Obsequios
Hoy es Domingo y tal como deseaba ayer hoy me siento mejor, como si mi cuerpo hubiera olvidado que fue a una fiesta.
Me preparo cereal, me ducho, me visto con unos jeans oscuros, una blusa y un suéter ligero, acompañado con una coleta de caballo, salgo del departamento, tomó un taxi y llego de nuevo al club. Justo a las nueve.
Como suele suceder Maggie no ha llegado y me recargo en la pared del club para esperarla...
Mientras espero veo pasar a la gente caminar despreocupada, tal vez pensando en lo bien que les va en la vida o tal vez solo están relajadas ya que por fin son las vacaciones.
-¡Emmaaaa!-. Me gritan desde el otro extremo de la calle después de unos minutos de espera. Es Maggie.
Volteo a mirarla y la veo corriendo hacia la dirección en la que estoy, yo me quedo ahí, parada esperando a que ella llegue por fin a mi lado.
- Me siento mucho mejor, ya no me duele nada, bueno...un poco la cabeza, pero a comparación de ayer es una recuperación del noventa y nueve por ciento-. Me dice mientras me abraza.
- Qué bueno-. Le digo dándole unas pequeñas palmaditas en la espalda-. Tengo que hacer algo contigo niña, siempre llegas tarde a donde sea que nos citemos. - Agrego.
Nos soltamos del abrazo y volvemos a caminar directo al club.
- Lo siento, tu sabes que, aunque ponga una alarma, siempre llego unos minutos tarde, prometo que tratare de corregirlo.
- Mas te vale, sino, un día te dejare plantada y no contestare tus mensajes y llamadas por tres días-. Le digo mientras empujamos la puerta del club.
Sabe que lo digo enserio, me ha dejado tantas veces esperándola que casi es como una costumbre para ella. Pero no me importa, es lo que la hace ser ella, es parte de ella y para ser honesta ya estoy acostumbrada.
El club está limpio, despejado y no huele a alcohol, por las ventanas de vidrio entra demasiada luz solar haciendo que parezca un lugar abandonado.
Caminamos todo derecho hasta llegar a una puerta de madera oscura que dice ''Informes'' en la parte superior con letras negras, tocamos para verificar si se encuentra alguien dentro.
- Adelante-. Nos dice una voz masculina en cuanto tocamos.
Abrimos la puerta y nos encontramos con la cara de Jamie pegada a unos papeles, el dueño del club.
La pequeña oficina, aunque no tenga muchas cosas, se ve profesional, en lugar de paredes hay cristales permitiendo que entre la luz del día, el escritorio en donde está Jamie es igual de cristal, tiene una pequeña maceta con unas Orquídeas blancas y las sillas son negras opacas, eso le agrega cierto toque de misterio. Jamie es un hombre musculoso, moreno, alto y con traje de marca que huele a colonia cara, todo un galán diría yo.
Estamos enfrente de Jamie una al lado de la otra con los brazos a los costados y esto solo me recuerda a una cosa: cuando nos mandaban a la dirección del director por haber hecho una broma. Por supuesto Maggie era la que causaba todo, pero no podía dejarla sola, siempre era su compañera en sus travesuras.
- Que necesitan chicas. - nos dice prestándonos atención sacándome de mis recuerdos.
- Venimos a recoger los regalos de la fiesta-. Le dice Maggie rápidamente, como si tuviera prisa.
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TeleQuinesis
Science FictionEmma jamás fue una chica normal, siempre tuvo algo que la diferenciaba de los demás. Ella posee un don. Al mirarla todos ven a una chica de diecinueve años, con una vida aún por vivir, el futuro como la vida es incierta. En cualquier momento puede...