Capítulo LXXIII

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La dedicatoria va a

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@KenyhoPark

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@holita_114

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—Cómo habéis podido tramar algo así— preguntó Kuroko, sorprendido y al mismo tiempo asustado por la revelación que le había hecho—. Por qué me habéis hecho algo así, yo jamás os he hecho nada, ni siquiera le conocía antes de que me acompañara de vuelta a Genkai.

Lord Kenshin sonrió de lado, mirándole divertido mientras disfrutaba de su semblante entristecido.

—Porque os amo, Milord— confesó—. Os he amado desde el primer momento en que os vi, cuando vinisteis por primera vez al palacio del rey.

—¿Qué? — preguntó perplejo, demasiado sorprendido como para poder decir nada más.

—Mis ojos jamás contemplaron algo más hermoso que usted, fue veros entrar en el comedor y quedarme prendado por vuestra belleza, el único inconveniente fue que venía de la mano de Lord Kagami, quien más tarde me enteraría de que era vuestro esposo— intentó acercarse a él, pero Kuroko se alejó instintivamente—. Todo lo que he hecho, ha sido para que vea cuánto lo amo.

—¿Pensáis que destruyendo mi vida y mi felicidad llegaré a corresponder vuestros sentimientos?

—Lo primero a hacer era dejaros libre para poder amar a otro hombre y evidentemente para ello necesitaba separaros de vuestro esposo, cómo voy a imaginar un futuro juntos si estáis desposado con Lord Kagami.

—Estáis loco, yo amo a mi esposo del mismo modo en que él me ama, jamás ni por un segundo pensaría en estar con otro hombre.

—Tan débil es su amor que no confía en su palabra.

—No confía porque os habéis asegurado de que no pueda hacerlo. Me acabáis de confesar todo lo que habéis hecho, desde las cartas hasta vuestro plan de llevarme a Genkai para que él nos encontrara juntos. Su amor no es débil, es vuestra maldad la que es demasiado destructiva.

—No puede considerarse el amar a alguien como algo malo, porque entonces todas las personas del mundo estarían cometiendo el mismo crimen que yo.

—No es malo que las personas amen, lo que es malo es destruir y herir la felicidad de otros para poder aprovecharse.

—He venido dispuesto a ofrecerle mi protección— dijo tendiéndole la mano—. Para cuidarle y amarle como se merece, para hacer aquello que su esposo no pudo hacer, estoy dispuesto a confiar siempre en usted y a amarlo por el resto de mi vida, sólo tiene que aceptarme.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora