Estábamos en casa de Allie, nos habíamos ofrecido en cuidar a la pequeña Rose, aunque teníamos miedo sabíamos hacerlo, al menos Estefan tenía más experiencia porque había cuidado a Phonnie toda su vida mientras que Haziele estaba indispuesta. Sebas y Allie habían quedado en salir y nosotros en cuidar a la pequeña.
—En la nevera te deje unos cuantos biberones, solo lo pones en el microondas unos segundos, no mucho. Si tiene gases le das unos suaves golpecitos en la espalda, le gusta que le cantes, si llora solo cántale una canción suave y se dormirá, seguro que se despertara en un par de horas, le toca comer. Si necesitas algo ya sabes dónde encontrarnos ¿Segura que estarán bien? Porque podemos quedarnos...
—Al, cálmate—dije cogiendo sus hombros, Rose estaba durmiendo en la cama de Sebas y Allie—Podemos hacer esto, a parte Estefan tiene experiencia en ello así que relájate y disfruten de la noche.
— ¿Prometes llamarme si sucede algo?
—Que sí, me lo has repetido mil quinientas veces—digo poniendo los ojos en blanco y le entendía, si estuviese en su posición, también estuviese nerviosa—Todo saldrá bien, solo ocúpate de hacer las cosas que no han hecho todas estas semanas por la bebe.
—Te amo—dijo Al abrazándome fuertemente— ¿Lo sabes, verdad? Nunca te vayas de mi vida porque te acosare y te asesinare.
—Si me lo dices así, seguro que no huyo—las dos nos reímos—También te amo y mucho.
—Cielo, la hora...
—Ya, ya—se separó de mi, besó a Rose y se fueron recordándonos de nuevo que los llamásemos si pasaba algo. Estefan y yo nos vimos las caras, la bebe estaba dormida y mientras que durmiera no teníamos casi nada que hacer.
Habían pasado un par de horas y Rose comenzó a llorar. Estefan fue a la habitación y cogió a la niña entre sus brazos, tenía que admitir que se veía maravillosamente, siempre se veía maravillosamente pero con Rose en brazos, me hacia entender que esto era lo que yo quería, vivir una vida a su lado en todos los aspectos.
—Te ves bien—susurre viendo como le daba de comer a Rose.
—Lo sé—sonrió burlándose—Me amaras cuando tengamos a los nuestros.
—Obviamente—respondí—Pediré algo de comer.
Me levante del sofá, cogí el teléfono y pedí pizza. Cuando llegaron Estefan le sacaba los gasecitos a Rose mientras que le cantaba una canción. Nos pusimos a ver una peli mientras que Estefan la dormía en su torso. Al terminar la peli, los dos se habían quedado dormidos. Tenía una clara imagen de lo buen padre que sería Estefan, Dios, como lo amaba.
Lo amaba tanto. Y apostaba por cualquier cosa que lo seguiría amando hasta finales de mis días.
Allie y Sebas llegaron entrando la madrugada, Rose dormía en su cuna y Estefan se había despertado unos minutos antes.
— ¿Todo bien! —fue lo primero que preguntó Allie al vernos.
—Claro que si ¿Qué clase de tíos nos tomas?
—Por unos buenos—se rio ella.
—Gracias por cuidarla, de verdad necesitábamos esto—dijo refiriéndose a su salida.
—Cuando quieran, estuvo muy tranquila y solo lloro cuando quería comer—dijo Estefan.
Nos quedamos un buen rato charlando y luego nos fuimos a casa a descansar, habíamos hablado con nuestras madres para ir a comer y hablar sobre nuestra boda y descansar ahora mismo era primordial. Conocía a mi madre y sabia que hablar de estos temas iban a ser frustrantes.
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VOLVERIA A TI.
Любовные романыA veces un amor puede estar entre lo imperdible y lo recuperable. A veces no te das cuenta que aunque la tormenta haya pasado, se quedan sus secuelas. Acompáñanos a averiguar lo que quedó de este imperdible amor. Secuela de Imperdible Am...