"I'LL TEACH YOU, LITTLE ONE"

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Sin saber cómo había pasado exactamente, habías acabado haciéndote amiga del hombre solitario que vivía en una cabaña cercana a la tuya.

Después de hablar un rato, descubristéis que ambos trabajábais en el mismo lugar : el punto del bosque donde se estaban talando los árboles para guardar madera para el invierno.

Desde que os conocísteis siempre seguíais la misma rutina : el te recogía en la puerta de tu cabaña temprano en la mañana, íbais hasta el lugar de trabajo, hacíais las tareas del día y luego el volvía a llevarte a casa, antes de irse a la suya.

Con el paso de los días, no podías evitar pensar que te estabas aprovechando de el. Es decir, siempre te llevaba en su camioneta al trabajo, porque tu no sabías conducir. Pero resulta que el era un buen conductor.

Es por ello que se te ocurrió que, como los fines de semana no trabajábais, quizá podrías pedirle que te enseñara.

Así fue como terminaste un sábado a las cinco de la tarde delante de su puerta. Te recolocaste el pelo nerviosamente (no por nada en especial) antes de alzar la mano para golpear la puerta.

Antes de que pudieras hacerlo, el la abrió. Sus ojos claros brillaban con la luz solar de principios de la tarde. Te observó un momento antes de hablar.

-Iris -te llamó- ¿Qué pasa? ¿Va todo bien? -preguntó mirando en dirección a su casa, como si temiera que le dijeras que alguien te estaba molestando-

-Si, si todo bien -indicaste asintiendo enérgicamente con la cabeza- ¿Estabas ocupado? -preguntaste- puedo volver en otro momento si...

-No estaba haciendo nada importante -te tranquilizó-

Te miró con firmeza y delicadeza al mismo tiempo, como si tratara de ver reflejado en tus ojos tus pensamientos, o lo que estabas intentando decirle.

-Sea lo que sea, sabes que puedes contármelo -empezó el antes de añadir con cierto pesar en la voz (que no se le notó cuando habló)- eres mi amiga

Tu sabías que eso no era lo que érais. Los amigos no se miran de la manera en la que Logan y tú lo hacéis, pero ¿Qué otra palabra podría utilizar? No érais novios, y mucho menos amantes. Ambas cosas implicaban besos y por consiguiente sexo, algo en lo que no te convenía pensar en ese momento para no distraer tus pensamientos y centrarte en lo importante.

Mientras tu te debatías sobre qué decir, Logan se preguntaba qué estarías pensando para que las pulsaciones de tu corazón hubieran ascendido de repente.

-Bueno yo.... -comenzaste tímidamente- quería pedirte ayuda con una cosa

Logan intentó no sacarlo de contexto, pero fue imposible. Si le ibas a pedir que te diera tu primer orgasmo, no sería capaz de negarse.

El daba por hecho que sería el primero, básicamente porque no se imaginaba a una chica a simple vista tan inocente y tímida como tú teniendo sexo desenfrenado con un hombre.

La simple idea hizo que sus garras por poco emergieran de entre sus nudillos. Fijó la mirada en ti, y trató de ignorar las imágenes que se le venían a la cabeza de tu pelo cclor chocolate desparramado sobre su almohada, mientras se aseguraba de llenarte de todas las maneras posibles, como estaba seguro de que te gustaba, aunque nunca lo hubieras hecho.

-Soy todo oídos, princesa –asintió observándote- sabes que haría cualquier cosa por ti –añadió haciéndote sonrojar-

Tu pensaste que te veías ridícula, pero Logan creyó que eras jodidamente adorable. Su pequeña chica tímida. Se obligó a recordarse que no eras nada suyo antes de centrarse en lo que estabas diciendo.

-¿Podrías enseñarme a conducir? –preguntaste balanceándote sobre tus pies- verás, es que me da la sensación de que me estoy aprovechando de ti –confesaste bajo su atenta mirada- ya sabes, como me llevas todos los días al trabajo y eso...

-Lo hago encantado, ya lo sabes –intervino con delicadeza- pero si eso es lo que quieres, te enseñaré a conducir, pequeña

-¿De verdad? –preguntaste emocionada- tengo que advertirte que tengas paciencia conmigo

-La paciencia no es uno de mis puntos fuertes –señaló el- pero haré un esfuerzo por ti –hizo un gesto hacia donde estaba aparcada su camioneta- siéntate tras el volante y acostúmbrate a los mandos –dijo- iré en seguida

-De acuerdo –apretaste los labios en una fina sonrisa- gracias

Caminaste hacia la camioneta bajo la atenta mirada de Logan, y te subiste al asiento del conductor. El cerró la puerta y se puso una chaqueta más abrigada antes de salir. Aunque soportaba bien el frío, se obligó a coger una chaqueta para no ir en tirantes.

Caminó hasta la camioneta y subió al asiento del copiloto. Los ojos oscuros de Iris le observaron con fijeza. A Logan le recordaron a los de un cervatillo. Podía sentir sus nervios emanando de ella en oleadas.

-Hey –dijo llamando su atención- tranquila, todo va a ir bien –le aseguró, ella asintió apoyando las manos suavemente en el volante-

-De acuerdo –inspiró hondo- dime qué tengo que hacer

-Las llaves están en la guantera –indicó Logan señalándola- ponlas en el contacto y gíralas hacia delante

Hizo lo que le pedía. El motor se encendió con un suave ronroneo.

-Ahora apoya el pie sobre el acelerador –ella le observó de reojo- el de la derecha –indicó, Iris asintió-

Logan apoyó la mano sobre el freno, por se acaso tenían que frenar de repente.

-¿Qué haces? ¿Qué es eso? –cuestionó observándole-

-Es el freno de mano –esbozó una sonrisa divertida- por se acaso apoyas demasiado el pie y salimos disparados

-¡Logan! –se quejó- ¡No tiene gracia!

-No pasa nada –murmuró el- no voy a dejar que te pase nada –añadió- lo prometo –hizo un gesto con la mirada hacia su pie derecho- apóyalo despacio

Iris hizo lo que el dijo, poco a poco fue apoyando el pie. El coche se empezó a mover lentamente. No tenía que estar demasiado pendiente del volante, ya que la carretera era recta de un solo sentido, así que se aseguró de no apoyar el pie más de lo necesario.

-Eso eso –indicó Logan a su lado- ya está, ya lo tienes –sonrió- felicidades

-Pero no hemos hecho ningún giro, ni nada de eso –se quejó ella- ni siquiera he movido el volante

-Esa lección la dejaremos para otro día –dijo apoyando el brazo contra la ventanilla del coche- ¿Tienes hambre? –preguntó, ella asintió sin desviar la mirada de la carretera- te invito a comer –dijo- iremos al Gino's

-Hace mucho que no voy –susurraste- un plato de sopa caliente no me vendría mal

Logan esbozó una sonrisa triunfante al darse cuenta de que poco a poco estaba logrando quitar las capas que la recubrían hasta llegar a su corazón. No iba a ser fácil, pero iba a lograrlo costara lo que costara.

One Shots : MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora