Sr. Adam
Estoy en un lindo bosque parecido al que hay cerca de casa de la tía Clary pero no es el mismo porque el que está cerca de casa, su vegetación no es tan tupida, maravillosa y verde como el de este.
Este tiene más un aspecto de bosque encantado como en los que viven las hadas y los duendes.
El pasto es de un verde claro y brillante mientras que el de las copas de los árboles y los tallos de todas las flores son más oscuros, pero igual de hermosos. Sobre el aire hay todo tipo de insectos, libélulas, avispas, abejas, mariposas de diferentes colores, tamaños y formas; sobre el suelo hay miles y miles de distintos tipos de flores, dientes de león, ajo de oso, puerro... En fin un montón de las cuales solo logró identificar esas tres.
Gracias a la vegetación, el aire tiene un lindo aroma y es ligero y limpio, nada parecido al de la ciudad.
«Sigue caminando»
Me dice una voz de hombre que se va flotando por todo el lugar.
De alguna manera logro sentirme confiada en este lugar. No siento ninguna amenaza, hasta ahora.
Como no tengo ni la menor idea de que hago aquí, ya que se supone que estaba en camilla y aun no podía caminar, esto es un milagro o un sueño, así que decido seguirle la corriente a esa voz, y continuó caminando hasta toparme con una cabañita cubierta de musgo con unas pequeñas flores de todos los colores. Es muy linda, como la casa de un duende...
«Al fin estás aquí»
Me dice de nuevo la voz del hombre, pero ahora más cerca que la vez anterior.
Lo buscó con la mirada ansiosa de ver un duende por primera vez en mi vida y con tanta vegetación se me es muy difícil detectarlo hasta que observó su ropa y lo ubico a un costado de la cabañita.
- Veo que ya me encontraste-. Me dice caminando lentamente hacia mí con una sonrisa en su cara de hombre.
«No es un duende» pienso decepcionada al encontrarme con este hombre de aspecto gentil tan normal como cualquiera, con traje de oficina, claramente fuera de lugar en este momento debido al lugar en el que nos encontramos.
Antes de que pueda preguntarle quién es, se presenta.
- Me llamo Adam, mucho gusto Emma-. Me dice ofreciéndome su mano para saludarlo.
- ¿Cómo sabe mi nombre? -. Comentó confundida, aunque no tanto porque esta ya es la segunda vez que me topo con alguien que sabe mi nombre.
- ¿Gustas sentarte? -. Me ofrece educadamente evadiendo mi pregunta mientras señala con sus manos dentro de la cabañita invitándome a entrar.
Camino hacia la cabañita y abro la pequeña puerta de esta y al igual que en estos últimos días, me vuelvo a sorprender ya que dentro no es nada a lo que imaginaba por fuera; en su interior hay azulejos, un refrigerador, una pantalla plana, una computadora de escritorio y otra portátil, una estufa, un horno, una sala y muebles cubiertos de piel ¿Para qué necesita todo esto aquí? De seguro ni hay internet ni señal para los aparatos, pero... En esta semana ya he aprendido suficiente como para saber que nada es lo que parece...
Tomamos asiento en los sillones de la sala y el continua:
- Dime ¿Cuándo comienzas con tu entrenamiento?
- No lo sé-. Contestó, pero por alguna razón él me mira con cara de pocos amigos, como si supiera que le estoy mintiendo-. Cuando esté en mejor condición para entrenar-. Termino por decir.
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TeleQuinesis
Science FictionEmma jamás fue una chica normal, siempre tuvo algo que la diferenciaba de los demás. Ella posee un don. Al mirarla todos ven a una chica de diecinueve años, con una vida aún por vivir, el futuro como la vida es incierta. En cualquier momento puede...