"YOU REALLY KNOW HOW TO TURN ME ON, BABY" (KILLGRAVE)

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Por fin tenía al bastardo que me había hecho hacer esas cosas tan horribles entre rejas. Un amigo me dejó una jaula de contención que estaba en desuso para poder encerrarle. Me crucé de brazos frente al cristal, mientras Killgrave caminaba de lado a lado de su prisión, mirándome fijamente.

Una sonrisa asomó a sus labios y me reprendí a mi misma por seguir encontrándolo atractivo ¿Era normal que se viera más guapo ahora, con una simple camisa morada el pelo despeinado y unos vaqueros desgastados, a con sus trajes habituales? Ni lo sé, ni me importa. Solo voy a interrogarle, y si no me dice lo que quiero saber o se niega, entonces tendré que utilizar otros métodos.

He pasado un tiempo en compañía de Frank Castle y os diré una cosa, ese tío si que sabe torturar. Donde apretar, cuando y como para que la víctima te diga todo lo que quieras saber. Planeo utilizar todo lo que el Castigador me enseñó si Killgrave me da problemas. 

-Bueno, aquí me tienes cariño -provocó este abriendo las manos  a ambos lados de su cuerpo- no sé que es lo que tramas pero te diré algo -los señaló a ambos- este jueguecito del ratón y el gato que te traes entre manos solo está consiguiendo que me excite como nunca antes lo había estado contigo 

-Eres asqueroso -respondió ella, a pesar de que sus palabras estaban haciendo mella-

Porque ella también se estaba excitando, es decir ¿Y quién no? Tienes al villano más poderoso de la ciudad a tu merced para hacer lo que quieras con él con tal de que hable, y además está para mojar pan.

Creo que no hace falta decir nada más. 

-Marylin, Marylin, Marylin -repitió mi nombre tres veces, como si fuera una niña pequeña a la que riñen por hacer algo mal- ¿Puedo llamarte Mary?

-Por encima de mi cadáver -gruñí señalándole con el índice- vas a decirme lo que quiero saber o si no...

-¿O si no, qué? -cuestionó mirándome intensamente a través del cristal- Dime, Mary ¿Qué harás?

-Te he dicho que no me llames así 

-Oh, pero te gustaba ¿Recuerdas? -sonrió de medio lado- te encantaba oírme decir tu nombre mientras estaba dentro de ti

-¡Basta! -grité desesperada porque se callara- Cállate 

-Lo siento cariño, pero el que las órdenes aquí soy yo -le recordó sonriente- ahora, se una buena chica y ven aquí

No me moví ni un palmo. Le mire furiosa.

-Ya no tienes control sobre mí, Killgrave -respondí orgullosa de mi misma- pobrecito, solo eres un niño de mamá, indefenso y débil 

-¿Débil? -rio divertido- puedo ser muchas cosas, pero ciertamente no soy débil -me escrutó con la mirada deteniéndose en ciertos lugares de mi cuerpo, por lo que tuve que carraspear para disipar la tensión que se había creado de repente en el ambiente- ¿Estás segura de que no puedo controlarte?

-Muy segura -dije, aunque sonó más flojo de lo que pensé, realmente me estaba asustando ¿Y si realmente volvía a poder controlarme? No podría acabar con él.

"Pero ¿Realmente quieres matarlo?" pensé un momento. Sacudí la cabeza alejando esos pensamientos centrándome de nuevo en él.

-Antes de partirle el cuello a mi querido padre, le obligué a crear una cosa -sacó unas pastillas moradas (que sorpresa) del bolsillo de sus vaqueros- ¿Sabes que es esto?

-No lo sé ¿Paracetamol? -una respuesta de mierda que di por culpa de los nervios-

Obviamente los putos paracetamoles no son morados, así que ¿Qué coño era eso, y porqué me estaba sonriendo de esa manera tan macabra (y sexy) a la vez? 

One Shots : MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora