Dedo en el gatillo
Hemos dejado de lado todo el tema de Jared, y ahora que es de noche y encontramos un buen lugar para descansar, por fin podemos descansar, aunque siempre estando alerta de los agentes o de cualquier cosa inusual que suceda.
- Podrías usar tus dones para pasar la prueba. - Dice Jonás desde el lugar en el que decidió recostarse.
El bosque ahora está oscuro, y no se ve nada a tres centímetros de nuestros ojos, decidimos no encender una fogata pues no hace mucho frío; además de que eso podría llegar a llamar la atención de los agentes si es que están por ahí.
- Lo he pensado-. Digo en un susurro. - Pero puede ser peligroso, como sabes de alguna manera Jared está vigilándonos en todo momento, como si supiera que hacemos a cada segundo y obviamente si utilizo mis dones para esto habríamos acabado la prueba en un día. Algo imposible para solo una pareja. Eso causaría curiosidad de parte de Jared, seguro investigaría como lo hicimos en tan poco tiempo... y eso sería peligroso. Por el momento necesito pasar desapercibida.
- Nos serviría mucho de ayuda.
- Lo sé, pero moralmente sería incorrecto, nosotros tenemos una gran ventaja delante de los demás ¿Me entiendes? No es justo...
- Supongo.
- Tengo hambre. - Digo para cambiar de tema.
- Yo igual, pero sobreviviremos sin comida por dos días, tal vez sentiremos un hoyo en el estómago queriendo comernos a nosotros mismos, pero sobreviviremos, solo debes permanecer hidratada.
- Lo sé. Cuéntame de ti Jonás ¿Tienes hermanos? ¿De dónde vienes?
- Pues... vivo con mi madre en un departamento del centro de la ciudad, ella es directora de una universidad y soy hijo único.
- ¿Nada más? - Comentó asombrada. - Tu vida es aburrida.
- Ni que lo digas.
- ¿Qué haces en tu tiempo libre? Cuando no estás en la escuela.
- Me gusta hacer inventos. Soy un innovador. - Comenta orgulloso.
- Háblame de ellos.
- No los entenderías. - Comenta honestamente.
Miro al cielo, es realmente maravilloso. Con toda la oscuridad y el hecho de que estemos en un bosque casi desértico, de alguna manera hace que las estrellas se vean majestuosas.
- Nos quedan unos kilómetros para que lleguemos al siguiente punto indicado en el mapa. Mañana cuando estemos ahí te enseñare a disparar. - Le digo mientras miro al cielo.
- Ah...-. Comenta no muy convencido.
- Es fácil, lo veras mañana. - Le digo mientras en la oscuridad busco su mano, cuando la siento le doy un apretón, para darle confianza.
- De acuerdo. - Comenta de mejor humor.
Al siguiente día cuando los dos estamos despiertos y vamos camino al segundo punto, Jonás menciona el tema.
- Los ayudare. - Me dice mientras camina.
- ¿Estás seguro?
- No hagas que me arrepienta sobre mi decisión. - Dice con una sonrisa maliciosa.
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TeleQuinesis
Science FictionEmma jamás fue una chica normal, siempre tuvo algo que la diferenciaba de los demás. Ella posee un don. Al mirarla todos ven a una chica de diecinueve años, con una vida aún por vivir, el futuro como la vida es incierta. En cualquier momento puede...