Ya era lunes, estaba en clases de matemática, Brad y Lucas no dejaban de hablar sobre su fin de semana y yo no dejaba de pensar sobre todo el tema del aniversario, de solo pensarlo me revolcaba el corazón.
— ¿Cómo estuvo tu fin de semana, cariño? —preguntó Lucas viendo como el profesor entregaba guías a las filas, señal de que la clase ya iba a terminar.
—Bien—respondí recordando la discusión del sábado.
— ¿Solo bien? Sin revolcón, ni fiestón, ni... ¿Qué otra cosa rima con on?
— ¿Almorzón? —Lucas y yo vimos a Brad con mala cara—Preguntaste, respondí.
—Nada de eso, el sábado discutí con Estefan...—me calle.
—Sigue, sigue...
—Confía en nosotros—me alentó Brad a la vez que nuestras guías llegaban a nuestras mesas, pasamos las sobrantes a los compañeros de atrás.
—Estefan me vio hablando con Liam el día del entrenamiento y eso causo disputa entre nosotros.
—Eso es lo que causa Liam a donde vaya—dijo Lucas—No puede pasar desapercibido.
—Lo mejor es que te alejes de él y mantengas la fiesta en paz.
—Lo sé—me sorprendí por lo que estaba a punto de decir—Pero es que esa vez... solo me trató bien, no vi que quiso pasarse de la raya ni nada, al contrario...—me calle, si decía algo sobre Jack seguro le iban a decir a Estefan.
—Al contrario...
—No estaba buscando discusión.
—No lo buscó, te lo accedió de gratis, cariño—mire mi bolígrafo, quizá tenían razón, quizá ya estaba pensando en ello.
—Solo pon distancia entre ustedes, será mejor para todos—los mire asintiendo—Si Estefan o Liam llegasen a pelearse, realmente pelearse, los dos realmente estarían en problemas, Liam con su equipo de básquet y Estefan con nuestro equipo, tenemos tiempo sin ganar y desde que llegó... ya sabes.
—Sí, lo sé—respondí recordando aquellos días en lo que no veía a Estefan por los entrenamientos.
La clase terminó y salimos, en la entrada estaba Liam esperándome, mi corazón se aceleró y no de emoción, sino de precaución.
— ¿Qué haces aquí, Liam? —preguntó Brad casi echando humos.
—No es de tu incumbencia, Brad—me miró—Hola.
—Puedo manejarlo, chicos—me di la vuelta para verlos—Los veo en las gradas.
Ellos no dijeron nada, solo se fueron dejándonos solos.
—Lo del sábado...
—No pude sacarte de mi mente todo el fin de semana—dijo sorprendiéndome.
—Si igual a mí—sus ojos azules se alumbraron como dos focos—No de esa manera, Liam.
— ¿Entonces de cuál? —de sorpresa fueron a la perversión.
—No podemos hablar, de acuerdo—dije a secas—Estefan y yo hemos discutido ya dos veces por tu culpa y realmente no quiero seguir haciéndolo—su ceño se frunció al igual que su boca.
— ¿Me estás diciendo que soy el culpable de sus discusiones?
—Si—suspire—Al menos ha sido el inicio de ellas, realmente la pase bien el sábado pero si eso va a generar discusiones con Estefan prefiero solo distanciarme.
— ¿Vas a dejar que tu noviecito elija con quien debes juntarte? —su pregunta me hizo enojar.
—Liam...
—No sabía que tu novio tenia poder sobre ti—dio un paso hacia atrás—Lamento eso... igual si necesitas ayuda en algo aquí estoy, Halsey.
Y se fue dejándome en el pasillo, me di la media vuelta y fui hacia las gradas molesta. Realmente no sabía porque estaba molesta, por sus palabras o porque tenía razón en ellas.
Al llegar Estefan y los chicos estaban comiendo.
—Hola—susurre sentándome al lado de Estefan.
— ¿Cómo te fue con matemáticas? —preguntó Estefan viéndome, mire a los chicos que me veían extraño. Me habían cubierto y eso me hizo calmar el humor.
Estefan me había comprado un sándwich que guarde en el bolso, se me había quitado el apetito.
—Estem... bien, ya pude resolver el problema de la guía, ya luego les paso el dato—ellos asintieron.
—Hoy voy a llegar un poco tarde, no te molesta ¿Verdad? —me preguntó, yo negué.
—No, no importa—susurre—Así aprovecho y voy a comprar provisiones para la casa.
—Podría salir un poco más temprano...
—No, no, ya sabes cómo se pone tu entrenador—me incline para darle un beso—No quiero ocasionar problemas.
—Tú no ocasionas problemas—dijo dando su ultimo mordisco a su sándwich—Tu eres mi ángel—susurro bajito para que yo solo pudiese escucharlo.
Recordé cuando me dijo que había salvado su vida, eso robó una sonrisa de mi rostro de inmediato.
—Tonto.
—También te amo, amor—se levantó—Te veo en casa, por favor, avísame cualquier cosa—me dio las llaves del auto—Para que vayas a hacer las compras, quizá tengas que venir a buscarme mas tarde.
Aun veía las llaves en mis manos sorprendida, en las vacaciones Estefan me había enseñado a manejar, solo me valió un día para aprender, al otro ya estaba manejando como toda una experta, aun así Estefan dudaba de mí.
Sus manos cálidas tomaron mis mejillas frías.
—Nos vemos en casa, te amo—y me besó castamente, podía sentir la mirada de los chicos en nosotros.
—También te amo, cuídate y patea traseros—dije viendo como bajaba las escaleras.
Hola mis amores
Ya saben que ustedes son mi felicidad.
Espero que lo disfruten.
Nos vemos el domingo

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VOLVERIA A TI.
RomanceA veces un amor puede estar entre lo imperdible y lo recuperable. A veces no te das cuenta que aunque la tormenta haya pasado, se quedan sus secuelas. Acompáñanos a averiguar lo que quedó de este imperdible amor. Secuela de Imperdible Am...