Capitulo 45

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Fuimos a la habitación y Estefan se metió a bañar mientras que yo elegía que ponerme, saque un vestido blanco que dejaba un poco al descubierto mi abdomen y otra parte en mi espalda, saque mis zapatos blancos, ya íbamos un poco retrasados.

Entre al baño y me quite la camisa que me había puesto horas antes.

—Hola—susurró él un poco sorprendido—Ya salgo—entre en la ducha, el agua caía sobre su cabello, tapando un poco sus ojos—O mejor no.

—Vamos tarde—explique comenzando a mojar mi cabello, sus manos rozaron mi espalda, podía sentir su respiración en mi cuello.

—Podríamos llegar un poco más tarde—sugirió, besando mi hombro.

Me di la vuelta, viéndole, mordiendo mi labio, sus manos acunaron mi rostro, detallándolo.

— ¿Ya te he dicho que eres lo mejor que tengo? —medio asentí, comenzando a sentir la tensión entre nosotros.

—No me vas a convencer—susurre pegando mi cuerpo contra el suyo mientras que agarraba el jabón que estaba en su espalda, él suspiró.

—Creo que debería...

— ¿Me ayudas? —pregunté ofreciéndole el jabón, el dolor se impregnó en su rostro.

—Claro, siempre.

Me di la vuelta, sintiendo sus manos deslizarse por mi espalda, no podía ocultar mi sonrisa cruel, lo estaba haciendo sufrir y lo sabía.

— ¿Quieres que te ayude? —pregunte.

—Yo... estoy listo—antes de que saliera del baño, lo tome de la mano haciendo que me diera una mirada de confusión.

—Solo un poco de ayuda—medio reí—No estaría mal, digo, igual ya vamos tarde.

— ¿Te estás burlando de mi? —dijo sorprendido, con una sonrisa en su boca, me izo del suelo y me apoyó sobre la pared que tenia detrás.

—Solo un poquito—susurre quitándole el cabello de la cara, sus ojitos verdes me miraban fijamente.

Lo bese castamente, sintiendo mi piel erizarse, cerró la llave de la ducha y nos encaminó a la cama, deshaciéndose de las cosas que estaba sobre esta, me tomó las manos y entrelazó sus dedos con los míos a la vez que se movía muy lentamente.

—Estefan—susurre mordiéndome el labio.

—Yo también se jugar, mi amor—respondió besándome, cerré mis ojos y trate de no morir ahí mismo, bajo su lindo, cálido y sensual cuerpo, sus manos dejaron las mías.

—Te odio—dije mordiéndome el labio, haciéndole reír, hizo un camino de besos hasta llegar a mi oído.

—Yo te amo—susurró—Y me gusta hacértelo saber

Deslice mis manos a su cuello, haciendo que me besara y que callara de una vez.

Luego de un rato de besos, estábamos acostados en la cama, yo encima de él, aun no nos habíamos vestido.

—Esto, lo que estamos haciendo justo ahora—comenzó a decir— ¿Indica que no saldremos de casa, verdad?

—No—susurre inclinándome para verle—A fin y al cabo, yo te controlo.

—No—respondió sonriendo, su mano deslizándose por mi espalda desnuda.

—Un poco nada más—susurre robándole un besito.

— ¿No quieres ir por helado?

—Vamos—susurre levantándome de su cálido cuerpo, me puse el pijama y Estefan se puso unos shorts y una camisa básica, salimos de la casa y fuimos al supermercado que nos quedaba cerca.

—Quédate aquí, voy rápido—dijo bajándose del auto, a mitad de camino se regresó trotando, baje el vidrio— ¿Amor, chocolate cierto?

—Sip—él me dio una media sonrisa y se fue.





Hola, hola perinola.

Espero que estén bien y que le haya gustado. 

Gracias por leer y apoyarme siempre. 

Un besazo bien grande.

LOS ADORO.

Hasta el miercoles.



VOLVERIA A TI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora