué hubiéramos hecho? ¿Dime? ¿Qué habría pasado? – dice Sofía frustrada, no soporta que Guillermo no le tome el peso a lo que sucedió.

-Puta la hueá. Qué chucha voy a saber yo, nos hubiera pillado nomás, qué tanta hueá. La Naty probablemente me hubiera pedido el divorcio – dice Guillermo.

-Ya, ¿y qué más?

-¿Cómo eso de "y qué más"? Nada más po.

-¿Y acaso yo no existo? La Naty me odiaría por el resto de su vida si nos hubiera pillado, y eso parece importarte un carajo. Te da lo mismo lo que me pase a mí, no piensas más que en ti – dice Sofía.

-Puta, ¿y qué hueá querí' que diga? Ah, ya sé. Lo que tú querí' escuchar de mi boca es que si la Naty nos hubiera pillado tengo que decirle que todo es culpa mía, que asumo la completa responsabilidad de lo que ha estado pasando entre nosotros, pa' que así solo me odie a mí y no a ti, ¿es eso? ¡Perfecto! Si algún día nos pilla le voy a decir eso, ¿feliz?

-Guillermo, no se trata de eso. Voy mucho más allá de mí. Si nos pillan destruirías una familia completa, no solo tiene que ver con la Naty, tiene que ver con mi tía, con mis papás. Sería una verdadera hecatombe si nos pillan.

-Por eso te estoy diciendo, cualquier hueá yo voy a asumir toda la culpa, ¿feliz? ¿Te deja más tranquila eso? – pregunta Guillermo. Sofía permanece en silencio por unos segundos.

-¿Tú amai' a la Naty?

-Si no la amara no me habría casado con ella ¿no creí'?

-Entonces ¿por qué haces esto? Fue exactamente por esto que se terminó tu primer matrimonio, la engañabas con otra.

-Pero ella también me estaba engañando con otro desde antes.

-Ah, perfecto. Jugabas al empate entonces. Qué pendeja tu actitud.

-A ver Sofía. Me estai' enjuiciando solo a mí en todo esto. ¿Qué chucha hay de ti? Yo también podría preguntarte por qué le hací' esto a tu prima, ¿no se supone que la querí' mucho y la veí' como la hermana menor que nunca tuviste?

-El amor que siento por mi familia es muy potente, pero cuando aparece alguien que me enciende una chispa gigante mi mente deja de funcionar, y acabo sucumbiendo. Guillermo, contigo me pasan cosas que no me pasaban con nadie desde hace años. Tú has sido el único que ha logrado sacarme al Mario de la cabeza, y eso igual es muy fuerte pa' mí. Porque el Mario ha sido el único amor que he tenido en mi vida – dice Sofía.

-Contigo también me pasan cosas. Amo mucho a la Naty, pero cuando te tengo cerca... es como si ella no existiera – dice Guillermo – bueno, llegamos. Cuídate mucho, y no te olvidí' de hablar con el Dustin, la Naty está entusiasmada con que salgamos los cuatro. Como diría Maluma, "felices los cuatro" jaja – Sofía se limita a sonreír sin mucho entusiasmo ante la talla de Guillermo. Le sorprendió mucho su confesión, es primera vez que lo escucha hablar con sinceridad. ¿Será cierto? ¿De verdad a Guillermo le pasan cosas con Sofía? Opta por no ilusionarse, perfectamente puede ser solo palabrería para seguir cogiendo casualmente con ella. Su foco ahora está en invitar a Dustin a salir.


Llega a la intersección de 5 de abril con Av. Padre Jaime Larraín Hurtado. Siente que su visita inesperada quizá le moleste un poco a Fausto, espera que no sea así. Ahora está pensando en llamarlo para que sea ella quien le diga que estuvo en su casa y no su mamá. ¿Lo llama? ¿Le contestará? Se detiene frente a un negocio de barrio en donde se siente segura para sacar su celular. Marca el número de Fausto, al tercer timbre contesta.

-¿Aló? ¿Patty? – pregunta Fausto.

-Sí, soy yo. ¿Cómo estai'? – pregunta Patty.

-Bien, un poco ocupado todavía. ¿Todo bien con la visita a la Javi? – pregunta Fausto.

-Sí, todo salió bien. La tendremos de vuelta la próxima semana.

-Qué bueno.

-Te quería contar algo, prefiero que te enterí' por mí antes que por otra persona.

-¿Pasó algo malo?

-No, solo que recién estuve en tu casa. Tu mamá me abrió y me dijo que no estabai'.

-Pero Patty. Te dije que tenía asuntos familiares. ¿Querí' saber qué estoy haciendo? ¿O mi mamá ya te dijo? – pregunta Fausto sin tanto agrado.

-Tal cual, tu mamá ya me dijo. Por eso te llamo, quería disculparme por lo desconfiada que he sido con vo' últimamente.

-Bueno, tranqui. Sé que a todos les cuesta creer que fuera del liceo también tengo vida.

-Oye, como gesto de disculpa, ¿te tinca venir a comer pizza a mi casa el viernes? Pero los dos nomás, no le digai' ni al Freddy ni al Pablo – dice Patty.

-Obvio que me tinca, el viernes a la salida ¿nos vamos pa' tu casa entonces?

-No po. Hay que comprar la pizza primero po agilado. Ya, por hueón vo' la comprai' jaja. Broma, a medias como corresponde – dice Patty.


***

Sexo sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora