Capítulo LXXXVIII

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Himuro se sentó en el suelo, sintiendo el frío pasto de finales de invierno en sus piernas cuando las posó en él, se apoyó al tronco del árbol en su espalda y dejó salir un suspiro

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Himuro se sentó en el suelo, sintiendo el frío pasto de finales de invierno en sus piernas cuando las posó en él, se apoyó al tronco del árbol en su espalda y dejó salir un suspiro.

Una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla, pero antes de que pudiera terminar su recorrido la limpió con el dorso de su mano.

Momentos antes Lord Murasakibara le había dejado en la corte del rey, tras rechazar su petición de matrimonio se había marchado sin dirigirle siquiera una mirada y no fue capaz de reaccionar hasta que él ya había partido.

Las miradas curiosas, ofensivas y descontentas de los nobles presentes no le importaron en lo más mínimo, no cuando todavía se encontraba en estupor, y sin que mostrara señal alguna de estar consciente de sus actos, se retiró con la cabeza baja y el corazón hecho mil trozos.

Lord Murasakibara había dicho que no había entendido lo que quería, que no había comprendido lo que le había dicho, pero no era que no lo hubiera intentado, el hombre le había pedido que le mostrara lo sinceros que eran sus sentimientos, lo realmente decidido que estaba a obtener su perdón y su amor de nuevo y eso es lo que había hecho.

Había sacrificado su imagen social por él, presentándose vestido como un doncel, ignorando la reacción de la nobleza y arriesgándolo todo solo para que le aceptara y él no lo había hecho.

Ahora ya no sabía qué hacer, ya no encontraba solución a los problemas y se sentía morir, con un dolor que no hacía más que crecer cuando se acordaba de Kagami.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora