"LET YOUR OLD MAN TAKE CARE OF YOU AS YOU DESERVE"

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Logan había tenido un día de mierda

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Logan había tenido un día de mierda. Pudiste notarlo nada más que entró por la puerta. El sonido seco de las llaves de la camioneta cuando las dejó sobre el cuenco de la entrada acompañado de un gruñido cansado, fue suficiente para saber que así era.

Te encontrabas ordenando un poco la cocina cuando entró en tu campo de visión. Dejaste el plato que tenías en la mano en su lugar y te giraste hacia el.

-Logan –saludaste- no te oí entrar –mentiste para hacerle sentir mejor, el por supuesto se dio cuenta-

-No me mientas cariño, sé que me escuchaste –dijo abriendo la nevera para sacar una botella de cerveza- voy a sentarme un rato, estoy muy cansado –murmuró, la forma en lo que lo dijo hizo que tu corazón se saltara un latido, como si en cualquier momento sus fuerzas fueran a fallarle de algún modo-

-De acuerdo –te esforzaste en darle una sonrisa tranquilizadora- tengo que terminar de recoger esto, pero si no sabes que te acompañaría

-Lo sé –asintió dejando un suave beso en tu mejilla a la par que se giraba hacia el salón-

La cocina tenía dos ambientes, es decir no había un tabique que la separa del salón, por lo que pudiste ver cómo se sentaba frente a la televisión mientras le daba tragos cortos a su cerveza, al igual que el podía verte a ti, colocando las tazas que usabais para desayunar en la segunda balda del armario.

Podías sentir su mirada sobre ti, observando todos y cada uno de tus movimientos. Sentiste como sus ojos se desviaban hacia tus piernas descubiertas. Ese día habías decidido ponerte una falda corta de andar por casa, ya que hacía un calor infernal.

Por supuesto Logan no iba a quejarse por ello, al contrario, cada vez que alzabas los brazos más de normal para llegar a las baldas superiores de los armarios, la pequeña tela se levantaba lo suficiente para darle una vista privilegiada de tus sencillas bragas de algodón.

A Logan le gustaba eso. Es decir, había conocido a muchas mujeres a lo largo de su vida, y todas y cada una de ellas tenían algo en común : su ropa interior. Se esforzaban en comprarla con los encajes más bonitos y reveladores posibles.

Tú no eras como ellas. Llevabas una ropa interior sencilla de color blanco, a veces con algún detalle en negro. Logan creía que, de alguna forma, ese simple hecho te hacía parecer más pura y etérea de lo que ya eras.

Te das cuenta de que te está mirando y alzas un poco más los brazos a posta para revelar un poco más de piel. El no dijo nada, pero pudiste escuchar su inspiración brusca.

-Cariño –te llamó haciendo que te dieras la vuelta y clavaras la mirada en la suya-

Logan observó unos segundos tus vivaces ojos verdes, y se preguntó cómo era posible que cada día que pasara fueras más hermosa. Abrió las piernas y palmeó su muslo con delicadeza. Tu mirada se desvió a donde el señalaba, antes de volver a fijarla en su rostro.

One Shots : MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora