One Shots : Marvel

"I WANT TO HEAR YOU SAY IT"

Acababais de llegar a casa de una de las entrevistas que hacíais para promocionar Deadpool and Wolverine. Los fans se volvieron como locos cuando tu novio, Hugh, reveló que tu eras la que te escondías bajo el traje de Ladypool, por lo que enseguida las redes sociales se llenaron de fotos de Ryan contigo mientras te señalaba con el traje puesto.

A Hugh le encantaba trabajar contigo, siempre decía lo talentosa que eras mientras Ryan rodaba los ojos mientras sonreía al veros tan ensimismados el uno con el otro.

Dejó las llaves en la entrada y se sentó en el sofá, exhalando con cansancio, Hoy habíais tenido varias entrevistas, por lo que estabais cansados. Entraste a la cocina para servirte un vaso de agua, a la par que desviabas la mirada hacia el.

Era tan guapo que dolía verlo. Se había dejado barba, su pelo canoso recortado con máximo cuidado se acumulaba bajo su barbilla y a lo largo de su mentón. Al principio el no estaba seguro de dejársela crecer, pero tu le convenciste para que lo hiciera, asegurándole de que le quedaba muy bien. El guardó esa información en el fondo de su mente, para utilizarla cuando la necesitara.

Alargó la mano hasta el nudo de su corbata para aflojarlo. Tu seguiste el movimiento de su mano. El se dio cuenta de que le observabas y esbozó una sonrisa, a la par que te hacía un gesto con la cabeza para que te acercaras a el.

-Cariño –murmuró- no me mires así

Te acercaste a el y jugueteaste con su corbata, mientras su mirada no se apartaba de ti.

-¿Así cómo? –preguntaste-

-Como si quisieras que te follara hasta que no supieras donde empiezo yo y dónde acabas tú –soltó de refilón haciéndote esbozar una enorme sonrisa-

-Quizá eso es lo que quiero que hagas –murmuraste-

El apoyó las manos en tus caderas. Tiró de ti hacia abajo.

-Siéntate –ordenó con su voz ronca y masculina-

Obedeciste sentándote sobre sus fuertes, grandes y musculados muslos.

Podías sentir los músculos de sus piernas contra la piel bajo tu vestido. Pasaste los brazos tras su cuello, el se inclinó hacia delante, haciendo que vuestros centros se rozaran por encima de la ropa. Suspiraste al sentirlo contra ti.

-Ahí estas –murmuró contra la piel de tu cuello- eres tan buena chica para mi –susurró dejando besos a lo largo de tu clavícula- repítelo –pidió lentamente- quiero oírtelo decir

-Soy una buena chica –gemiste notando su sonrisa contra tu cuello-

-Sí que lo eres –secundó el- te quiero Hannah

-Yo también Hugh –murmuraste recolocándote sobre su firme regazo- yo también