Capitulo 91

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Había llegado el día, eran las cinco de la mañana y estábamos abrazados, no había parado de llorar desde anoche.

—Voy a volver—susurró luego de un buen rato en silencio entre sollozos.

— ¿Cuánto tiempo te vas? —le pregunte encarándolo, ayer no habíamos tenido tiempo de hablarlo.

—Aun no lo sé, Hal, un mes, quizá.

Me quede en silencio, solo lo mire.

—Volveré—deslizó su mano por mi rostro, borrando rastro de cualquier lagrima—Volvería a ti, aun si tu no quisieras.

—Promételo, prométeme que volverás—me mordí el labio, estaba siendo herida, era una solución que dejaba heridas.

—Te lo prometo—sus labios besaron mi frente—Y tú prométeme que me esperaras.

—Te voy a esperar—asentí afirmando mis palabras—Siempre te esperare.

Nos levantamos de la cama luego de media hora de estar en la cama, nos duchamos juntos, era la ducha más triste que me había dado en años.

—No hay que estar tristes—dijo Estefan mientras que me dejaba besos bajo el agua—Esto es por nuestro bien, para recuperarnos de las inseguridades...

—Para aprender a no discutir todo el rato—sonreí.

—Lo necesitamos, estando juntos no lo vamos a hacer, nos estamos haciendo cada vez más daño con las palabras y las acciones que estamos tomando, que no son dignos de nosotros... duele, duele mucho—admitió frunciendo el ceño—Pero esto nos fortalecerá.

Luego de ello, nos vestimos y tomamos la vía al aeropuerto, estuvimos en silencio, tomados de la mano y compartiendo sonrisas llenas de esperanzas, de tristeza y de amor.

Él estacionó el auto y nos quedamos ahí, eran las siete.

— ¿Me vas a acompañar? —preguntó quitándose el cinturón de seguridad.

—Sí, claro.

Nos bajamos y fuimos directo adentro, Estefan dejó su maleta y a los veinte minutos ya lo estaban llamando para que abordara.

Tenía mucho miedo de lo que venía justo ahora.

Nos levantamos de los asientos y fuimos a su puerta de embarque, sus brazos se aferraron a mí, automáticamente comencé a llorar.

—Que te vaya muy bien, amor—dije entre sollozos—Salúdame a todos, diles que les quiero muchísimo.

—Lo hare—me tomó de las mejillas para que lo mirase fijamente—Te amo, Halsey, te amo mucho.

—Cuídate, no te subas a la moto, ve por donde caminas...—me mordí el labio—Te amo también, mucho, mucho, mucho—me alce para besarle.

—Volveré.

—Y te esperare.

Estefan me volvió a abrazar cuando volvieron a llamar.

—Cuídate—me dijo esta vez él—Te amo.

—Te amo, amor—me volvió a besar lentamente.

Odiaba esto, odiaba despedirme, odiaba esta situación.

—Nos vemos.

Comenzó a caminar hacia la puerta.

—Estefan—me acerque a él y volví a besarlo, llenándome de él.

—Te amo, nena—dijo entre mi boca, volcando a mi corazón en un pis pas.

Y se fue, dejando en la puerta de embarque.

Lagrimas silenciosas caían de mis ojos.

Fui camino al auto y me quede ahí por unas largas horas, llorando y tratando de acostumbrar los sentimientos que estaba sintiendo justo ahora.

Era por nuestro propio bien.    


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VOLVERIA A TI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora