Capítulo L

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Hola a todos, sé que he estado desaparecida del mapa y de la vida por un tiempo y lo siento mucho, pero había un montón de cosas que tenía que hacer y ordenar por lo que me tomé ése tiempo para hacerlas, pero he vuelto y no me iré de nuevo, o al m...

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Hola a todos, sé que he estado desaparecida del mapa y de la vida por un tiempo y lo siento mucho, pero había un montón de cosas que tenía que hacer y ordenar por lo que me tomé ése tiempo para hacerlas, pero he vuelto y no me iré de nuevo, o al menos no está en mis planes, nunca se sabe lo que puede ocurrir.

Quizás lo bueno de todo eso es que he podido escribir mucho, así que espero que lo disfruten.

Os mando muchos abrazos y seguid amándome como yo os amo.

La dedicatoria va a 

@TetsuyaChihiro  

@MurasakibaraAtsushi9 

@creepycity346  

@DRHyakuya  

@belu88  

@691X396  

@LordKuroko11  

@AlmaLiliahernandezol  

@MiSolNatsume  

@gloriaocadiz  

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Takao se desperezó y removió en la cama antes de abrir los ojos y despertarse por completo. Se cubrió con las mantas buscando abrigarse mejor y recolocó la cabeza encima de la almohada sintiendo que ésta estaba dura, pero no dándole importancia ya que aun así seguía siendo cómoda.

Intentó recordar lo que estaba haciendo antes de caer dormido, pero lo único que le vino a la mente fue el sueño que había tenido en el que hacía el amor con su esposo, deseaba que algo así pudiera ocurrir ya que de verdad lo anhelaba, sobre todo porque eso les uniría mucho, pero imaginaba que aun faltaba mucho para que se produjera.

Pensó en volver a dormir un poco, así que se dio la vuelta para acomodarse y quizás por estar seguro de que no podía ser nada más que un sueño lo ocurrido anteriormente, no pudo sino sorprenderse cuando vio a Midorima dormido a su lado.

Se quedó quieto sin poder reaccionar, preguntándose qué estaba ocurriendo para después coger un trozo de piel de su propio brazo y pellizcarlo con fuerza, intentando asegurarse de que no era un sueño.

Cuando vio que la imagen frente a él seguía siendo la misma, llevó las manos a las sábanas, levantándolas para corroborar lo que pensaba y ante sus cuerpos desnudos debajo de ésta, la felicidad le llenó por completo, volviéndose a acostar para poder contemplar a su esposo dormido.

Pensó en despertarle, pero desistió de la idea al darse cuenta de que sería un desperdicio no aprovechar lo sereno y apuesto que se veía su rostro en ese momento.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora