One Shots : Marvel

"WHAT ARE YOU DOING UP SO LATE?"

Tony le estaba dando los últimos retoques a su inteligencia artificial, cuando un par de golpes en la puerta del laboratorio llamaron su atención. La abrió apretando un botón que había bajo la mesa donde trabajaba para que quién llamaba pudiera pasar.

Se dio la vuelta, chocando con la mirada azulada de Steve. 

-Hola capi -saludó- ¿Qué te trae por aquí ha estas horas?

-Eso mismo debería preguntarte yo a ti ¿No crees? -rebatió dejando a su lado un vaso de cristal- te he traído un vaso de agua -dijo- deberías hidratarte más, trabajas demasiado

-Ya lo sé -suspiró- pero es que de verdad que tengo que acabar esto -se giró hacia el ordenador- estoy tan cerca...

-Lo que me lleva a la pregunta inicial -murmuró- ¿Qué estás haciendo levantado tan tarde? Son las tres de la mañana 

-Eso mismo debería preguntarte yo a ti ¿No crees? -respondió repitiendo la que él había dicho segundos antes-

El super-soldado esbozó una sonrisa divertida a la vez que le observaba de reojo

-Touché -dijo sentándose en la silla libre que había a su lado, señaló la gran esfera naranja frente a él- ¿Qué es eso?

-No creo que tu pequeño cerebro estancado desde los años noventa, lo entendiera -se burló ladeando la cabeza hacia él-

Steve se fijó en que hacía varios días que no se afeitaba, ya que tenía la típica barba de dos días. Sonrió y paseó los dedos por ella, notando la rigidez de la espalda de Stark ante su acción.

-Quizá si me lo explicas tú -susurró- podría llegar a entenderlo

Tony desvió unos segundos la mirada a los labios del soldado antes de carraspear y señalar la esfera. 

-Bueno, para empezar no es "qué" sino un "quién" -explicó orgullosamente- es Jarvis, mi asistente personal 

-Una inteligencia artificial -murmuró el rubio sorprendido, a lo que Tony abrió mucho los ojos, soprendido-

-Vaya, alguien ha pasado tiempo con Banner -dijo lanzándole una mirada de reojo-

-Algo tengo que hacer cuando no tenemos ninguna misión 

-Touché- afirmó el multimillonario cogiendo la bola- esto es solo una pequeña parte de lo que es la IA -continuó con su explicación- actualmente, la tecnología de IA mejora el rendimiento y la productividad de las empresas mediante la automatización de procesos o tareas que antes requerían esfuerzo humano. La IA también puede dar sentido a los datos a una escala que ningún humano jamás podría. Esta capacidad puede generar importantes ventajas empresariales -dijo- en este caso para nosotros -le tendió la bola- adelante, cógela

-¿Que la coja? -cuestionó Steve inseguro- ¿Y qué hago con ella?

-No tienes que hacer nada, capitán -respondió Stark entre risas- solo observa

-De acuerdo -dijo cogiéndola con cuidado-

Tony contuvo la risa al ver la cara de sufrimiento del rubio, como si en vez de sostener una pieza de tecnología, tuviera entre las manos una granada de mano. Fue entonces cuando Tony la llamó para comprobar si funcionaba.

-¿Jarvis? -preguntó-

Al instante, la bola en la mano de Steve se movió ligeramente bajo su atenta mirada a la vez que una voz robótica llenaba el ambiente.

-Bienvenido Señor Stark ¿Qué puedo hacer por usted? -preguntó-

-No te preocupes Jarvis, solo una prueba -dijo- puedes desconectarte

-Como quiera señor 

La bola dejó de moverse y Steve se le devolvió con cuidado. Tony la pasó suavemente sobre la mesa, y cuando volvió a alzar la cabeza, el soldado se había acercado rápidamente a él pegando los labios contra los de él. Se separó de repente, clavando sus profundos ojos azules en los del multimillonario, que le devolvía la mirada.

-¿A que ha venido eso? -preguntó sin entender-

-No lo sé -respondió Steve- es que me encanta cuando te haces el listo hablando de tecnología

-No me hago el listo SOY listo -puntualizó haciéndole reír-

-Lo que tu quieras, Stark -respondió Steve divertido- Deberías irte a dormir ya

-Quizá tengas razón -dijo acercándose para darle un suave beso- nos vemos por la mañana

-Vale -susurró el soldado- no tardes 

-Si, mamá -respondió haciéndole reír-

Tony recogió las cosas y se fue a dormir con una sonrisa en los labios, al igual que Steve, que se dio cuenta de lo afortunado que era al haberle encontrado.