Capítulo LIII

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He querido ser buena persona y compensaros por mi larga ausencia, por eso he decidido que esta semana habrá más de un capítulo, porque os quiero un montón y me encanta que me améis

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He querido ser buena persona y compensaros por mi larga ausencia, por eso he decidido que esta semana habrá más de un capítulo, porque os quiero un montón y me encanta que me améis.

Disfrutad vuestra semana feliz mientras dura.

La dedicatoria va a 

@LordKuroko11  

@SaraRestrepoHernndez  

@MiSolNatsume  

@mimieclipse51  

@ValeGarcia242740  

@Alejho4yNedra2  

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Kuroko cerró el libro que había estado leyendo desde la mañana y miró por la ventana de sus aposentos, dándose cuenta que ya había anochecido.

Bajó de la cama con rapidez y corrió hacia las cocinas, temiendo que todavía no estuviera preparada la cena para cuando llegara Kagami.

Desde que Kise les confesara su embarazo varios días atrás, él se había enfocado en leer todos los libros necesarios sobre el embarazo de un doncel, en la academia les hablaban de lo básico confiando en que los médicos y la comadrona se encargarían de todos los cuidados que pudieran necesitar, pero él necesitaba estar preparado en caso de que no pudieran contar con mucha ayuda el día del alumbramiento.

Kise le había escrito, contándole de la conversación que había tenido con su padre en la que le había puesto al corriente de la situación. Al principio Lord Akemi se había enfadado, hasta el punto de encerrarse en su despacho y negarse a ver a su hijo, sobre todo cuando se enteró de quién era el padre de la criatura, pero al cabo de un tiempo, siendo el padre generoso, consentidor y amable que era, salió y habló de nuevo con él, decidiendo apoyar su elección.

Lord Akemi, a diferencia de lo que Kise esperaba, había propuesto informar a Lord Aomine sobre el hijo que iba a tener, alegando a que ningún hombre que dispusiera de la confianza del rey Akashi y el general Kagami era deshonrado y que posiblemente tomaría la responsabilidad de lo ocurrido, pero Kise negó una y otra vez, convencido de que era imposible que éste lo hiciera.

Al final Lord Akemi había terminado aceptando las decisiones de su hijo, confiando en su razonamiento.

No habían vuelto a discutir del tema, pero Kise sabía que su padre no estaba completamente de acuerdo.

—Milord.

Kuroko miró el origen de la llamada y se encontró con Riko, quien estaba portando una bandeja que llevaba a la mesa del comedor.

—¿La mesa está preparada? — preguntó al ver cómo detrás de ella venían más sirvientes con bandejas.

—Sí, imaginé que estaría muy ocupado con su lectura, así que empezamos a preparar la mesa, lo único que queda es que elija los platos a colocar en ella.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora