Capítulo 91

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Ya que el señor Adam vuelve a la sala se ve un poco tenso.

- ¿A qué se refería con lo de su visión? -. Le pregunto mientras tomo asiento en el sillón.

- Él se dedica a esto Emma... hace este tipo de cosas, y hace cinco años él asistió a un caso en el que otro demonio le mostró una visión, una visión, que como pudiste notar seguramente es desagradable, en esa visión vio un jarrón, que puede ser posible que haga la diferencia entre ganar y perder, así que durante estos cinco años él lo ha estado buscando. Lo ha encontrado, pero aún no lo obtiene.

- Al menos podremos tener más oportunidad si lo obtiene-. Digo tímidamente.

El señor Adam se sigue viendo asustado, y supongo que yo tengo el mismo gesto en el rostro, pero es que jamás había visto algo como esto. Además... lo de Jared sigue molestándome. Ahora lo sabe.

- No te preocupes por eso, tu actúa como si no supieras nada de eso-. Me dice el señor Adam, el cual seguramente se ha metido a mi mente.

Odio que pueda hacer eso.

- Escucha... voy a ir con los chicos, a ver como se encuentran y para informarles de la nueva información que tenemos-. Me dice un poco tranquilo, como si fuera a revelar un enorme secreto. - ¿Vienes o debes volver?

Me quedo mirándole como si me hubiera dicho una tontería.

- Estoy seguro de que todos quieren verte-. Me dice con una enorme sonrisa, una realmente honesta-. Incluso algunos más que otros-. Me guiña un ojo.

La verdad es que, si tengo que volver, Jared se iba a ir en una hora y quién sabe si querría verme, pero por otro lado no quiero regresar... no quiero enfrentarme a él ¿Que me diría? ¿Me interrogaría? o... ¿Actuaria como si nada hubiera sucedido?

Aunque... no pasa nada si falto, ya falte a mi primera clase no sucederá nada si me ausento el resto del día. Si lo pienso bien es por una buena razón, vería de nuevo a los chicos.

- Voy. - Le digo con una sonrisa.

Al diablo el horario. Ya me inventaré alguna excusa si alguien decide husmear.




El señor Adam nos teletransporta y aparecemos en una sala amplia con tres sillones, enfrente de estos una pantalla apagada.

En uno de los sillones está André.

En cuanto nos ve se levanta entusiasmado y abraza al señor Adam, este le devuelve el abrazo con gran alegría provocando mucho ruido al hacerlo.

- Te ves bien-. Le dice el señor Adam.

- Bueno alguien me estuvo cuidando...- Dice ahora dirigiendo su mirada a mí.

El señor Adam se aparta y André me da un abrazo.

De algún lado de la casa se comienzan a escuchar ruidos de pasos distantes.

- No es que no esté feliz de verlos, pero... ¿ha sucedido algo? -. Nos pregunta con la mirada plantada en mí.

- Bueno... han sucedido varias cosas-. Le contesta el señor Adam.

- ¡Emma! -. Escucho que grita de repente Ada detrás de mí.

Se acerca corriendo y me abraza.

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