Capítulo LXXIV

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La dedicatoria va a 

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Kuroko subió tras Lord Murasakibara, agarrándose a su espalda para no caerse cuando el caballo comenzó a moverse, trotando hacia la entrada de la muralla.

De alguna forma él había conseguido que dejaran pasar al doncel, alegando a que era una orden de su parte y que no tenía prohibido ver a Kagami, no había sido fácil, pero las habilidades de negociación del pelimorado eran increíbles, consiguiendo que los centinelas se rindieran y aceptaran dejarlos pasar.

Cuando llegaron al castillo Kuroko miró con ilusión la puerta, viendo que estaba libre de guardias por lo que podría entrar a ver a su esposo, pero toda esperanza se esfumó cuando vio aparecer a Lord Himuro frente a ellos, quien les miraba con seriedad.

Bajaron al llegar, parándose frente a él.

—Creí haberle dejado claro que su presencia ya no era bienvenida a este castillo, Lord Kuroko— dijo con voz neutra, intercalando las miradas entre los dos.

—Lo siento, pero es realmente importante que vea a Kagami, tengo la información sobre lo que realmente ocurrió, Lord Kenshin me lo ha confesado todo.

—Querrá decir su amante— comentó con una sonrisa ladina—. ¿Es que ahora va a traerlo a él para que intente explicar las cosas? ¿A él también lo ha amenazado como a la sirvienta Suki?

—No digas tonterías Himuro— intervino Lord Murasakibara mirándole con molestia—. Deja ya esta conversación y deja que pase a ver a Kagami.

—Veo que sigue sin creer en lo que le dije Lord Murasakibara, es evidente que al igual que todos los demás, se ha dejado manipular por ése doncel— habló en tono despectivo, señalando con la cabeza a Kuroko.

—Controla tus acciones, Himuro, estás demostrando una falta de modales muy grande.

Él le miró con reproche, como si le hubiera ofendido que le regañara, luego desvió la mirada, queriendo esconder que sus palabras le habían afectado.

—No tengo que controlar nada, no cuando tengo frente a mí a un doncel que no ha hecho más que causar dolor y a un hombre que no quiere detenerse hasta hacer de mi vida un infierno.

Kuroko se puso frente a Lord Murasakibara, buscando de ése modo atraer la atención de Lord Himuro para poder hablar con él, sabiendo que si no lo convencía no iba a dejar que viera a Kagami.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora