Este será un one shot en el que iré haciendo historias con los distintos personajes del Ucm.
¡Espero que os gusten!
¡Gracias por leer!
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(PEDIDOS CERRADOS)
Si no has visto Wakanda Forever te recomiendo que no leas este shot ya que contiene spoilers de la película. Lee bajo tu responsabilidad.
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La situación era crítica en el reino de Wakanda. La princesa Shuri había sido raptada por el rey de las profundidades aquel al que llamaban Kꞌuꞌukꞌul Kaan. El dios de la serpiente emplumada. En esos instantes, los ancianos, junto con la reina, buscaban soluciones para rescatar a la princesa.
-Tenemos que mandar a alguien a rescatarla cuanto antes -sugirió uno de los ancianos-
-Mi reina, no podemos permitir que le hagan daño -dijo Okoye con el rostro serio-
-Tienes razón general -Ramonda se dirigió hacia la joven a su lado- tú rescatarás a la princesa
-Pero mi reina yo... -se quejó la chica-
-La muerte de nuestro rey ha consternado a todo nuestro pueblo, necesitamos que alguien ocupe su lugar dignamente. Confío en ti. -dijo esbozando una sonrisa tranquilizadora-
M'Baku golpeó su bastón contra el suelo llamando la atención de todos.
-Su gente no lo llama general o rey. Lo llaman K'uk'ulkan, el dios serpiente emplumada. Matarlo desatará una guerra eterna.
-No pretendemos matarlo, no somos animales, solo queremos que nos devuelva a la princesa
Ramonda devolvió su mirada a la joven a su lado.
-¿Estás preparada?
-¿Quién lo está para algo así? -respondió y la reina asintió dándole la razón-
Se dirigió entonces a las Dora Milaje que estaban apostadas alrededor de la sala, esperando pacientemente.
-Acompañadla hasta su transporte
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Ellas se despidieron con el saludo Wakandiano. La joven las acompañó fuera donde el sol brillaba en el horizonte alimentando con su luz a todo ser vivo. Una nave estaba cuidadosamente aparcada sobre el agua. La chica se dio la vuelta una última vez para mirar a las guerreras Wakandianas. Okoye se despidió de ella con un asentimiento de cabeza sin romper su posición habitual junto con el resto de las Dora, lanza contra el suelo, espalda recta y mirada impenetrable.
