Capítulo 97

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  Trabajo en equipo 

  

Amy

Mientras intentamos mantener a todos los agentes tranquilos y reunidos a distancia del laboratorio, se nos complica con cada segundo, pues a la lejanía al llegarse a escuchar el disturbio que se está haciendo, se acercan más y más agentes, volviendo esta una tarea complicada de cumplir.

No sé qué es lo que va a hacer Emma, pero debe apurarse, quien sabe por cuánto tiempo más los podremos retener.

Mientras me meto en algunas de las mentes de los guardias para tranquilizarlos, mirando hacia el laboratorio; un sonido atronador, seguido por los estallidos de los vidrios de laboratorio y una fuerza que nos lanza hacia el suelo, continuada por una expansión de un núcleo de luz azul que pasa rápidamente sobre nosotros. Una explosión que nos deja en el suelo y aturdidos, incluso con los oídos afectados.

Al instante algunos los agentes a los que intentábamos alejar se levantan y salen corriendo en dirección opuesta, alejándose, como si alguna otra explosión de más intensidad fuera a suceder; otros permanecen en el suelo intentando de componerse.

Con un leve dolor de cabeza me giro aún en el suelo, sobre mi pecho y busco con la mirada si hay algún herido de gravedad, algunos parecen inconscientes, pero no se ve que alguno sufra demasiado como para ir a ayudarle rápidamente.

A la distancia puedo ver el cabello púrpura de Elizabeth comenzando a despertar, a su lado distingo el cabello acaramelado de Owen.

Revisó rápidamente mi cuerpo y como noto que solo tengo un poco de dolor por la fuerza de la explosión, pero nada de heridas graves, me levanto lentamente.

En cuanto me encuentro de pie, doy una vuelta sobre mis pies mientras veo lo que ha sucedido alrededor.

El edificio del laboratorio, por sorprendente que parezca, está aún en pie, pero se puede distinguir que, en uno de los laboratorios del edificio, el daño es mayor. Allí debió de ser la explosión. Los vidrios de los edificios contiguos y más cercanos son inexistentes, incluso los árboles en un radio de cinco metros están como inclinados, por la fuerza del estallido.

Y si miras por donde estoy, todas las personas que antes estaban de pie están sobre el suelo, ya sea inconscientes o comenzando a despertar del aturdimiento.

En todos y cada uno de ellos veo pequeñas heridas, por los vidrios que nos alcanzaron; me reviso los brazos, y yo también los tengo, seguramente igual los tendré en el rostro.

Con cada minuto que pasa el zumbido de los oídos, comienza a desaparecer.

Comienzo a avanzar por entre los cuerpos de los agentes hacia Elizabeth y Owen, siempre teniendo cuidado de no pisarles un dedo o alguna extremidad.

Al llegar a donde se encuentran, Elizabeth me sonríe, seguramente por ver a alguien en quien puede confiar despierto.

Owen está inconsciente y con varias heridas en el rostro, brazos y pecho, como si él hubiera estado más cerca que cualquiera de nosotros. Elizabeth se ve intacta.

- Él estaba frente a mí, unos metros. - Salió disparado contra mí y me protegió de los cristales de las ventanas. - Me informa.

-  Bien... ¿Te sientes bien? ¿No te duele nada? -. Le digo literalmente gritando, pues el zumbido de los oídos no me permite oír claramente.

Ella siente con la cabeza.

Me pongo de cuclillas y examinó rápidamente a Owen.

- Va a estar bien. - Le digo aun gritando. - Despertara solo.

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