Capítulo LIV

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Hola, la dedicatoria va a

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Hola, la dedicatoria va a

@MiSolNatsume

@Haru_Fushimi

@Luzfnaf

@FernandaNakamura6

@minew97

@ZERO_E

Muchas gracias por los votos, comentarios y apoyo.

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Kise se miró de nuevo al espejo, poniéndose de lado para ver cómo de crecido estaba su vientre, según le había dicho el médico de la casa, gracias a que le había contado en qué momento se había producido la gestación del niño, había pasado el primer trimestre y estaba entrando en el segundo.

Su salud se había estabilizado enormemente y ya no vomitaba en las mañanas, además podía comer más cosas de las que al principio no toleraba su hijo.

En la casa todos los sirvientes habían sido informados de la situación por lo que ya no tenía que esconderse en sus aposentos todo el día, además su padre había pedido que guardaran el secreto de cualquier persona hasta el día en que diera a luz, para evitar que los rumores y las reacciones de la nobleza afectaran su estado de ánimo.

A diferencia de lo que había creído, ninguna de las personas que estaban a su servicio le habían tratado de forma diferente al enterarse de su estado, al contrario, todos se habían alegrado por ello a pesar de saber la delicada situación en la que estaban. Siempre había sabido que los sirvientes de su casa les eran leales, pero sólo en ese momento pudo descubrir que tan profunda era su fidelidad.

Su vientre había crecido un poco más, igual que su cuerpo había cambiado.

Al principio todos los cambios sufridos le provocaron una gran tristeza, sobre todo cuando se miraba y descubría que había engordado aún más o cuando veía que sus pies se estaban hinchando y que se pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo, pero al final había aprendido a aceptarlo como un hecho al convencerse de que no era nada malo, ya que todo eso ocurría por su hijo.

Su padre había dispuesto todo para que su comodidad fuera perfecta, preparando de antemano lo que iba a ser necesario durante los meses que iba a durar el embarazo hasta el día en que tendría lugar el parto.

El médico de la casa había recomendado los servicios de la vieja comadrona de la ciudad, una de las más famosas por su profesión que había traído al mundo a un gran número de niños.

Kise hubiera querido que se ocupara la misma comadrona que lo trajo a él al mundo, pero no fue posible ya que la vieja mujer había muerto muchos años atrás.

Había tenido varias reuniones con la comadrona para que le fuera mostrando lo necesario para el correcto cuidado de su hijo, su padre le había ofrecido la posibilidad de que contrataran a una niñera que le ayudara, pero él había rechazado la idea, queriendo cuidar personalmente al ser dentro de su vientre.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora