Capítulo XXXIII

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La dedicatoria va a 

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La dedicatoria va a 

@Takiikii  

@elisamavares  

@AtzhiriPineda  

@NekoFran  

@holita_114  

@Ghoul1288  

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El día del baile de apertura de la Temporada de Oro llegó con un Kuroko todavía preocupado por las palabras del esposo del rey.

Despertó esa mañana solo en la cama y dejó salir un suspiro, ya había perdido la cuenta de las veces que se quedaba dormido prometiéndose despertar antes que su esposo para poder pasar un tiempo juntos antes de que se fuera con el rey a tratar los temas del estado.

No se dio cuenta, hasta que se sentó en la cama, de que Riko estaba parada al lado de la puerta mirándole, debido al susto por su presencia dio respingo por el susto.

—Lo siento, no pretendía asustarle— se disculpó ella, acercándose a él.

—No puedes pararte allí y esperar que no me asuste al verte nada más despertar.

—De verdad lo siento.

No había sido su intención asustar a su amo, pero es que llevaba un tiempo esperando a que se despertara y aunque no tenía por qué hacerlo en la habitación, le había parecido la mejor opción si lo que pretendía era esconderse de uno de los guardias del palacio. Uno que no dejaba de buscarla por todos lados para poder conversar de cuánto le parecía hermosa. No es que no le gustaran los halagos, simplemente no le gustaban de ese hombre en cuestión, por alguna razón, no terminaba de verle con buenos ojos.

Había pensado en varias ocasiones hablar de ello con Kuroko, pero su amo ya tenía bastantes problemas propios como para sumarle los suyos.

—No pasa nada— dijo el doncel con una sonrisa cuando se hubo tranquilizado—. Prepara mi baño por favor.

—Bien.

La chica se fue a la sala de baño mientras Kuroko se levantaba de la cama. Miró por la ventana antes de dirigirse al baño, allí pudo observar a Lord Himuro y a su esposo montar en sus caballos en medio de una conversación que les hizo reír. Se quedó un momento mirando hipnotizado a Kagami, agradecía todos los días a la Santa Madre Luna el haberle permitido conocerlo y ser su esposo.

No se imaginaba cómo hubiera podido ser su vida si no se hubiera casado con él, si no le hubiera conocido y peor, si se hubiera tenido que casar con otra persona, ya fuera por imposición de su padre o por su elección.

—Kuroko— escuchó que le llamaban así que se dio la vuelta para ver a su dama de compañía—. El baño está listo.

Asintió con la cabeza y entró al baño con la castaña siguiéndole detrás.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora