La dedicatoria va a
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Kuroko afirmó su agarre al cabecero de la cama, las embestidas de su esposo eran descontroladas y cada vez más fuertes y profundas, el pelirrojo se mantenía tocando el punto de mayor placer de su pequeño esposo, disfrutando de los gemidos altos que éste soltaba.
La espalda sudada pegada al pecho del más alto estaba siendo regada por numerosos besos mientras seguía entrando y saliendo del estrecho canal del otro. Kuroko sentía que en cualquier momento llegaría a otro maravilloso orgasmo sin siquiera necesitar que Kagami le acariciara el miembro.
—¡Ah! Kagami— gimió cuando éste mordió con rudeza su hombro provocando que tirara la cabeza hacia atrás y se mordiese el labio después.
—Es increíble cómo me aprietas, amor— dijo Kagami en su oído.
—Kag-gami...
En un movimiento demasiado rápido para que Kuroko se diera cuenta el otro le dio la vuelta sin salir de su interior y le recostó en la cama colocándose sobre él de inmediato y empezando de nuevo con las arremetidas. El peliazul le rodeó con las piernas y llevó sus manos a su pelo agarrando unos mechones que se dedicó a tirar para poder soportar de algún modo el placer que le llenaba por completo.
Kagami le embestía profundo y rápido, buscando saciar sus ganas de hacerle el amor, buscando la liberación que solo obtenía de su pequeño esposo, dejándose llevar por sus instintos.
Sentía un enorme fuego prenderse en él, las ganas de empujar cada vez más fuerte en la pequeña entrada, de arremeter una y otra vez hasta mostrarle quién era su dueño.
Minutos después Kuroko sintió que ya no resistiría más, dentro de poco llegaría al clímax, así que llevó una de sus manos a la nalga de su esposo apretando y diciéndole con ese gesto que necesitaba que le diera más. Más rápido, más profundo, lo que fuera, pero más. Y el pelirrojo obedeció. Aumentando la velocidad hasta que la liberación por fin llegó a Kuroko en un gemido tan alto que se dijo que todo el mundo se había enterado de ello.
Poco después sentía la semilla de su esposo llenarle por completo brindándole placer por la calidez del líquido.
Se quedaron acostados en la cama en medio de un abrazo, acariciando todo lo que les permitían sus manos aferradas al cuerpo del otro.
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Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)
FanfictionCuando a Kuroko Tetsuya le dijeron en la academia de donceles que sus padres habían decidido llevarlo de vuelta a casa, su felicidad fue inmensa, de todos modos no entendía la razón por la cual se encontraba allí, y dentro de poco podría ver a su fa...