Capítulo 58

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La pócima


Después de dos horas y media, cuando llegamos al campus, le pido al guardia que no se vaya, que debemos volver al hospital, solo iré a recoger algo y luego volveremos a irnos. El guardia no dice nada, solo se queda mirándome a la cara.

Ya es de día.

Voy corriendo a nuestro edificio, y luego a la habitación de Amanda, abro la puerta rápidamente y en la habitación, sobre su cama está Elizabeth.

- ¡Jonás! -. Me dice entusiasmada mientras me observa entrar en la habitación.

No quiero ser grosero, pero debo apresurarme.

- Elizabeth...-. Le digo mientras me acerco al closet y busco el bolso que Amanda me indico.

- Y... ¿Amanda? -. Me pregunta desde su cama.

Tomo el bolso y veo su interior, en el hay maquillaje y hasta el fondo unos pequeños frascos de cristal con un contenido azul...

Tomo uno y lo guardó en el bolsillo de mi chamarra.

- Mm... Debo irme. - Le digo mientras vuelvo a guardar el bolso en su lugar.

Abro la puerta y salgo de la habitación.

- ¡Espera! - Me grita Elizabeth.

No hay tiempo para explicaciones.

Cierro la puerta y salgo corriendo de nuevo por el pasillo directo a la salida del edificio, de ahí corro hacia el estacionamiento donde está el guardia esperándome.

- Estoy listo. - Le digo mientras abro la puerta de la camioneta.

Sin decir ni una sola palabra, el agente se dirige a la parte delantera del conductor, se sube, se coloca el cinturón y comienza a conducir de regreso al hospital.



Dos horas y media después ya estamos de vuelta en el hospital, tan pronto estaciona la camioneta, salgo corriendo a la habitación de Amanda asegurándome de traer el frasco que necesita.

Llegó a su habitación y la encuentro cerrada, intento abrirla, pero algo lo impide, tiene puesto el seguro.

Tocó suavemente la puerta y esta se abre.

Sobre la cama está Emma, está realmente pálida, debajo de sus ojos se ve azul con morado, sus labios se ven secos y sus ojos apenas y logra mantenerlos abiertos.

En cuanto entro a la habitación Emma cierro la puerta y ella cierra sus ojos.

- Traje lo que me pediste. - Le digo mientras me acerco a su cama y le ofrezco el frasco.

- Gra... cias.- Me dice en un susurro.

Como sé que no podrá abrir el frasco lo destapo yo mismo y se lo entregó.

Lentamente Emma extiende su mano y toma el frasco, luego se lo acerca a sus labios y se toma el contenido de este.



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Emma

No puedo seguir con esto. Ya no tengo la fuerza para seguir manteniendo mi aspecto de "Amanda"

Desvanezco mi aspecto y vuelvo a ser yo misma, cierro la puerta con las pocas fuerzas que me quedan y cierro mis ojos esperando a Jonás con el frasco.

Me despierto cuando escuchó unos golpes en la puerta.

"Toc" "Toc"

Rayos

Me introduzco en los pensamientos de la persona que sea la que está tocando la puerta y al percatarme que es Jonás abro la puerta con mi don.

Gracias a dios las enfermeras no vinieron a revisarme en todo este tiempo.

Cuando entra vuelvo a cerrarla al igual que mis ojos.

- Traje lo que me pediste. - Me dice mientras se acerca a mi cama y me ofrece el frasco.

- Gra... cias.- Digo en un susurro.

Como es claro que no tengo la fuerza para abrir el frasco Jonás lo hace por mí y me lo acerca, lentamente extiendo mi mano hacia él, tomó el frasco y lo bebo todo.

Ahora solo queda esperar.

Cierro los ojos y esperó a que la pócima haga efecto.

Como es de esperarse, después de un minuto estoy completamente bien; mi energía vital se ha recuperado y Jonás me mira asombrado desde el frente de mi cama.

- ¿Qué era eso? -. Me pregunta mientras toma asiento en la silla que se encuentra al lado de la cama.

- Una poción de energía.

- ¿ C- cómo está preparada?.- Me pregunta interesado.

- No lo sé, la hizo un mago.

- ¿Un mago?

- Así es...

- ¿Existe la magia?

- Si...

- ¿Cómo...

- No lo sé, así como tú, yo no conozco mucho el mundo. Pero por lo poco que he conocido sé que todo aquello que siempre creías era ciencia ficción, como la magia... las telequinesis, existen.

- De acuerdo... pero ¿Por qué tu energía bajo tanto?

- Por la deshidratación, la falta de comida y si a eso le sumas utilizar alguno de los dones con agentes durante cinco minutos, mi energía se agota. Aún no soy lo suficientemente fuerte.

- Pero te suministraron suero, líquidos y no te recuperabas, era como si algo retuviera tu recuperación.

- Mis dones-. Le digo con una sonrisa. - Mientras estábamos en la ambulancia y cuando la doctora estuvo revisándome tenía que mantener el aspecto de Amanda. Toda mi fuerza se agotaba en ello. Además, Eso no ayudaría mucho, necesitaba la pócima.

- Me asustaste mucho.

- No era mi intención. - Le digo con una sonrisa.

- Pensé que algo había salido mal, que te descubrirán...

- Si... bueno, eso pudo haber sucedido. Pero no fue así.

"Toc" "Toc"

Jonás me voltea a mirar con los ojos bien abiertos.

De inmediato me transformo en Amanda, Jonás se levanta, quita el seguro de la puerta y la abre. Una enfermera entra.

- Ya te ves mucho mejor. - Me dice mientras observa la bolsa de suero casi vacía.

- Ya me siento mejor.

Ella toma mis signos vitales, y luego de unos segundos después de anotar algo en su libreta, me informa que me dará el alta y podré irme al campus.

Después de arreglar todos los papeles para que me dieran de alta y me pueda ir, al fin soy libre. Jonás y yo salimos al estacionamiento del hospital y en el solo hay una camioneta.

- ¿Tienes alguna idea de la ubicación exacta del campus? - Le preguntó a Jonás antes de subir a la camioneta.- Sería de gran ayuda.

- No.... pero podría averiguarla por ti.

- ¿En serio?

La esperanza vuelve a invadir mi pequeño cuerpecito.

- Sí, no será difícil.

Sonrió de oreja a oreja.

- Cuando la consigas debes decirme de inmediato. - Le pido.

- Claro.

Subimos a la camioneta. Con dirección al campus.

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