Cuando a Kuroko Tetsuya le dijeron en la academia de donceles que sus padres habían decidido llevarlo de vuelta a casa, su felicidad fue inmensa, de todos modos no entendía la razón por la cual se encontraba allí, y dentro de poco podría ver a su fa...
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Ésa es una buena sorpresa, ¿verdad? A que ahora mismo os morís por llenarme el rostro de besos de amor por lo buena que estoy siendo, pues sabéis qué...
¡¡ME LOS MEREZCO, ASÍ QUE TODOS ESTÁIS OBLIGADOS A ENVIARME BESOS POR MENSAJE!!
Me refiero a esos maravillosos emoticonos de besotes.
Estuve pensando, y debido a que el fin de semana pasado no pude actualizar, os he subido el capítulo ahora porque empezaba a llenarme el remordimiento, así que espero que lo disfrutéis mucho.
La dedicatoria va a
@@SandyVernacci
@@lgtm1895kxh
@@Angela14753
@@MiSolNatsume
@@adalove-chan
@@Asami234
@@MilagrosMaguia7
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Takao observó con una sonrisa cómo Miyaji conversaba con Lord Imayoshi al lado de las caballerizas, había salido para ir en busca de su caballo y poder trotar un poco, así ganar algo de práctica y poder mostrar a su esposo cómo había avanzado mientras él estaba en la ciudad, pero en el camino se había encontrado con la escena y no había podido resistir las ganas de ver lo que ocurría.
Midorima había partido al alba para reunirse con Lord Kagami, no le había dicho cuándo iba a volver, pero antes de irse, se había despedido de él con un ligero beso que le dejó alegre y sonrojado, que sin poder esconderlo había comenzado a dar vueltas en la cama como un niño pequeño.
Se escondió detrás del primer arbusto que encontró mientras veía cómo su doncel de compañía reía de forma alegre, más tarde le preguntaría qué le había dicho su acompañante de gracioso para que riera de esta forma, pero ahora necesitaba centrarse en ver si aprovecharían ese momento para confesar sus sentimientos.
No fue hasta más tarde, cansado de esperar y ver que nadie se decidía a decirle al otro lo que sentía que pudo apreciar el primer contacto que tuvieron, vio cómo Lord Imayoshi le tomaba de la mano a Miyaji para después acercarse a él con la intención de lo que parecía un beso.
Al darse cuenta de las intenciones del hombre, Takao se dio la vuelta, no queriendo violar su intimidad y ver cosas que sólo les pertenecían a ellos, caminó rumbo a la casa, decidido a darles privacidad, ya esperaría a su amigo en sus aposentos, y si él quería, podría contarle lo que había pasado.
Al entrar al edificio se encontró con varios de los guardias que estaban transportando algunos baúles, que supuso eran de su esposo, a uno de los carruajes que estaban parados en la puerta.
