One Shots : Marvel

"OKAY, MS WITCH"

Las Artes Místicas son difíciles de entender, pero no lo son tanto cuando tu profesor es el Hechicero Supremo en persona. Después del lapso, recibí una carta para ir al 221 de Bleecker Street. Allí fue donde lo conocí. Me dijo que me había estado observando y que sabía que tenía ciertas habilidades relacionadas con las artes, lo cuál era cierto. No tenía ni idea de dónde habían salido, ni de como controlarlas. Lo cierto es que necesitaba que alguien me enseñara.

Así es como terminé aquí, en Kamar-Taj. Aprendiendo del mejor. Me había vuelto a caer al intentar bloquear uno de sus ataques sin éxito. Me ayudó a levantarme antes de volver a intentar atacarme de nuevo. 

-No eres lo suficientemente rápida, Eleanor -me dijo mientras abría un portal para esquivar el torrente de agua que le había intentado lanzar-

-¡Estoy haciendo todo lo que puedo! -se quejó-

-No es suficiente -respondió el Hechicero- esto es olo un entrenamiento, pero en la vida real fallar o acertar un ataque supone la diferencia entre vivir o morir -arqueó las cejas- tú decides

-Está bien -murmuró crujiéndose los nudillos- a ver que te parece esto 

Abrió las palmas de las manos, y de ellas salieron dos pares de látigos de color naranja, que retuvieron al mago contra el suelo. Este lanzó varios hechizos para intentar deshacerse de ellos, sin éxito. Eleanor se acercó a él con una sonrisa de suficiencia en los labios, manteniendo las manos abiertas en todo momento.

-¿Qué te parece? -cuestionó observándole directamente a los ojos- 

-No es nada del otro mundo -dijo- pero está muy bien para ser una principiante

-No soy una principiante, llevo un año entrenando -se quejó esta ante su comentario-

De pronto, sin saber cómo perdió el control de sus hilos, sus manos se cerraron y ahora era ella la que estaba atada de pies y manos a lo que parecía una diana tamaño humano que había colocada contra la pared de lo que parecía una habitación.

-¿Qué...? -preguntó esta mirando a su alrededor, confunfida- ¿Dónde estamos?

-En la dimensión espejo -dijo- un lugar donde yo tengo el control 

-¿Estás seguro? -cuestionó esta acercando su rostro al de él-

Este paseó la mirada por ella hasta clavarla en sus ojos, la comisura de sus labios se elevó levemente mostrando una sonrisa divertida.

-Si, lo estoy -respondió- Tienes que intentar soltarte -dijo- no es divertido si no intentas escaparte 

-Vaya Strange, no sabía que te iban ese tipo de cosas

-Eso es porque no me conoces -dijo paseando los dedos por su clavícula- llevamos un año juntos, entrenando codo a codo todos los días y todavía no sabes lo suficiente de mi como para conocerme bien 

-Puede que no te conozca -susurró esta acercándose a su oído- pero lo que si sé es que si ahora mismo te beso -murmuró paseando el pulgar por su labio inferior- si junto nuestras bocas... -inspiró con fuerza cuando vio el brillo antinatural que tenían sus ojos verdes- sé que no intentarás detenerme 

-Es posible -admitió acercando sus labios a los de ella peligrosamente- ¿Quieres que lo haga?

-Si -respondió ella haciéndole sonreír- pero entonces olvídate del resto del entrenamiento -dijo pasándole los brazos tras la nuca- estaremos muy ocupados

-¿Qué entrenamiento? -preguntó haciéndose el loco a la vez que juntaba sus labios por fin-

Fue entonces cuando Eleanor se dio cuenta, de que vivir en Kamar-Taj había sido la mejor decisión que había tomado en su vida.