HARRY OSBORN (SPIDERMAN 2)

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NOA 

Empezar a trabajar en industrias Oscorp era un gran paso en mi carrera. Estaba muy emocionada y nerviosa por empezar. Crucé las grandes puertas acristaladas de camino a ver a mi jefe. Todavía no lo conocía en persona, pero la gente de mi alrededor tenían opiniones contrarias respecto a él. 

Algunos decían que no era más que un trabajador más amargado y absorbido por su trabajo, otros decían que era muy agradable y que siempre se mostraba dispuesto a ayudar a los demás.

Subí las escaleras de camino al despacho el cuál me había dicho la recepcionista que estaba en la primera planta subiendo las escaleras a la derecha.

Seguí sus indicaciones al pie de la letra giré a la derecha en busca del despacho mientras tocaba nerviosamente las costuras de mi blusa. Bajé la vista y me miré disimuladamente. 

Era una chica normal alta, morena, unas gafas redondas de pasta enmarcaban mi rostro permitiéndome así verlo todo con mis dos aburridos ojos marrones. Los odiaba. A día de hoy seguía sin entender porque eran de ese color, ya que mi madre tenía unos ojos verde claro muy bonitos y los de mi padre eran de un color aguamarina muy bonito. 

Pero bueno así lo había querido la genética, al menos mis padres no habían puesto ninguna pega a lo que a mi corte de pelo se refiere.

Había decidido mucho tiempo atrás que dejarme el pelo largo era una completa estupidez además de un engorro, ya que tenía que peinarlo todo el tiempo además de lavarlo con un jabón especial. A medida que me fui haciendo mayor quería algo más cómodo, por lo que opté por un corte a la altura de la nuca el cual permitía que mi cara estuviera despejada y no me cayese el pelo hacia delante como lo hacía antes.

Atuse las puntas hacia atrás nerviosa mientras me colocaba delante de la pequeña puerta de cristal opaco que por culpa de los nervios se me hacía enorme, respiré hondo varias veces y piqué a la puerta con los nudillos suavemente. 

Al otro lado se oían dos voces de hombre que hablaban de manera amistosa. Esperé impaciente hasta que de repente la puerta se abrió ante mi haciéndome pegar un saltito hacia atrás de la sorpresa.

Un chico de mediana edad abrió la puerta y me observó atentamente, traté de no fijarme demasiado en él, no quería parecer una buscona.

-¿Quién eres tú? -preguntó serio- 

No respondí, en su lugar observé la estancia detrás de él a la vez que oía el movimiento de una silla siendo desplazada hacia atrás, otro hombre esta vez rubio y más mayor que el primero, se acercó hacia donde estábamos y me señaló con la mano. 

-¿Señorita Green?

Asentí con la cabeza, abrumada por la situación, el hombre mayor apartó al menor cuidadosamente de la puerta haciéndome pasar a la estancia.

-Pase pase justo estábamos hablando de usted

La estancia era enorme con una mesa muy tecnológica en el centro. Dos sillas detrás de la mesa y una en la parte de delante. Ambos hombres entraron en la estancia detrás de mi el mayor con una sonrisa en el rostro y el moreno seguía con el ceño fruncido y con gesto enfurruñado. 

-Por favor siéntate -indicó el rubio- 

Todos nos sentamos ellos detrás de la mesa y yo en la silla que había en delante. El mayor se incorporó en la mesa y entrelazó los dedos mientras me miraba.

-Supongo que ya sabes quién soy

Me quedé pensativa y sacudí la cabeza

-Hablamos por teléfono

One Shots : MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora