Capítulo 5

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Los chicos de traje

Le pido al taxi que me deje una cuadra antes del departamento para poder caminar un poco y respirar aire fresco, cosa que hace tanto no hacía, o al menos lo disfrutaba.

Como logro, cargo todas las bolsas de regalos y me encamino yo sola por la enorme calle hacia mi departamento. Seguramente parezco un bulto enorme con muchas bolsas moviéndose.

«Rayos...» Pienso al oír que se me cae una bolsa al suelo.

Me detengo y tiró las demás, rendida de tratar con tantas bolsas a la vez, creo que fue una mala idea bajar una cuadra antes del taxi.

- ¿Necesitas ayuda? - Me dice una voz aguda por la espalda.

Volteo y me encuentro con una chica que parece que se va a romper si el viento sopla, es muy delgada, su rostro parece el de una niñita de ocho años, con su pelo rubio lacio y delgado volando por el insignificante aire que hace, parece aún más débil.

- ¿De verdad? - Le digo después de pensar que no lograre hacerlo yo sola.

- Si, no es ningún problema para mí, me llamo Amy. - me dice estirando su delgado brazo para estrechar su mano con la mía.

Hago lo mismo y en cuanto tocó su mano, me sorprendo al ver que no se le rompe ni nada, pero lo más interesante es que siento una descarga de energía asombrosa, como toques, pero no son toques; no sé cómo explicarlo... por el asombro retiró rápidamente la mano y recojo la mayoría de las bolsas para que ella no dude por mi comportamiento.

- Me llamo Emma, solo necesito llevar estos regalos a mi departamento, está a una cuadra. - Le explico señalando hacia enfrente con el dedo índice para que me siga.

- Muy bien-. Me dice tomando las últimas bolsas empezando a caminar hacia mi departamento.

Algo que he notado en Amy es que camina muy recta, como si fuera de la realeza o algo parecido, pero no es momento para juzgar, ella me está ayudando.

Amy va muy adelantada de mí y veo como pasa la puerta de mi departamento como si no fuera la mía, pero claro ella no lo sabe.

La rebasó lo más rápido que puedo y le digo que mi departamento ahora está detrás de nosotras.

- Es el departamento dieciocho, el de la puerta roja, donde están esos chicos de traje-. Le digo señalando hacia atrás, hacia la puerta.

- Oh... está bien-. Me dice dándose la vuelta con la cara sonrojada por la vergüenza y camina hacia la puerta.

Intento saber que piensa en este instante, pero no aparece nada, no puedo leer su mente y es algo extraño, porque siempre he podido hacerlo con todas las personas, aunque tal vez sea posible que con algunas no lo pueda hacer lo cual es igual de intrigante... No había sucedido antes.

A tres puertas de la de mi departamento me doy cuenta de que algo va mal, algo se siente... muy mal... Una sensación y en parte un presentimiento.

Al igual que yo, Amy se da cuenta e inmediatamente se da la vuelta y comienza a caminar aún más rápido por donde habíamos llegado ¿Ella también lo sintió?

«¿Ahora qué hace?»

La sigo hasta llegar al mismo lugar en donde ella me había ofrecido su ayuda y se lo pregunto.

- ¿Que sucede Amy? ¿Está todo bien? - Le digo lentamente poniendo las bolsas en el suelo, es claro que algo cambió en ella.

Aunque por un presentimiento no voy a evitar llegar a mi departamento.

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