Capítulo IV

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@@mariuxyfernandez               

Muchas gracias por todo, te lo agradezco.

Que la Madre Luna te Bendiga.

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La mirada de aquél hombre seguía pareciéndole aterradora, le miraba con una indiferencia tal que Kuroko llegó a cuestionarse si realmente era un buen hombre y si realmente estaba interesado en un matrimonio con él, se cuestionaba el interés que le tenía, pero sabía que solo podría tener esas dudas en su interior ya que si las exteriorizaba podía considerarse una falta de respeto.

Su padre le acercó aún más a Lord Kagami colocándole delante de él, conocía el proceso, aun si nunca le habían hablado de que algún día iba a contraer nupcias, en la academia les habían enseñado el proceso de oficialización de un compromiso, así que sabía lo que se esperaba de él. Sabía muy bien que, aunque él se negara a hacerlo, el pretendiente aceptado por sus padres, en vista de que ya había sido aceptada su propuesta, sólo tenía que hacer la oficialización, sin importar si estaba de acuerdo el hijo.

Kagami tendió su mano, Drogo acercó la mano que estrechaba y la depositó en la del pelirrojo. Todos esperaban que éste iniciara con la oficialización, pero en vez de eso se acercó a Kuroko y le habló.

—¿Aceptáis eso? — le preguntó.

—¿Qué? — preguntó sorprendido el peliazul.

—Que si aceptáis casaros conmigo Milord.

Kuroko miró a su madre y luego a su padre, cuestionándoles con la mirada qué es lo que tenía que dar como respuesta, en todo este asunto nadie le había preguntado su opinión, y dejando eso de lado, nunca en la sociedad actual se había dado el caso en el que el pretendiente le preguntara directamente al candidato a ser su esposo si estaba de acuerdo con la boda, normalmente sólo pedían la mano al padre y si éste daba su consentimiento no había nada más que hablar, él hacía su parte de la oficialización sin importarle si el candidato hacía la suya, ya que no importaba si lo hacía o no, ya estaban comprometidos.

—Yo...— volvió a mirar a sus padres, si se negaba, ¿le odiarían? No lo sabía o no estaba del todo seguro, pero sí sabía una cosa, no quería que su familia estuviera en desdicha—. Sí, acepto.

—¿Estáis seguro? No me conocéis de nada.

—Estoy seguro— aseguró asintiendo con la cabeza—. Si mi padre y mi madre os han aceptado es porque os consideran lo suficientemente buena persona para mí, así que estoy de acuerdo con casarme con usted Milord— el pelirrojo se quedó mirándolo un rato.

Tú que decías confiar en mí (Saga Gaia's Tales II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora