capitulo 142

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Antes de que empiece este cap quiero decirles algo, creo que pausare la novela, bebes, porque no tengo nada seguro, ya ven que una semana subo y dos semanas no  y no me gusta dejarles esperando, el Internet, las ida de luz, mi inspiración no están colaborando y la verdad es que me desanima una vida. Ya saben que yo hago esto por ustedes y necesito encontrar de nuevo el camino para seguir escribiendo, para seguir avanzando y seguir subiéndoles cap.

Espero que me entiendan y me sigan apoyando :( 

Los adoroooo

***

Estefan había salido a la piscina, era ya de madrugada y ninguno de los dos tenía sueño, charlamos sobre la vida, sobre vivir juntos y construir un futuro, conocer Italia y conocernos aun mas, hablamos sobre lo grandioso que habían sido esos dos años que teníamos juntos y sobre la gran aventura de vivir ahora como casados y sobre todo, la reacción que nuestras madres y amigos iban a tener cuando le dijéramos la gran noticia.

Estaba en la cocina preparando pasta con un poco de pollo aliñado, en la cocina había un pequeño radio local que ponía canciones lentas y me gustaba estar en este momento, en esta pequeña casita, con Estefan esperando la cena madrugadora tomando una copa de vino, me sentía tan feliz, tan llena de vida.

— ¿Necesitas ayuda? —preguntó Estefan colocando sus manos en mis caderas, besando mi cuello, moviéndome de un lado a otro muy lentamente

—Ya voy a terminar—susurre tratando de concentrarme y no darme la vuelta para irme a bailar con él

—Igual te ayudaré—dio un paso atrás y comenzó a sacar los platos y los cubiertos, sirvió mas vino y se sentó detrás de mí, viéndome la espalda, tamborileando sus dedos al ritmo de la canción.

— ¿Por qué no vas afuera y me esperas? Me pones nerviosa—canturree viéndole de reojo, pude ver como sonreía.

—Ha comenzado a llover—respondió—Y no debería ponerte nerviosa...—levantó su mano mostrando su anillo entre sus dedos—Estamos casados.

—Es que aun sigues teniendo una gran fuerza en mí, amor—digo chupando mi dedo, faltaba solo la pasta, me acerque a él bailándole.

—Eres tan bella—susurró viéndome fijamente, deslizó sus manos en mis piernas y me alzó para que me sentara en su regazo.

—Y tu eres la persona que me tiene más que enamorada—respondí sin darle opción a responder, me incline hacia adelante, encajando nuestras caderas, besándole, estuvimos por un largo rato así hasta que el agua comenzó a salpicar la cocina, me baje casi tropezando y eche la pasta, Estefan me veía travieso, se levantó.

—Te ayudo a servir—dijo besándome el cuello, mandando escalofríos.

—Está bien, ya que insistes—respondí.

La pasta se hizo y Estefan sirvió, nos sentamos en el sofá con el ventanal abierto viendo cómo caía la lluvia frente a nosotros, hacia frio pero se sentía muy bien.

— ¿Quieres regresar mañana? —me preguntó cuando lavábamos todo—Podemos quedarnos mas días si quiere...

—No, mañana estará bien, tenemos que enfrentar a mi madre y contarle esto—dije mostrando mi bonito anillo—No creo que se lo tome muy bien.

—Yo tampoco—estuvo de acuerdo—Tu madre puede incluso asesinarme

—Te ama demasiado, lo dudo—respire profundamente y mire a Estefan—Pero todo puede cambiar.

—No digas eso

—Solo es la verdad, no sabemos cómo vaya a reaccionar ¿y si nos separa? —mire condenadamente seria a Estefan, tratando de no reírme.

— ¿tú crees? ¿Después de tanto?

—Sabes cómo es...

— ¿Intentas asustarme, verdad? —preguntó con el ceño ligeramente fruncido.

—No, como crees—mordí mi labio fallidamente de que se me escapara una carcajada, Estefan me cogió de la cintura y me llevó al sofá, muerta de la risa.

—Que mala eres—con una mano me cogió las manos y con la otra comenzó a hacerme cosquillas, las carcajadas eran ruidosas, Estefan se reía conmigo.

— ¡Para!­—más risas—P-Por favor, amor, ya—intente decirlo seriamente pero no podía, estaba muy lejos de ello, Estefan me miró fijamente, de esa manera en la que me volvía loca, sus ojos verdes lleno de tantas emociones.

—Debo prepararme para tu madre—se sentó derecho en el sofá, dejándome con las ganas.

—Sí, deberías.

VOLVERIA A TI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora