Capítulo XXIV

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La dedicatoria va a 

@MiSolNatsume  

@ananekochan3  

@kaori2115  

@MariaGonzalez604  

@GabiCA100  

@XhiaPalacios  

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Kuroko despertó solo en la tienda, lo primero que le permitieron ver sus ojos fue el color marrón de la tela de la tienda, tras lo cual se restregó los ojos para poder alejarse por completo del sueño y se levantó. Caminó hasta la entrada y la abrió a medias para poder ver si su dama de compañía se encontraba cerca.

Al no encontrar a Riko volvió a meterse dentro y se sentó en la cama. No se había dado cuenta hasta ahora que estaba desnudo y posiblemente no se habría dado cuenta de no ser por la corriente de aire que le recorrió.

Se apresuró a buscar un albornoz y se lo puso atándolo con fuerza para evitar que pudiera abrirse.

Poco después apareció su dama de compañía y al verle se sonrojó desviando inmediatamente la mirada, algo que le sorprendió

—¿Ocurre algo Riko? — preguntó confundido.

—Na-nada Kuroko— respondió manteniendo todavía su mirada alejada e intentando esconder el sonrojo de sus mejillas.

—Entonces, por qué no me miras.

La chica hizo el intento de verle, girando la cabeza lentamente en su dirección, pero cuando sus ojos le vieron de reojo apartó de nuevo la mirada, negando con la cabeza. Kuroko se preocupó, pensando en todo lo que podría haber provocado ése comportamiento, pero sin encontrar respuesta alguna.

—¿Ha pasado algo? — volvió a preguntar acercándose a ella—. ¿Por qué no me miras Riko?

—No es nada.

—Mírame— insistió, pero como venía haciendo desde que le encontró, Riko no pudo hacerlo, preocupando cada vez más a su amo que ya empezaba a desesperarse.

—Kuroko yo...

—Es una orden, mírame.

Ella supo que ahora no podía negarse, no podía negarse a una orden directa de su amo así que a pesar de que le costó mucho, miró a su señor provocando que el sonrojo que adornaba sus mejillas se acentuara y se mordiera el labio inferior con fuerza.

—Ahora quiero que me expliques a qué se debe esa actitud que has tenido conmigo hace poco.

—No es nada importante, son cosas mías no preste atención a eso.

—Insisto, no quiero tener que repetirlo, dime cual es la razón de tus acciones.

A pesar de que la hubiera gustado volver a negarse supo que no podía hacer tal cosa y, tragando duro para prepararse por lo que estaba a punto de decir, le miró fijamente.

—Me resulta un poco difícil verle a cara— confesó, obteniendo una expresión confundida de su parte.

—¿Y eso por qué?

Kuroko a estas alturas empezaba a pensar que algo había pasado mientras él estaba dormido, no entendía el comportamiento de su dama de compañía, era la primera vez que hacía algo así y no sabía qué pensar.

—Pues verá... Es que ayer en la noche, bueno...— ella parecía tan avergonzada mientras hablaba que Kuroko no supo qué hacer, comenzando a preocuparse cada vez más—. Como verá las tiendas se transparentan si son iluminadas por el fuego y aquí dentro las antorchas estaban encendidas, así que pudimos ver...

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora