VOLVERIA A TI.

Capitulo 132

Estábamos llegando a un pequeño bar que estaba casi lleno, Lucas nos había dado la dirección porque era el lugar donde Brad y Lucas se habían conocido y establecido su relación, Lucas nos vio los nervios y la emoción corrían por su rostro, movió su mano en nuestra dirección y nos pidió que nos acercáramos.

Yo llevaba un vestido corto amarillo y Estefan se había decidido por unos jeans y una camisa negra que se situaba perfectamente en su torso perfecto, Lucas llevaba una camisa verde que le hacía contraste con su tez blanca y su cabello rubio.

—Hola, cariño—me saludó dándome un abrazo—No saben lo nervioso que estoy—chocó los puños con Estefan.

—Si se te nota en el rostro, Lucas—dije casi reprendiéndolo—No tienes que estarlo, si te ama como tantas veces lo dijo y quiere recuperar esto va a venir, no tienes porque ponerte nervioso.

—Igual si no viene, estas con nosotros, te apoyaremos en todo—dijo Estefan lo fulmine con la mirada para que mantuviese las palabras "si no viene" fuera de su boca bonita.

Le había escrito a Brad temprano para que se reuniera con nosotros, le dijimos que Lucas estaría y no respondió, Lucas sabia que le habíamos dicho a Brad y que no había respondido, eso mató sus ilusiones pero mis esperanzas estaban ahí, lo presentía.

Nos quedamos en aquel bar un par de horas, ya el alcohol comenzaba a hacer juego en mi cerebro, tratábamos de mantener alejado los nervios de Lucas pero a última hora, cuando la duda de que si Brad vendría o no, se fue colando por nuestras venas y si no venia, entonces, al menos sería la mejor noche para todos.

Lucas, Estefan y yo estábamos bailando entre las personas que no dejaban de llegar, no conocía la canción pero nos hacia mover cada uno de los huesos de nuestros cuerpos, estábamos saltando y riéndonos a la vez.

—Llegó—la mano de Lucas fue directo a mi brazo que apretaba fuerte, me di la vuelta y Brad nos buscaba con la mirada.

—Te lo dije, te lo dije—comencé a dar saltitos como una niña, Estefan fue por Brad que no tardó en fundirse en mis brazos.

—Hola, la que desaparece y no dice nada—susurró en mi oído, dejó un beso en mi mejilla para sonreír dejando el olor a alcohol— ¿Estás bien?

—Sí, todo bien—respondí— ¿Y tú?

—Pues, ya sabes—susurró muy bajito para que solo yo lo escuchara.

—Voy por unos tragos—dijo Lucas.

—Te acompaño ¿Amor, quieres algo?

—Lo que tú pidas—respondí, Brad vio como Lucas se acercaba al bar.

—No sé qué hago aquí—dijo viéndome—No quiero verlo, no sé cómo comportarme, no sé cómo llegamos a esto, parecemos dos estúpidos desconocidos, no sé si quiero volver con él...

— ¿Lo amas? —le pregunte, sus ojos marrones no dudaron ningún momento

—Sabes que si...

—Entonces deja las inseguridades, Brad, no llega a ningún lado, solo mira a Estefan y a mí, como nos dejó, como nos alejó, decidimos darnos un tiempo y aquí estamos, más enamorados que antes—dije molestándome un poco—Si quieres a Lucas en tu vida, lucha por su relación... él también te ama...—me calle cuando los chicos volvieron, Estefan me había traído una cerveza, los cuatro comenzamos a bailar, Brad no había dicho nada y Lucas no se atrevía a decir nada tampoco.

— ¿Por qué no vamos a un lugar más tranquilo? —preguntó Brad cogiéndome del brazo para que lo oyera—Ya he tomado y lo que siento justo ahora no me ayuda en nada...

—Vale, está bien—dije viendo a los chicos que estuvieron de acuerdo en salir de ese lugar, yo estaba más que de acuerdo hace un buen rato que la cabeza me daba vueltas.

Pasamos entre las personas y salimos de aquel lugar, el frio de la noche se colaba por nuestros huesos.

— ¿Quieren comer algo? —esta vez preguntó Lucas.

—Sí, tengo hambre—respondió Brad, los cuatros caminamos a un local de comida rápida que los chicos conocían.

— ¿Lo mismo? —le preguntó Lucas a Brad, él asintió sonriéndole, algo que Lucas no pasó desapercibido y sonrió nerviosamente, pedimos y salimos del local, caminamos un par de cuadras mas hasta llegar a la playa que estaba completamente sola.

— ¿No nos van a asesinar aquí, verdad? —pregunte viendo a los tres chicos.

—Están a salvo, nena—respondió Estefan haciéndonos reír a todos, nos sentamos en la arena sin importar nuestra ropa y comenzamos a comer y hablar sobre el verano y las vacaciones que se acercaban, lo necesitábamos.