122. Nuestro último encuentro.

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Narra Sakuma.

Estaba en mi entrenamiento mañanero, que exactamente terminaba a las 12:30, Tsukaze no se había levantado, sabía eso por que en la mañana la fui a visitar y ví a Fubuki y Hiroto como sirvientes, que raro.

Lo que más me intrigaba, era saber lo que el doctor le había dicho a Tsukaze ¿Que es? Tarde o temprano lo sabré y no me rendiré de buenas a primeras, a no, eso si que no haré que Tsukaze responda ante esa pregunta, no llora muy frecuentemente y esa sonrisa y esos ojos llorosos no son normales en ella, esta fingiéndose a ella misma.

- ¡Chicos!. - Pito el entrenador.

- ¡Aquí hay agua si quieren!. - Grito Haruna señalando una caja con botellas.

- ¡Gracias!. - Dijimos en Unísono.

Cuando todos quedamos en silencio, el entrenador se paro al frente de todos nosotros, llamando toda la atención.

- Les quería decir, que gracias Ustedes hemos llegado muy lejos, me ha agradado tenerlos de equipo, en especial a los que han dado todo por su apollo y las gerentes que han estado tan pendientes de todos nosotros, muchas gracias. - Agradeció el entrenador.

Fue corto el discurso, pero sabemos que el entrenador no es de muchas palabras y que igual fue un gran aporte para nuestro equipo, me daba mucha alegría pensar que estaríamos entre los primeros, algo que en realidad a todos nos importaba y Pensábamos en las estrellas por ese deseo por ser los mejores....

Y después de eso término el entrenamiento, todos los días con entrenamientos más variados y acoplándose a nuestro físico.

Lo primero que quería ir a ver era como estaba Tsukaze estaba con sus sirvientes.

- ¡Hola!. - Entre a su cuarto.

- ¡Hola Sakuma-Kun!. - Dijo Tsukaze tomando café y los chicos a sus pies.

- ¿Como estas? ¿Los sirvientes te cuidan bien?. - Los mire con Cara psicópata a cada uno por si le habían hecho algo.

- ¡No!. - Exclamó Tsukaze mientras ellos negaban con miedo.

Tengo ganas de preguntarle lo que ya me tiene hartado pero tal vez este un poco débil psicológicamente y no quiero forzarla demaciado, tal vez el siguiente Día.

- ¿Has dormido mucho? ¿Tomaste tus medicamento?. - Pregunte muy preocupado por ella pero con una sonrisa.

- ¡Verdad!. - Hiroto y Fubuki se peleaban por quien traerlo. - Es ahora o nunca, estúpidos. - Dijo sería, Fubuki le tiro el frasquito con el contenido y ella sacó una pastilla, se la trago y después trago un sorbo de café.

- ¿Estas calentita?. - Pregunte arropándolo un poco más arriba de su pecho.

- Si, lo bueno es que no he sudado y así no me resfrío. - Me miró con una sonrisa.

- Si, en ese caso tendrías que bañarte ¿No?. - Pase mi brazo por su cuello.

- Si, pero de todas maneras igual me resfriaría, con lo débil que estoy no me lavaría ni las manos y no podría bañarme sin ayuda. - Se ruborizó infantilmente.

- ¿Por que no te ayuda Tamiko?. - Pregunte dudoso.

- ¡Buena idea! Después que lavé los platos, que limpie su cuarto, que valla a buscar los chicos y.... - Dijo Sarcásticamente y le interrumpí.

- Bueno, calma, sólo era un idea no te sulfures, bueno creó que ya es hora de irme a comer y Ustedes igual. - Ví mi reloj y apunte a Fubuki y a Hiroto.

Se fueron al lado mío.

- ¿Le serviremos comida?. - Preguntó Fubuki.

- Supongo, Tsukaze tiene una hambre de dinosaurio, tal vez si no le damos almuerzo termine con todo el albergue, nadie correría ese riesgo tan riesgoso. - Susurro Hiroto a mis espaldas.

Inazuma Eleven: Recuerdos....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora