NARRA DANKO
Desperté con ganas de orinar, escuché la respiración de Alexander vire mi cabeza para verlo, se había movido y me tenía abrazado de cucharita, me solté de Él muy despacio moviendo su brazo con lentitud. Me senté al filo de la cama con un poco de dificultad debido a mis dolores en mi cuerpo. Ahora me lo pensaba dos veces para levantarme porque sabía que mi esfuerzo me iba a doler a los remil diablos. Me erguí de la cama para ponerme de pie y sin mentir sendas lágrimas bajaron por mis mejillas, lo que mi esposo me empujo revivió los intensos dolores corporales.
A duras penas pude caminar hasta el baño, entrar y orinar mientras me sostenía de la pared, me lave las manos y fui saliendo con un dolor muy fuerte en mis extremidades, casi al llegar a la cama tropecé con la alfombra y caí estrepitosamente, solté un grito de ese dolor que sentí al caer que me quede ahí sin moverme. A los minutos la puerta se abrió dejándome ver a Mijaíl con un hombre de bata blanca
A toda prisa ambos se acercaron a mí y mi primo hablaba todo asustado
—Danko, por Dios ¿qué te paso?
A duras penas le exclame lleno de dolor
—Quise o... rinar y me levanté so... lo. ¡Ay! No creí que... me doliera tan... to
El hombre de bata blanca indago
—¿Le recetaron algo para el dolor?
No pude contestar porque Kiara entro corriendo y agitada a la habitación
—Papá pero que... ¿qué haces tirado en el suelo?
Mi primo hablo
—Kiara ¿sabes si tu papá tiene recetado algún sedante para el dolor
Ella de inmediato abrió un cajón y saco algo diciendo
—Aquí está la inyección que le recetaron
El hombre de bata blanca algo le dijo a mi primo que me miro y pidió
—Danko, aguanta por favor. Debemos darte vuelta es intramuscular la inyección
Asentí con mi cabeza y comenzó a darme vuelta y sentí como si me clavaran miles de cuchillos, no lo niego, pero, grité del dolor hasta que me dieron vuelta, escuche a mi primo pidiéndome perdón. sentí un leve piquete en mi trasero, después ese hombre menciono
—Mijaíl, hay que acostarlo boca abajo en la cama, además te voy a dar el nombre de otra inyección para que ayude a bajar ese dolor intenso que tiene en poco tiempo, es cara, pero necesaria.
Así de esa manera me alzó y otra vez grite del dolor hasta que me acostaron cuando escuché la voz de Alexander
—¿Qué? ¿Qué está pasando? ¿Por qué gritaste mi amor?
Mijaíl le expuso todo lo que sucedió, entonces mi esposo me recalco
—Debiste llamarme mi amor y quizá pudimos evitar que tu cuerpo reaccione de esta manera
Mi primo solamente dijo a todos que iba a comprar la inyección y que el hombre de bata blanca era un amigo psiquiatra que había traído para ayudar a mi esposo. Alexander respondió aturdido
—¡P... Psiquiatra! Que Mijaíl trajo un psiquiatra ¿para mí? Pero ¿por qué?
Kiara intervino diciendo
—Señor Alexander, todos queremos ayudarlo. Por favor, cálmese
Mientras Mijaíl se iba a toda prisa, una dulce voz se oyó en el umbral de la puerta
—Mi amor, tuviste dos crisis emocionales. Por eso queremos ayudarte
Alexander estaba en silencio como si divagara en su mente, hasta que soltó con dureza

ESTÁS LEYENDO
LOS FETICHES DE MI PADRE
RomanceKiara promete a su padre cumplirle los caprichos más banales que se le ocurran, lo que no imaginaba era que le iba a pedir toda clase de juguetes sexuales, personajes para cumplir sus raros fetiches sexuales y todo por pendeja y abrir su bocota