El algodón y alcohol
Aarón
- Esos son los cuartos de interrogación. - Me dice Yamileth señalándome la puerta de entrada de estos.
- No fue tan difícil. - Digo mientras inspecciono el perímetro para asegurarme de que no haya ningún guardia cerca.
En cuanto estoy totalmente seguro de ello, le informo a Yamileth y nos acercamos a la puerta del lugar.
La puerta es roja y tiene una perilla. Para ser honesto me esperaba una puerta de acero reforzado con un código de entrada... pero al parecer es más simple.
Yamileth toma la perilla y la gira, abre la puerta por completo y enciende la luz del lugar mientras yo busco a algún guardia dentro. Pero no hay nada. Aún más fácil.
Dentro del lugar hay cinco cuartos, cada uno es para interrogación. Revisamos uno a uno hasta encontrar a Walter en uno de ellos inconsciente en el suelo, atado de las manos y de los pies. En el pecho tiene pegado una nota la cual dice:
Buen trabajo.
Yamileth y yo le desatamos y lo dejamos en una posición más cómoda hasta que el despierte por sí mismo, mientras nosotros esperamos fuera del lugar a los demás chicos, siempre cuidándonos de los guardias.
A los diez minutos llegan Elizabeth y Edmond.
Cuando se cumple ya una hora desde que nos reportamos, volvemos a reportarnos, pero algo es diferente. Amanda no contesta. Jonás nos explica lo ocurrido y nos informa que esperara hasta que Amanda despierte para tomar una decisión.
Nosotros seguimos esperando a la decisión de Jonás, la cual no llega... mientras, el tiempo va corriendo. Walter ya se ha despertado y todos estamos a la espera de una orden.
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Jonás
Media hora después, Amanda aún sigue inconsciente y los chicos comienzan a reportarse. Pero saben que algo pasa pues Amanda no les ha hablado por el micrófono. Al final les cuento lo que sucedió, pero que no deben preocuparse por ella, yo la cuidare y llegaremos con ellos a los cuartos de interrogación en cuanto ella se despierte. Por otro lado, los chicos ya casi llegan a los cuartos de interrogación y a nosotros aún nos faltan algunos kilómetros por recorrer.
Lo único que puedo hacer es esperar. No podría cruzar lo que nos falta yo solo cargando a Amanda.
Me quedo ahí a su lado esperando, viendo cómo se pasa el tiempo y no poder hacer nada.
Ya es tarde, son las seis con cincuenta minutos; el sol ya se está ocultando y los chicos ya están en los cuartos de interrogación. Todos llegaron a salvo y ahora están con Walter esperando alguna indicación de parte del Co-capitán, pero no sé qué debo decir o hacer en esta situación...
Les digo que tomaré unos minutos para pensar que hay que hacer, y mientras trato de averiguar cuál sería la decisión correcta, se me viene a la mente la vez que estuve en la enfermería de la escuela y en el consultorio había una chica que estaba inconsciente... recuerdo que la doctora había agarrado un algodón y había colocado un poco de alcohol en él; luego lo paso por la nariz de la chica, la cual despertó de inmediato.
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TeleQuinesis
Science FictionEmma jamás fue una chica normal, siempre tuvo algo que la diferenciaba de los demás. Ella posee un don. Al mirarla todos ven a una chica de diecinueve años, con una vida aún por vivir, el futuro como la vida es incierta. En cualquier momento puede...