Capítulo XXXVII

1.7K 131 147
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La dedicatoria va a 

@Paulinarosa15  

@YukkiPhantomhive00  

@ValeGarcia242740  

@lohesu  

@DannaYessenia2  

@CcJuviaYlt  

@@DyanaDragon  

@@AMENOHI10  

@@Chris-senpaixx  

@@_yaoi-zukulentoh7w7_  

@@ClaribelUchiha  

@@MarileslyGarcia  

@@kathyariggs55

@@SL_Castle_12  

@@NayeliGuevaraVera  

Muchas gracias a todos por los votos y los comentarios. Os mando un montón de abrazos. Muchas gracias por seguir leyendo.

*************************************************************

Kise Ryota era un doncel curioso, muy curioso. Podía pasarse horas enteras leyendo libros de la biblioteca de su padre como también podía pasarse horas investigando aquellas cosas que a su parecer resultaban impresionantes e inexplicables, al menos hasta que conseguía encontrarlas una explicación.

Kise Ryota era un doncel muy curioso, pero sobre todo era propenso a dejarse llevar por aquellas cosas que le cohibían o conseguían obtener del todo su atención.

Cosas como la ciencia, las historias de amor que acostumbraba disfrutar en las novelas románticas que leía o los juegos nuevos que, si no inventaba por sí mismo, descubría y aprendía a disfrutar.

Le cohibían muchas cosas, pero nunca nada le había llegado a cohibir tanto como el juego de seducción que llevaba a cabo con Lord Aomine.

Ciertamente al inicio no había llegado a imaginar que las cosas que ocurrieron entre ellos llegaran a pasar, pero había disfrutado cada momento al lado del hombre, sobre todo al saberse la razón por la cual el Lord se mantenía dócil y atento.

Conocía el arte de la seducción muy bien, al menos en sentido teórico, lo había aprendido de los libros románticos, donde muchas mujeres y donceles disfrutaban de seducir o dejarse seducir por los hombres que les eran destinados para al final vivir juntos por siempre en la felicidad tras haber superado todas las barreras que se les presentaron.

No esperaba tener ese final con Lord Aomine, por todos los dioses sería algo demasiado perjudicial no solo para él sino también para su padre, la reputación del peliazul no era la más favorecedora para un doncel y menos para los negocios de su padre. No esperaba obtener de él más allá que la experiencia necesaria para algún día poder conocer a un buen hombre de verdad que mereciera su mano y poder seducirlo para que sólo se fijara en él.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora