Capítulo 24

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—Deberíamos levantarnos—susurró casi inaudible, aun seguíamos sentados en el pasillo, ningún alma pasaba por ahí.

Me eche hacia atrás para verle, deslizando mis dedos por su áspera mejilla.

—No vuelvas a mirarme como lo habías hecho antes, por favor—hable bajito, sus ojos examinaban mi rostro—Me miraste así, como cuando me pediste que me alejara de ti y me duele recordar eso.

—Estaba molesto, lo siento—respondió cerrando sus ojos—Ven, vayamos a algún lugar, Allie y Sebas deben de estar hablando o haciendo algo, necesitan momento a solas y nosotros también.

Nos levantamos y fuimos hacia el auto, era de madrugada y aun así Estefan cogió la carretera, pusimos música a alto volumen y bajamos las ventanas, dejando que el aire nocturno inundara el auto.

Se sentía bien.

Se detuvo en la playa, el mismo lugar donde nos habíamos quitado la ropa una vez, me quite los zapatos mientras que él se bajaba, en el fondo se oía alguna música, me baje y me reuní con él.

—Necesitaba esto—dijo quitándose la camisa con una sonrisa picara en su boca, lo imite, me quite la camisa también quedando con el sujetador, luego sus pantalones desaparecieron al igual que mis shorts, me tomo de la mano y fuimos a la orilla del mar, donde las olas rompían con la superficie.

—Esta fría—susurro sintiendo las gotitas que chocaban contra mi piel, poniéndome la piel de gallina.

—Más que la otra vez—lo mire viendo aquella sonrisa coqueta que lo definía.

— ¿Entramos?

Se volteo para mirarme.

— ¿Debería cargarte como la última vez?

—No, no, no—digo rápidamente negando, a la vez que él ponía su mano en mi cintura para izarme, entrelace mis piernas a su cintura.

—Eres hermosa.

—Detente—reí haciéndole reír—Eso no me va a convencer, Estefan.

—Es que no te estoy convenciendo, ya es un hecho de que tú y yo moriremos de hipotermia esta noche.

—Al menos lo haremos juntos—deslice mis manos entre sus cabellos y acorte esa pequeña distancia que nos separaba, bese sus labios, lo bese aferrándome a él, sintiendo cada partícula de su cuerpo, de su boca.

—No es justo que me beses así para luego meterme en agua fría—balbuceo en mi boca, sin dejarme de besar.

—Te besare así, luego de que acabemos esto—suspiró, caminó lentamente, entrando al agua, poniendo cara de compungido cada vez que entraba más.

—Tu sufres menos que yo, ni siquiera has tocado el agua—dijo a la vez que corría y nos sumergía, quise gritar pero la risa no me dejaba, sus brazos se aferraron a mi cuerpo a la vez que subíamos.

— ¡SANTOS CIELOS! —gritó haciéndome reír más, su labio se estaba poniendo moradito.

— ¿Frio, amor?—pregunté casi aferrada al poco calor que emanaba su cuerpo.

—Estoy perfectamente ahora mismo—dijo titiritando— ¿Salimos? —asentí a la vez que corríamos de vuelta, afuera era peor.

Los dos comenzamos a temblar, corrimos al auto, pusimos la ropa sobre los asientos y entramos, Estefan prendió la calefacción calmando rápidamente la temperatura de nuestro cuerpo.

—Tengo tres llamadas perdidas de Allie—digo casi nerviosa cuando cogí el teléfono.

—Llámala—dijo dándome una de sus camisas que tenía en su bolso de entrenar, marque el número de Allie a la vez que se quitaba su ropa interior para ponerse los shorts deportivos.

—Hal, que bueno que llamas—era Sebas.

— ¿Qué pasa, Sebas?

...

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VOLVERIA A TI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora